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Reze salió del portal hacia una azotea de un edificio alto, eso tampoco se lo había esperado.
Inmediatamente se volvió a poner el alfiler en su cuello, y su transformación híbrida se detuvo a tiempo.
Ella no quería llamar la atención de los héroes y menos quería dar su testificación de como y por qué hubo una gran explosión.
—Que escándalo...—Dijo el Dabi detrás de Reze, mientras se frotaba ligeramente la nuca con cansancio en su expresión.
—Tú...—Dijo Reze con el ceño fruncido.
Dabi alzó ligeramente los brazos en señal de paz e inocencia.—No me culpes con lo que pasó entre mi jefe y tú, yo solo obedecí.
—Entonces eso te convierte en el cómplice del hombre deformado.—Habla Reze con molestia.—Empiezas a fastidiarme, villano de cuarta.
—Tienes un punto, yo sabía que él quería que te unieras a la 'Liga de Villanos', pero no pensé que el te mataría si te negabas.—Dijo el ojiturquesa bajando los brazos y hablando de manera seria.—Yo quería que fueras una aliada mía.
—Tienes suerte de que en este momento no te esté explotando el trasero por lo que acaba de pasar.—Dijo la ojiesmeralda con fastidio.—¿Qué te hace pensar que puedo ser tu aliada después de eso?
—Porque hasta el momento, no me has matado a pesar de tus advertencias.—Habla el ojiturquesa mientras se apoya en la barandilla de la azotea, aún en una distancia apartada de Reze.
—No lo malinterpretes como algo de confianza en ti.—Dice la ojiesmeralda con el ceño fruncido.—No me gusta ensuciarme las manos sin razón, y matarte no está en mi lista de prioridades por ahora. —Reze cruzó los brazos, observando a Dabi con una mirada de desconfianza.
Dabi soltó una risa áspera.
—Sabes, podríamos tener una relación más beneficioso que hostil. Tienes habilidades impresionantes, y podríamos hacer mucho daño juntos.
—¿Crees que soy tan ingenua como para unirme a tu lado solo porque me ofreces beneficios? —Reze arqueó una ceja con escepticismo.
—No exactamente.—Dabi enderezó su postura, su mirada fija en Reze.—Creo que ambos compartimos un interés común: no someternos a las reglas absurdas de los héroes ni de la sociedad.
—Y aún así dices eso cuando trabajas para alguien.—Dice ella con cierta burla.
—Puedo decir que tengo mis propios planes, y esos infelices me sirven de algo.—Contesta el con el mismo tono.
—Aún así, no creo que trabajar contigo sea una buena idea.—Dice ella con una mano en su cadera.—Pareces del tipo que trae demasiados problemas a donde sea que va.
