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Años atrás.....

Jimin


Admiraba a mi padre con todas mis fuerzas, siempre halagaba a mi padre con cualquier persona, con mis amigos, con mis compañeros, con desconocidos pero se fue todo a la mierda. Las cosas fueron distintas, fui un cobarde al decirle a mi madre lo que había visto.

Mi padre pensó que no había visto nada, no podía odiarlo, no podía, tenía decepción, cada vez que lo miraba me daba asco y él no se daba cuenta; comenzaba a faltar a clases, mi actitud fue cambiando, que fui reservado para muchas cosas, si iba a la escuela, no hablaba con nadie. O simplemente no entraba, ponía la excusa que estaba enfermo y daba recetas falsificadas para creer a los maestros que estaba enfermo.

Pero era una mentira, no podía ver a mi profesora de artes

Verla encima de mi padre, gimiendo su nombre, me daba asco y enojo a la vez. Solo una vez la miré y fue en las vacaciones en Jeju, ese día me sonrió como si no pasará nada, vomité cuando llegué a mi habitación del hotel, después de eso evité todo contacto con ella.

No quería verla, y mi madre, era mi tortura verla sonreír, cada vez que miraba y le decía lo mucho que lo amaba, dolía verla, dolía no decirle la verdad; no tenía el valor de decirle que la persona que tanto ama, la engañó y jugó con sus sentimientos.

Me sentía el peor hijo del mundo el no poder decirle la verdad, un cobarde me sentía. Los meses pasaron y yo había cambiado, había cambiado mis talleres artísticos por talleres deportivos. Amaba la danza pero ya no podía ver a mi profesora, aprendí mucho artes marciales.

Mi padre comenzaba a notar mis cambios pero nunca me preguntó, salía de "viaje" y regresaba los fines de semana, se quedaba dos semanas en casa y después se volvía a ir; mis amigos me preguntaban que me estaba pasando pero negaba, era difícil, no podía decirlo, pero la culpa me estaba atormentando, el insomnio cada noche estaba presente, largas noche moviéndome en mi cama hacía los lados.

Pero el peor día de mi vida y sigue doliendo, fue el día del cumpleaños de mi madre. Las vecinas se habían enterado que mi padre la engañaba con la nueva vecina desde hace meses; no pudieron soportar más y se lo confesaron, fue exactamente en la tardé cuando se las encontró en el mercado de la ciudad.

Cuando había llegado después de la escuela, ella me recibió con esa hermosa sonrisa en su bello rostro, pero por dentro guardaba lágrimas que quería sacar pero no quería preocupar a su único hijo, estaba siendo valiente enfrente de su hijo pero por dentro le llevaba la mierda por esa noticia.

No esperó a mi padre y esa tardé los dos comimos, no imaginé que sería la última vez que comeríamos juntos, lo hubiera aprovechado y le hubiera dado tanto amor y apoyarla pero las apariencias de las personas engañan.

Ella me había pedido que fuera a comprar unas cosas antes de que llegará mi padre, asentí como buen obediente y había aprovechado en recoger su regalo de cumpleaños. Le había comprado un set de joyería que había ahorrado desde meses atrás; me había tardado que al anochecer y caminar, pude ver de cerca el auto de mi padre.

No quería llegar, pero debía hacerlo, era el cumpleaños de mi madre. Pero al llegar, abrir la puerta pude escuchar los gritos de mi madre, me alarmé demasiado y al acercarme a la cocina, fue desgarrador ver a mi madre llorar mientras le gritaba a mi padre.

Pude ver un ramo de flores en el suelo.

¡Eres un maldito! - gritó mi madre enojada al bordé de las lágrimas

Ha Yoon.- Lo siento - se disculpó 

¡Te entregué mi vida entera! - volvió a gritarle - ¡¿Tu hijo y Yo nunca te importamos?!

Dolió ver esa escena, mi madre desgarrándose y cayendo al suelo mientras lloraba, esa noche me había enterado que mi padre ha estado engañando a mi madre con varias mujeres desde años, incluso antes que yo naciera.

Mi madre al escuchar eso, lo miró sorprendida y siguió llorando, mi padre se disculpó y se dio la media vuelta y salió de la casa. Pero antes de salir me vio y solo lo miré sorprendido, cerró la puerta y corrí hacía mi madre, la abracé y ella se aferró a mi.


¡¿Cómo pudo hacernos esto Jimin?! - preguntó dolida

No sabía que responder, solo escuchaba sus llantos y sus preguntas, mordí mi labio con fuerza, quería llorar pero no podía.

La salud de mi madre fue empeorando con los días, no salía, no comía. Falté a clases durante un mes para cuidar a mi madre, la sonrisa que tenía en su bello rostro, se había esfumado, mi padre volvió aparecer después de dos días pero le negué la entrada pero me sorprendió que mi madre lo aceptará, no se que hablaron.

Pero al pasar el segundo mes, mi madre volvió a levantarse, era buena mintiendo. Esa sonrisa fingida logró engañarme durante ese mes, pensé que las cosas habían cambiado, éramos más unidos, cada día me decía lo mucho que me amaba y yo le decía lo mucho que me importaba y que nunca la dejaría sola.

Pero todo se esfumo

Llegué a casa después de mis prácticas, todo era silencio, por un momento pensé que ella había salido a comprar algunas cosas para la cena, todo estaba perfectamente limpió y ordenado, deje mi mochila sobre la silla del comedor y subí las escaleras para ir directo a mi habitación pero antes que llegará, pude ver entre abierta la habitación de mi madre.

La curiosidad me ganó en ese momento pero dolió tanto y mi corazón se rompió al ver a mi madre en la cama, pensé que estaba dormida pero no fue así, cuando me acerqué a ella, su cuerpo estaba frío, intenté llamarla, pensé que era un sueño pero no fue así.

Ella había muerto... me había dejado, había llorado y gritado su nombre miles de veces hasta que apareció un vecino a causa de mis gritos. Llamaron a una ambulancia mientras que yo me aferraba a su frío cuerpo.

Mis amigos llegaron, incluso sus padres de ellos. La noticia de la muerte repentina de mi madre los sorprendió demasiado. Pensé que todo estaba mejorando, su salud, pero ella me engañó, me había enterado que mi madre tenía fase cuatro de cáncer , ella se había enterado hace un año pero nunca lo dijo.

Quería vivir los últimos meses, sin decirle a su esposo y a su hijo, la vi sufrir, si ella me hubiera dicho su lucha, las cosas hubieran cambiado, si hubiera sido valiente y decirle lo que había visto en ese maldito festival de navidad, las cosas hubieran cambiado.

Su partida dejo un enorme hueco, arrepentimiento y soledad. Mi personalidad cambió, ella me hace tanta falta, no hay día que no piense en ella, su hermosa sonrisa en su bello rostro, duele saber que ella murió llena de dolor y no pude hacer nada por ella.


Sugar IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora