Desconocidos

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Ana Elisa

Los mareos continuaba conforme más pasaba el tiempo, el agua no me estaba ayudando a bajar un poco todo el alcohol que consumí, así que la única opción que me quedaba era ir a mojarme la cara me levanté del taburete y comencé a abrirme paso entre la gente me fue algo difícil caminar por la cantidad de gente y por lo borroso de mi vista, al llegar al baño me eche agua rápidamente en la frente pero aún todo se veía borroso a mi alrededor, solté un largo suspiro cuando me mire al espejo estaré ebria pero se que me veo como una completa perra hoy.

Raúl

Me levanté de el asiento eso creo la verdad que no recuerdo ni la mitad de lo que hice me fue hacia el baño, mi gran borrachera no me permita distinguir cuál era el baño de hombres y cuál el de mujeres así que entre al primero que me encontré en el camino, valla tontería porque entre al baño de mujeres otros en mi lugar se hubieran salido de ahí pero yo me quedé de baboso viendo una chica algo borrosa por el alcohol pero aún así lograba distinguir su belleza.

—Haha.—Grito la chica a lo que me dejó al atónito.—Sal de aquí

—perdón me equivoqué de baño lo lamento en verdad.—Me disculpe por mi supuesto error.

—No te preocupes cualquiera le pasa bueno en realidad eso creó.—Al hablar de me podía distinguir que estaba ebria , pero igual ese tono de coqueteo

—Crees.—Rei.—Yo creo que tú eres sexy, candente y linda.—Pude notar el color rojizo de sus mejillas, eso me hizo soltar una sonrisa de satisfacción.—Y que hace una chica tan linda completamente sola

Pregunté mirándola, mientras pasaba mi dedo pulgar por mi labio imaginando algunas cosas que le podría hacer en este baño, además solo sería un polvo de una noche

—pues mi amigo me dejó de seguro ya debe de estar en el cuarto de algún hotel.—Dijo y los dos reímos, algunas incoherencias salían de nuestros labios mientras yo me iba acercando lentamente a ella aplicando un poco mi técnica de sedición y por lo que veo ella no se molestaba en aceptarlas me acerque hasta que por fin el tuvo el primer  contacto con ella colocando un mecho de pelo tras de su oreja.

—Eres muy linda lo sabes.—Eso hizo que sus mejillas se sonrojaran más que antes.

—Gracias, tu también eres demasiado lindo.—Me respondió algo tímida.

Ana Eliza

Sonreí y agache la mirada, hasta que sentí que el tomo mi mentón y lo levanto entonces mire aquellos bellos ojos que me hacían sentir una electricidad correr por mi piel tuve un contacto visual que sentía como su mirada me recorrí hasta los labios y yo no podía evitar hacer lo mismo poco a poco comenzamos a acercarnos más y más hasta que sentí sus labios moverse con los míos al unisón, mientras que una de sus manos tomaba mi cintura dando leves apretones, sentí como su lengua entro en mi boca para hacer contacto con la mía algo provocando que ambas tuvieran una batalla, cada vez su cuerpo se pegaba más al mío dejando sentir aquel calor que emanaba de su cuerpo, de un momento a otro sus mano rodearon mi cintura y dieron un apretón provocando que de mis labios se escapara un jadeo, ese jadeo que me hizo terminar sobre el lavabo que bien podría estar frío pero en este momento mi piel estaba tan caliente que no sintió el frío de aquel mármol que tocaba mis muslo, mis piernas rodearon sus cadera provocando que me pegará a su notoria  entrepierna y rozará con mi sexo esa acción convirtió mi pequeño jadeo en un gemido que retumbó por todo el baño

—Aun con mi pantalón puesto siento la humedad que emana de entre tus piernas.—Dijo avasallando mi cuello con sus besos calientes.

Esas palabras provocaron una electricidad que recorrió todo mi cuerpo y termino en mi sexo, sus manos abandono mi cintura y la llevo a mis muslos poco a poco la empezó a subir dando ligueros apretones hasta que las llevo a mi intimidad.

—No me equivoqué estás tan húmeda que si metiera uno de mis dedos entraría a la perfección y estos quedarían empapados de tus jugos.

Aguante la respiración al sentir como su pulgar se centro en un punto específico, mi clítoris en donde empezó a moverlo lentamente, mordí mis labio para no gemir y que nos oigan porque si les soy sincera no quiero parar cerré los ojos para ser la experiencia más llevadera hasta que sentí su respiración cerca de mi oído

—Vamos no retengas esos gemido, que mi polla se ponga más dura por ti nena. —Dijo a mi oído con esa voz ronca, que me guio a esos ojos que estaban llenos de placer es como si hubiera probado una droga nueva y sus ojos reflejarán el éxtasis que está le está provocando en todo el cuerpo

—Vamos nena gime y grita para que los de allá fuera sepan que te estoy dando la mejor cogida de tu vida.

Sus labios formaron una sonrisa coqueta y no les niego oírlo rogar por mis gemidos me éxito más de lo que mi cuerpo ya estaba a este grado mi cuerpo está perdido y se está dejando guiar a la perdición de la lujuria por un desconocido, su otra mano abandono mi cintura y la otra mi intimidad ambas las llevo al inicio de mis bragas y las bajo lentamente hasta que las quitó por completo

—Serán mi recompensa por hacerte estallar en placer.
Vi como las llevo hacia su rostro y las olió para después guardarlas en su pantalón, sus labios empezaron a recorrer mi cuello hasta mis pechos que estaba cubiertos por la tela  del vestido, siguió repartido sus besos por ambos pechos, dé la nada sus manos abrieron mis piernas de una manera algo brusca

—Tenerte así me pone de una manera que me endurece cómo no tienes idea, abierta y totalmente dispuesta para mí.

No dijo más y dirijo una de sus manos hasta mi intimidad en donde empezó a jugar con mi clítoris arrebatando de mis labios más de un gemido, acomodo sus dedos en mi entrada y lo introdujo con facilidad en mi interior lo movió con rapidez hasta que sintió mis piernas temblar fue cuando provocó mi tan ansiado orgasmo que explotó en su mano

—Te are tener más de un orgasmo en este momento querida

Dijo sacando sus dedos de mi interior para besarme con deseo y placer, tan solo tres dedos de el me hizo estallar de placer sobre un lavabo que  más me espera en estos momentos, llevo un par de minutos para que el abriera la cremallera de su pantalón y bajara su bóxer dejando salir su dura polla la cual tomo en una mano y la empezó a frotar en mi clítoris, provocando mis ansias por el.

—Por favor métela ya.—Rogué con desesperación y esa fue la única palabra que necesito para que de una estocada entrara en esta ocasión no fue un gemido lo que salió de mi boca si no  un grito de placer tal y como el lo pedía.

—Nena tranquila que aún no te la meto toda.—Dijo para tomar mis caderas y meterla un poco más dejo que me acostumbrara al tamaño para introducirla un poco más.

—Solo con eso no quiero que termines en el hospital por un desgarre, quiero dejarte sin caminar no en el hospital.—Dijo y empezó a moverse de una manera lenta que después de unos minutos se convirtieron en rápidas y con fuerza

—Quiero más de ti.—Pedí a gritos de placer y el no se negó a hacerlo la introdujo toda de una estocada que me éxito siguió más y más hasta que sentí como mis paredes vaginales se apretaron en su enorme miembro

—Vamos nena vente sobre mi polla, igual como lo hiciste en mis dedos.—Aumento el ritmo de fuerte a salvaje.

No tarde más que unos segundo para hacerlo y sentir como todo se transformaba en un universo diferente, a lo lejos oí sus gruñido cuando el se vino dentro mío recargo su frente en mi hombro con la respiración agitada, pasaron unos minutos y el salió de mi,  se acomodo su miembro subió su cremallera y salió del baño dejándome sobre aquel lavabo en donde perdí mi virginidad y puede que la dignidad, me quedé analizando lo que pasó pero salí de mis pensamientos cuando recordé que mis bragas estaban en su poder y yo estaba como si nada expuesta.

—Ohh no mierda.—Me baje del lavabo y valla punzada que sentí en medio de las piernas que me hizo gruñir de dolor, me tomo unos segundo recuperarme y salir de aquel baño si Joshue me viera caminar en estos momentos se que se burlaría de mi, pedir un taxi no andaría por el antro sin bragas y con un vestido que apenas y me cubre el culo.

Al llegar a mi casa me deje caer en la cama tal y como estaba me sentía agotada y adolorida como para hacer el esfuerzo de cambiarme en esos momentos.

Me Enamoré De Mi Secretaria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora