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Después del caos

Después del gran espectáculo de la noche anterior, Atsushi se encontraba recuperando sus energías mientras dormía. Luego de lo que le dijo Chuuya, el chico se sintió con un poco más de confianza y sobre todo sintió esperanza. Chuuya le aconsejó que siguiera durmiendo, y que cuando despertara empezaría todo.

El pelinaranja estuvo pensando en como ayudar al chico. Quizás si le enseñaba a concentrarse y relajarse controlaria más su habilidad, además de la práctica. Debía de ser un lugar en el cual no se gastaría en daños y alejado de curiosos, después de todo la policia buscaba al tigre. Pero antes, debía encargarse de algo antes.

Atsushi empezó a despertarse despues de un lindo sueño, dió un gran bostezo y se talló los ojos. No fue un sueño, seguía en esa habitación. Se levantó y observó el lugar nuevamente. Antes, la habitación contaba con una cama de una persona, cortinas y un pequeño mueble con tres cajones, ahora solo quedaba el colchón de la cama, cortinas rotas y muchos pedazos de madera apilados en una esquina. Salió de la habitación encontrandose a Chuuya, quien justo empezaría a tocar la puerta

-Nakahara-san...- dijo sorprendido, y con una sorisa continuó -Buenos días.

-Buenos días Atsushi- respondió con una ligera sonrisa. -¿Estás listo?

-¿Listo? ¿Para qué?

-Para ir de compras... Pero antes...- miró al chico de abajo hacia arriba. -Deberías cambiarte, voy a traerte algo para que te cambies. No tardo.

El pelinaranja fue a su habitación, más especificamente a su gran armario, buscando algo para que ocupara Atsushi, quien salió de su habitación para ir a la sala. Después de un minuto o poco más, Chuuya llegó con ropa y una toalla con él. Se lo entregó al chico, agradeciendo al recibirlo.

La vestimente que se le entregó era sencilla, constaba de jeans azules y un abrigo negro. Se dirigió al baño a tomarse una ducha y se cambió. Ya listo se acercó a Chuuya quién se encontraba sentado en el sofá.

-¿Te quedó bien?- habló al darse cuenta de su presencia.

-Si, muchas gracias.- el mayor le respondió con una sonrisa desviando la mirada. -¿Puedo hacerle una pregunta?

-¿Que sucede?- miró al chico.

-¿A dónde vamos?

-A comprarte ropa.- dijo sonriendo para luego pararse e ir directo a la puerta.

-No es necesario.- dijo nervioso. ¿No era mucho? Le dió comida y techo, ¿y ahora ropa? No quería ser una carga.

-Creeme.- se detuvo y miró al contrario. -lo necesitas.- Mientras, Atsushi estaba muy sorprendido y quizás avergonzado -Vamos.

Atsushi lo siguió mientras agradecía aún sorprendido. Chuuya era muy amable con él, no existían palabras para describir cuán agradecido se sentía, solo sabía que haría lo que fuera para ayudarle y devolverle el favor. El mayor agarró su sombrero y llaves, se coloco los zapatos y le apuntó al chico cual zapato podía ponerse antes de salir, este agradeció nuevamente.

Fueron directamente a la tienda de ropas -muy lujosa- en donde Chuuya acostumbraba ir. La tienda era de gran tamaño, tanto las paredes como el piso era blanco, los muebles erab negros con toque morados, el interior en si era llamativo y se ajustaba a lo que vendían, contaba con espejos enormes y algunas salas más privadas en donde se podia pedir algo de tomar y aperitivos. Chuuya dejó que el chico viera que opciones había para luego ir a una de estas salas más privadas y pedir así, una ropa mas adecuada al estilo del chico.

Estuvieron ahí 2 horas como mínimo, entre que la ropa que le gustaba atsushi, probar como le quedaba y que Chuuya terminó entusiasmandose más y se buscó ropa para si mismo. Todo eso ocurría acompañado con pláticas entretenidas, risas y bromas, hablaron sobre sus gustos sobre la ropa y la moda.

BSD TesineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora