Capítulo 6

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Hola, qué tal. Mucho tiempo sin leernos (y yo sin escribir).

En verdad, mil disculpas por la enorme tardanza! (Que te perdone dios, jajaja broma).

El mundo de los adultos es horrible (spoiler del capítulo? jaja), así que se me hace más difícil escribir o dedicar tiempo a esto en general. 

Sé que a nadie le importa, pero no quiero que piensen que solo me voy en escusas, así que aquí va un resumen de mi último tiempo a nivel personal: me cambié de trabajo, me fui a perfeccionar mi inglés a NY un semestre (mientras trabajaba, así que mi tiempo libre era limitado y dedicado a turistear), llegando de vuelta a Chile, me mandaron de mi trabajo a hacer un post-grado que terminé hace un par de semanas, y ahora -como la adulta que soy- estoy en medio de la compra de mi primer departamento. ¡Pero al fin dispongo de algo de tiempo para ponerme al día con mis historias! 

Bueno, sin aburrirlos mucho más, el cap:


—*—


Cuando Cha se había mostrado atento y comprensivo con Minho aquella noche de sábado, no esperaba que el omega se tomara más de una semana en contactarlo —y aún no lo contactaba—, ¡y no es que esté desesperado por volver a verlo o hablar con él!... o tal vez un poco... Sin embargo, había sido lo suficientemente fuerte y decente para no presentarse en ninguno de los trabajos de Minho. Si este no se había puesto en contacto con él, no se sentía con el derecho de invadirlo.

Ahora bien, aunque Cha había hecho todos tus esfuerzos para no presionar a Minho, el pequeño niño sentado frente a él en su oficina, con ceño fruncido, lo estaba comenzando a poner nervioso.

—Rompiste tu promesa —se quejó el niño, cruzándose de brazos con un puchero en los labios.

—En mi defensa, el mundo de los adultos es más complicado de lo que crees.

—¡Es solo darle trabajo a mi papi! —exclamó como si hacer aquello fuera lo más sencillo del mundo.

Cha hizo una pequeña mueca imaginando cómo reaccionaría Minho si supiera todo el plan que él y el niño se traían entre manos.

—Mira, pequeño —se levantó de su asiento y se agachó para quedar a la altura del niño—, tú sabes como es la personalidad de tu padre—

—Es muy cariñoso y paciente —sonrió Sungmin.

Creo que estamos hablando de dos personas distintas, pensó para sus adentros Cha.

—Ya contacté a tu padre —continuó Cha, sin querer contradecir al niño y romper su ilusión—, el tema es que él necesita tiempo para pensar.

Viendo que el niño lo miraba sin comprender —pero bueno, solo tenía cuatro años—, Cha puso una mano en su pequeño hombro y le sonrió lo más paternalmente que pudo.

—Sé que quieres mucho a tu padre y que quieres lo mejor para él. También sé que quieres pasar más tiempo juntos y no verlo tan cansado. Pero piensa que todo lo que él hace es por ti, porque te ama y eres lo más importante en su vida.

Sungmin agachó la cabeza mientras su puchero aumentaba. Cha vio con pánico cómo los ojos del niño se aguaban.

—Por favor no llores —pidió Cha, con un deje de pánico.

—Es que yo quiero a mi papi —sollozó el niño, rompiendo en llanto.

—Lo sé, lo sé —suspiró Cha, abrazándolo. Es demasiado pequeño, pensó ante la nula costumbre de interactuar con niños.

Save the Day | Cha x Minho omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora