Capitulo uno: La chica.

984 52 2
                                    



¿Alguna vez han sentido ese vacío en el pecho que no les deja ni comer? Era justo lo que sentía ahora. No tenía ganas de nada, pero igualmente tenía que moverme de mi cama. No por mí, sino por...

—¡Victoria!.—Gritó mi mamá desde el otro lado de la puerta principal.— ¡ESTOY SOBRIA, HABRÉ LA MALDITA PUERTA!.—Estaba completamente borracha.

Recargué mi espalda en la puerta, sintiendo los duros golpes que ella daba del otro lado. Las primeras veces mi corazón se aceleraba por el ruido, ahora solo se decepciona cada día más.

—Vic...—Miré a mi hermanos menores salir de sus habitaciones aun en pijama. Me miraron preocupados y yo les regalé mi mejor sonrisa, tragándome mis ganas de llorar frente a ellos.— ¿Es mamá ?

—¿Que? No, nada que ver.—Mentí mientras ponía un mueble frente a la puerta para remplazarme.— ¿Quieren desayunar ?.—Ellos asintieron con una sonrisa, pero aún con la preocupación en sus rostros.— Vayan a lavarse la cara en lo que yo les preparo unos deliciosos waffles, ¿está bien?

—¡WAFFLES!.—Celebraron ambos mientras se dirigían al baño.

Puse música a todo volumen y abrí la puerta solo un poco.

Se veía muy mal, su rímel corrido, sus manos temblorosas llenas de manchas de cigarros y más. Usaba la ropa que le había regalado una vecina, unos jeans algo viejos y una blusa que ella misma recortó a su gusto para poder enseñar un poco el pecho y el abdomen tan delgado que tenía.

—Será la última vez, lo j-juro.— Dijo sollozando en cuanto me asomé.— Son lo que más amo, porfavor.

Mi corazón se hizo pequeño al verla así. Me acerqué rápidamente a ella cuando la vi derrumbarse en el suelo.

Era diciembre, hacía mucho frío en la mañana y ella estaba muy descubierta. Agarré la primera manta que encontré y la abracé cubriéndola por completo.

—Vamos a que te des un baño, no quiero que te vean mis hermanos así.—La levanté y la ayudé a llegar a su cuarto.— ¿Puedes sola?.—Saqué ropa de su closet y la puse en su cama. Era una pijama algo desgastada, pero servía.

—Si, gracias, M-Vic.—Dijo con algo de hipo.

—Les prepararé el desayuno a los tres, trata de descansar un poco.—Dije antes de salir de su recámara.—¿Que hacían ahí ?.—Les pregunté ayudándolos a salir del baúl con ropa frente a la habitación de mamá.

—Creímos que había vuelto.—Me dijo Susana, la más chica mientras abrazaba a nuestro hermano Juan.

—Mamá ya llegó, pero todo estará bien, ¿De acuerdo? Ahora vamos a la cocina para preparar el desayuno.

{...}

—¿Y luego qué pasó ?.—Preguntó Juan con curiosidad mientras mamá le daba vuelta a la pagina.

Yo los miraba desde el marco de la puerta con una sonrisa.

Había vuelto a ser la de antes, de nuevo, confié en ella.

—Saldré con Mauro y Mariana un rato.—Dije. Ella me miró con una sonrisa y asintió, dejándome completamente tranquila de dejarla a solas con mis hermanos.

—¿Ya estaremos dormidos cuando vuelvas ? .—Me preguntó Susana mientras yo me despedía de ellos dejándoles un beso en la frente.

—Eso espero. Volveré más tarde, descansen y nos veremos mañana, ¿si?.—Ellos asintieron y salí del cuarto.

Tomé mi casco y las llaves para salir dejando la puerta cerrada con candado, no quería que nadie entrara.

Me subí a mi moto y conducí hasta llegar al lugar en el que mi citó Mariana.

Love story. (Young miko) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora