🎭🎩°El Titiritero°🎩🎭 ||RUSVENE||

🎭🎩°19°🎩🎭

Aquella avalancha de información lo tomó por sorpresa. Simplemente esperó a que Venezuela hablara, observando cómo todo el odio y el dolor acumulado lo hacían tener un pequeño ataque de pánico.

-Por qué... Debería golpearte?

Habló una vez que el otro se hubiera calmado, aunque seguía temblando y se veía preparado para defenderse a cualquier palabra que Rusia dijera. Eligiendo sus palabras con cuidado, el ruso solo lo tomó de los hombros y lo sentó en el sofá, quedándose a su lado y acariciando su cabello en el proceso.

-Nada de lo que pasó fue tu culpa. Se supone que las familias deben estar allí para protegerse los unos con los otros, pero no todos tenemos familias "modelo"-dijo recostando al venezolano contra su pecho, envolviendo sus brazos alrededor de du cintura-Estoy seguro de que el tú de ese pasado jamás habría pensado en tener la fuerza suficiente para salir del hoyo negro en el que se encontraba... Y actualmente, has podido interponerte al dolor y has luchado por vivir. Eres una persona increíble.

Sintiendo cómo el cuerpo del muchacho se relajaba en contra del suyo, Rusia se permitió sonreír un poco. Por primera vez, se sentía más cercano a él, ambos se estaban mostrando de forma vulnerable el uno con el otro.

Y se sentía... Bien.

Esto era lo que Rusia siempre había querido.

Por su parte, Venezuela cerró sus ojos, sin darse cuenta de que por fin, había iniciado su proceso de perdón y sanación.

El proceso de aceptarse a él mismo.

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Pequeños espíritus flotaban alrededor de las marionetas de Vene, habían despertado abruptamente, dándose cuenta de que aún no era de noche y que Rusia y el Maestro estaban ambos acariciándose con ternura en el sofá.

-Lo logró...-dijo Millie sorprendida, sonriendo con un poco de ternura.

-Ehhh chicos, entonces ahora estaremos con el Maestro así? Sin cuerpos? Será muy incómodo.

-No es necesario...-murmuró Moxxie, dando una pequeña sonrisa triste-El Maestro ya no nos necesita. Rusia lo obligó a enfrentarse a sí mismo... Y ganó.

Los espíritus guardaron silencio, viendo cómo sus cuerpos poco a poco empezaban a desvanecerse en el aire.

-Y si él recae? No estaremos con él...-murmuró Blitz.

-Pero el Maestro ya no se siente solo.

Asintiendo, miraron al espíritu de un pequeño niño de cabello negro y ojos ámbar.

Bogotá estaba en silencio.

Y los niños poco a poco fueron desapareciendo, mientras observaban como aquel que conocieron en su peor momento, aquel que se negaba a mejorar o cambiar su estilo de vida perfecto, ahora.... 

Era el momento donde realmente empezaba a vivir

Y el titiritero corto las cuerdas que lo ataban de aquel pasado roto y dañado...

Para permitirse a el mismo, tener una vida junto a alguien mas, permitiéndose a amar, y permitiéndose a seguir adelante...