Me Enamoré De Mi Secretaria

Primer encuentro

Raúl

¿Qué tan extraña puede ser la vida? es un tema que aún no logro definir, esa pregunta rondaba mi mente todas las noches en mi sueño, al despertar me percate que mi chofer seguía conduciendo no sé en qué momento del viaje a mi empresa me quede dormido la verdad no lo recuerdo solo sé que el motivo fue que la noche anterior tuve la misma tonta pesadilla que rondaba mi mente y me ha logrado quitar el sueño varias noches

En aquel sueño que me perturba yo tengo tan solo 12 años estoy en una cabaña hay mucho ruidos esta todo oscuro y yo estoy atado a una silla se oye a una niña llorando, a lo lejos logro ver a una mujer tirada en el piso desangrándose, de repente se oye un balazo en ese momento todo empieza a correr más rápido mis ojos se comienzan a cerrar lentamente solo siento un enorme dolor en mi brazo y de repente hay una oscuridad profunda a lo lejos logro oír miles de patrullas y las sirenas de una ambulancia, es extraño que un trauma de mi infancia me persiga aún puesto que han pasado tanto años desde que eso pasó.

Me hundí demasiado en mis pensamientos que no me percate de cuando llegue a la empresa, la cual estaba llena de gente que solo me trata bien por ser el jefe y dueño de la más grande red de empresas esparcidas por todo el mundo, pero seamos sinceros yo sé que al darme la media vuelta ellos comienzan a decir millones de cosas sobre mí, podrá ser una empresa muy grande pero los rumores siempre llegan a mis oídos ya sea por alguna secretaria chismosa o por las noticia que rondan en Massachusetts.

Al entra al edificio y dar un par de pasos una persona me tiro un café enzima causando una gran molestia

—A caso estás ciega y no te puedes fijar dónde carajos pisas—Grite muy molesto.

—Lo lamento señor no me fije —dijo una chica pelinegra de ojos negros muy hermosos y pelo corto, la cual no tardo en agacho la cabeza por mis gritos

—Tus malditas disculpas no van a arreglar mi traje. —Valla que este traje es costo, pero ella que va saber de eso sí se ve que por los trapos que lleva puesto, no carga mucho dinero, pero, aunque su ropa no es costosa y es horrible resalta muy bien algunos atributos con los que cuenta está chica.

—Yo lo lam..—La calle antes de que pudiera seguir.

—Ya no digas más y lárgate de mí vista antes que me causes un maldito estrés. —Le advertí molesto. —¿Qué esperas? O acaso está enferma y no puede caminar tu sola. —Ella se levantó torpemente y salió de la empresa y yo me dirigí al elevador.

Esa chica provocó en mí una gran atracción sexual, pero no solo eso hay algo ella que me hace sentir un estúpido Inter por conocerla, al que nunca había apareció en mi vida ni con mi propia madre, hay algo en ella que me intriga saber más, la voz de uno de mis escoltas me saco de mis pensamientos.

—Está bien señor— dice uno de mis escoltas.

—Si. —dije dándole una mirada fría al desconectarme de mis pensamientos, salí del elevador dirigiéndome a la secretaria

—Que me lleven de inmediato un traje a mi oficina, mueve el culo que te pago para que hagas rápido lo que te pido.

—Si señor, perdón ahora voy en esté listo me comunica para comenzar con las entrevistas

Asentí con la cabeza, al entrar a aquella oficina gris claro, me sentí resguardado y con millones de preguntas ¿Quién es ella? ¿La volveré a ver? ¿Estará bien? Por dios Raúl deja de ser un estúpido, pero porque me invaden estas preguntas por una desconocida, un toque en la puerta me hace regresar de inmediato a la realidad.

-Adelante. —pronuncie molesto porque todo el mundo interrumpe mis pensamientos.

—su traje señor. —dijo mientras entraba para después, colocándolo en un sillón de color negro que se encontraba ahí.

- Retiraré en cuanto te llame me haces pasar a la primera chica. —ella asintió y salió de mi oficina, me levanté y me quite el trague manchado y me coloque uno negro con camisa blanca y una corbata negra, acomode el otro trague para que se lo llevarán a la tintorería y logren quitar lo que esa tonta chica hizo.

—Has pasar a la primera chica. —Le ordene mientras me acomodaba en mi lugar para recibir a un montón de gente ilusa.