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Inquietud

El sonido de sus zapatos resonaban por los largos pasillos de la Portmafia, el pelinaranja se dirigia a un punto específico: la salida. Hoy logró salir más temprano y planeaba hacer compras, ahora que el chico tigre se hospedaba en su hogar debía comprar más comida que otras veces, por obvias razones. Poco antes de bajar por el elevador vió a alguien que se le hacía conocido. Era un sujeto de cabello negro con las puntas blancas.

-¿Akutagawa?- captó la atención del contrario.

-mm?... Hace un tiempo que no lo veía, Chuuya.- contestó frío y distante como siempre.

-Es verdad, ha pasado mucho tiempo, ¿En que estás?- miró detrás del pelinegro apreciando a una rubia con unos pocos papeles. -Hola Higuchi- la chica saludó con una reverencia

-Una recompensa en el mercado negro, la cabeza está a siete mil millones de yenes- el ojiazul soltó un "wow"

-¿Y por quién piden tanto?- reflexionó un par de segundos -¿Un traidor? No, no creo ¿Un usuario de habilidad?- el más alto asintió en respuesta- ¿Que habilidad es tan valiosa?

-Buscan al usuario que puede convertirse en tigre.- dió un pequeño salto al escucharlo, por suerte nadie se dió cuenta, el pelinegro habia desviado su mirada -como debe haberse enterado, en Yokohama ha habido ciertos avistamientos de un tigre, el problema es que no se ha visto en las últimas dos semanas... ¿Chuuya?- miró al nombrado que parecia estar bastante distraído. -¿Chuuya?

-¿Si? Oh, si. Ya me parecía raro un tigre por la zona, es obvio que era un usuario de habilidad, cuya cabeza esta a siete millones de yenes...

-Son siete mil millones.

-Claro, eso.- tenía que irse, si no lo hacía hablaria demás -Me largo, no te gastaré más tiempo, suerte con la misión.

-Gracias...- hizo un leve reverencia- pero no la necesito...

-Tienes razón.- se estaba alejando- hasta luego.

El pelinegro miraba como su superior se alejaba, cuando lo perdió de vista continuó con su camino. Su trabajo de capturar al tigre se retrasó despues de la desaparición de este, por ello se dedicó a realizar otras misiones, pero en un par se días habría luna llena, si los datos eran correctos el tigre aparecería esa noche, pronto terminaria otra simple misión con éxito como era costumbre ¿Cierto?

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En una esquina de un parque cerca de varias tiendas se encontraba un chico de cabellera blanca, Atsushi. Esperaba con una hoja en mano a que Chuuya llegara al punto de encuentro. El chico se había ofrecido para ayudarlo en las compras despues del trabajo del mayor, aunque tenia otra cosa en mente: buscar un empleo. Llevaba dos semanas con el pelinaranja, dos semanas en que lo ayudo a controlar mejor su habilidad, le dió un techo donde dormir y comida. El chico se sentía completamente agradecido, por ello debia buscar una manera de aportar en casa.

La idea surgió cuando le preguntó nuevamente al ojiazul a que se dedicaba después de que este se quejara de su largo dia de trabajo sin descanso. Estaba dispuesto a cualquier trabajo siempre y cuando pudiera aportar con algo de dinero.

-Chuuya-san- llamó la atención del nombrado.

-Hola, Atsushi, ¿tienes la lista?- preguntó cuando estuvo lo bastante cerca.

-¡Si! Aqui está- le entregó el papel y este lo agarró para releerlo.

-Te parece si... nos dividimos las compras y nos reencontramos aqui en...- se fijó en la hora - una hora, ¿Si? Dividir y vencer.

-¡Si! Dividir y vencer.

-Perfecto, tu ve para la farmacia y vegetales y frutas, y yo me encargo del resto.- partió la hoja por la mitad y le entregó la parte que le correspondía.

BSD TesineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora