9 / One Of The Girls - The Weeknd

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____.

En medio de la oscuridad de la sala, observaba la televisión con cansancio. Había estado en el sofá durante más de dos horas, envuelta en una manta y comiendo palomitas de maíz. Era sábado por la noche, así que no había nada mejor que ver una película.

Los minutos pasaron y observé el reloj que colgaba de la pared; eran las diez con cincuenta ocho minutos. Bostecé, y sintiendo el sueño apoderarse de mí, recargué la cabeza en el respaldo del sofá, pero en ese instante Aidan salió de su habitación. Fruncí ligeramente las cejas y detuve la película de inmediato. Aquel ojiverde vestía unos vaqueros con una camisa azul cielo, la cual lo hacía ver aún más atractivo de lo que ya era.

- ¿A dónde vas? Ya es muy noche. - Inquirí con un toque de interés. Me miró de reojo y se acomodó el cuello de la camisa.

- Saldré con Samantha, pero llegaré mañana temprano. - Contestó tranquilamente. Abrí ligeramente la boca para volver a hablar, pero antes de poder hacerlo, el timbre interrumpió. - Bien, nos vemos mañana. - Se despidió con una ligera sonrisa en el rostro. - ¡Te cuidas! - Exclamó para después salir.

Me tiré contra el respaldo del sofá y suspiré con pesadez. Aidan era un chico muy atractivo; de ojos verdes, sonrisa encantadora, mandíbula marcada, cejas pobladas y un rostro genuinamente llamativo. En donde quiera que pasaba, capturaba la atención de todos, especialmente de las mujeres. Incluso, disfrutaba su vida de soltero, saliendo con cuánta mujer quería. Porque durante el tiempo que llevábamos compartiendo departamento, me di cuenta de que mes tras mes cambiaba de chica. Sin embargo, me canse de esa situación, yo quería ser una de ellas, sentir sus besos y caricias sobre mí, en un toque envolvente...



...



Me miré en el espejo una y otra vez, nerviosa ante lo que iba a hacer. Respiré hondo y cerré los ojos un par de segundos. En el transcurso de las semanas, decidí llevar acabo lo que desde hace tiempo temía hacer, y en ese momento, ya no había marcha atrás; era mi única oportunidad.

Abrí lentamente los ojos y di media vuelta par salir de mi habitación. Con pasos cortos me encaminé hacia la sala principal, en donde Aidan me esperaba para ver las películas que habíamos elegido instantes atrás.

Al llegar, me situé frente a la televisión y capturé su atención de inmediato. Nuestros ojos se encontraron, y él tragó saliva mientras veía cómo me deshacía de la bata de seda, revelándole finalmente, la lencería negra que llevaba por debajo.

- ____, ¿Qué estás haciendo? - Preguntó, sin comprender. Al no obtener respuesta, volvió a hablar. - Por favor, cúbrete. - Ordenó enseguida. Ladee ligeramente la cabeza y caminé hacia él con pasos seguros.

- Sabes perfectamente lo que hago. - Susurré, mordiéndome el labio inferior. Verlo ahí, sentado y viéndome sin disimulo, me hacía sentir caliente. - No te hagas el inocente, el que nunca ha visto a una mujer de esta manera. - Le lancé una mirada acusadora.

Arqueó una ceja y se recostó contra el respaldo del sofá. Sin darle oportunidad a decir algo más, me senté a horcajadas sobre su regazo. Bajé la mirada a sus labios y rodeé con los brazos su cuello. Sus manos se deslizaron con firmeza hacia mi cintura y una amplia sonrisa apareció en mi rostro.

- Dime, ¿Qué es lo que quieres de mí? - Preguntó, clavando su mirada en la mía. Su mano derecha subió hasta mi mejilla izquierda y acarició mi labio inferior con su dedo pulgar, provocando que un suspiro pesado se escapara de mis labios.

- Quiero todo de ti. - Musité, iniciando un suave y delicado vaivén con las caderas. - Quiero ser una de tus chicas... - Continué. Abrió la boca, pero antes de que pudiera negarse, estampé mis labios contra los suyos.

Cerré los ojos y me dejé envolver por la cálidez que me emanó su boca. Sus labios se movieron a la par de los míos, y su lengua se dedicó a explorar mi cavidad bucal mientras jugaba con la mía, incitándome a experimentar sensaciones más profundas.

- ____, te conozco. - Dijo, apartándose del beso. Me miró a los ojos y continuó hablando. - Sé que no te gustan las cosas de un solo momen... - No le permití terminar de hablar y lo besé nuevamente, pero esta vez con más intensidad.

- No tenemos que estar enamorados. - Aseguré, desabotonando la camisa que llevaba puesta, para retirarla de su cuerpo. Mi mirada se posó en su abdomen bien marcado, y mis caricias mostraron la dicha que él me hacía sentir. - Solo quiero ser una de tus chicas esta noche. - Concluí, sosteniéndole la mirada.

Quise aguardar por su respuesta, pero enseguida se levantó y me llevó entre sus brazos hasta la cama, en dónde me recostó sin ninguna pizca de delicadeza.

Se posicionó encima de mí y sus manos se deslizaron al inicio de mis bragas, para bajarlas de un tirón, liberándome de la prenda con facilidad.

Cerré los ojos y tiré de mi cabeza en cuanto la yema de sus dedos trazaron un camino por mis muslos, hasta llegar a mi entrepierna baja. Capté la risita que escapó de sus labios y apreté los dientes al sentir cómo dos de sus dedos rozaron ese punto sensible, ese que ya se encontraba mojado.

- Mírame a los ojos. - Ordenó, sujetando con fuerza mi mentón. Se acercó a mi boca y mordió mi labio inferior, para después tirar de el con suavidad.

Abrí los ojos al sentirlo apartarse, y observé cómo bajó el cierre de su pantalón, para luego quitarse el boxer que cubría su masculinidad y así terminar completamente desnudo.

Una mezcla de anticipación y deseo se reflejó en mi rostro al tenerlo así, sobre mí, sin ninguna barrera, revelando su confianza característica y una sonrisa llena de altivez, lo que me provocaba un intenso calor.

Con su mano derecha me aferró con seguridad por la cintura, mientras con la otra guió su miembro a mi entrada. Nuestros ojos se cruzaron y una chispa de complicidad brilló entre nosotros cuando lo deslizó sobre mi punto débil, desatando un ola de electricidad que recorrió cada parte de mi ser.

- Por favor. - Supliqué en un susurro apenas perceptible. - Solo... ¡Ah! - Me penetró de golpe, haciendo que un gemido alto se escapara de mi labios.

Envolví su espalda con mis brazos y me entregué por completo al torbellino de sensaciones que me ofrecía en ese instante, porque no había nada mejor que pasar esa noche junto a él, sintiendo cada movimiento firme en mi interior, mientras me expresaba lo mucho que había deseado que eso sucediera.

Lo miré de reojo, notando como su boca se entreabría cada que continuaba moviéndose sin pausas. Quizás lo que sentía por él no se limitaba a una simple atracción sexual, pero sabía que esa noche era única, porque estaba siendo mío, porque sus besos y caricias me pertenecía en ese instante, tal y como siempre había soñado...


















Por fin les subo este OS, el cual he intentado terminar durante varias semanas, pero es que el día en que planeaba escribirlo por completo, tuve que ir al hospital por una urgencia, y después de eso no encontré otro momento como ese para hacerlo, o simplemente no me sentía con ánimo.

Pero bueno, espero que les haya gustado 🫶🏻

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⏰ Última actualización: Mar 19 ⏰

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One Songs | Aidan Gallagher +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora