Arsiane

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Cada vez estaba más confusa, sentía rabia, ira, frustración. Tenía la rara sensación de que todo el mundo me estaba ocultando cosas, todo el mundo sabía algo de mí que yo no sabía... Era horrible! Lo único que yo quería era volver a casa, nada más...

La única cosa clara que sabía de mi era que, aparte de ser rara, sabía controlar la magia... Recuerdo el día que lo descubrí, fue hace muy poco, pero ya me olía algo raro...

Durante toda mi vida, he hecho coses raras, me refiero a que no era como los otros niños. Mis padres me sobreprotegían, no me dejaban salir del palacio, excepto en ocasiones especiales como la subida del nivel del rio o la celebración de la buena cosecha o visitar edificios nuevos hechos en honor a mi padre... Pero siempre estaba en palacio, mis padres no me dejaban ir a estudiar con los escribas fuera, los escribas venían a palacio, y eran de confianza de mi padre. No tenía amigos, no me dejaban relacionarme con niños de mi edad, mi única amiga fue Amara, y por extrañas circunstancias desapareció. Una vez, cuando era pequeña, me estaba peleando con mi madre por qué no quería acompañarla a la sala del trono a ver a mi padre, prefería quedarme jugando con Amara, y huí a los jardines a esconderme bajo una estatua de Ra(dios del sol) que estaba elevada y tenía un hueco detrás. No comprendí como mi madre me encontró. Cuando salí de mi escondite, vi que el estanque que había en frente de la estatua no tenía agua, el agua estaba en el aire suspendida y cuando mi madre estiró mi brazo para llevarme, el agua cayó sobre ella. Estuve castigada un mes. Fue muy raro, yo no sabía por qué me habían castigado, acabé pensando que era por haberme escondido, pero ahora mismo no creo que fuera por eso.

El día que descubrí que tenía poderes, fue el peor día de mi vida, intenté escapar de palacio para ver la ciudad, pero me descubrieron antes de salir. En la hora de comer estábamos mis padres y yo en la mesa, tuvimos una discusión. Estaba harta de que no me dejaran salir, no tenía amigos, estaba demasiado sobreprotegida, y no sabía el por qué. Sabía que me estaban ocultando algo y les dije:

- Tan rara soy? Tan rara soy que no queréis que el mundo me vea? Siempre me lo ocultáis todo! Me habéis arruinado la vida! La única amiga que tuve desapareció, y nunca me habéis contado el por qué. Seguro que tuvisteis algo que ver! Os odio!

Me fui corriendo, llorando a mi alcoba. De fondo oí a mis padres:

- Arsiane, vuelve aquí inmediatamente! Te has metido en un buen lio jovencita!

- Arsiane! Ven a pedirle disculpas a tu padre!

Llegué a mi alcoba y salí al balcón para que me diese el aire fresco, igual me calmaba. Estaba llena de ira, más que nunca. No pude calmarme, entré en la alcoba y empecé a tirar cosas por los aires. Rompí tres jarrones, rompí un manuscrito que tenía de deberes... Y en una de esas veces que tiré un objeto desapareció en el aire. Seguidamente apareció ante mis ojos un portal de luz cegadoramente azul. Me sentí aún más enfadada con mis padres, me habían ocultado mis poderes. Era algo imperdonable, ocultarme a mí misma algo sobre mí. Decidí entrar a ver que había detrás de ese portal. Entonces apareció ante mí una horrible bestia, tan espeluznante que no sabría ni describirla. Empezó a perseguirme, entonces mis padres entraron en el portal para protegerme. Recuerdo las últimas palabras de mi padre:

- Corre hija, corre! No dejes que te atrape! Huye lo más lejos que puedas, y que nunca te encuentre. Tu madre y yo te queremos, eres lo mejor que les ha pasado a nuestras vidas.

Oí gritos, sus voces se apagaron y el rugido empezó a ser más fuerte y cercano. El resto ya lo sabéis...

Cuando Amara me dejó en casa sola, tuve bastante miedo. Pero pude superarlo. De tanto en tanto oía ruidos extraños y sacudidas en las casa por el viento, pero estuve tranquila. No sabía lo que me estaba siguiendo, algo me quería matar per no sabía el que. Seguramente fuera aquella bestia que me perseguía en mis pesadillas, estaba cerca, lo presentía en mis sueños.

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora