Cuestión De AOB

Autocontrol

Inicie esto muy tarde y espero, no con mucha esperanza, estar al corriente de las demás historias, sin más que lo disfruten.

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El aire a su alrededor estaba cargado con tantos aromas, todos con ese característico dulzón de la época, otros más revueltos con aromas picantes pertenecientes a algunos guardias y criadas del palacio. Aunque el verano aún se encontraba lejos Zuko podía sentir que se quemaba de adentro hacia afuera, Y mientras trataba de prestar atención a lo que aquel grupo de consejeros trataban de decirle tenía que luchar contra la incómoda erección que comenzaba a levantarse, de nuevo.
El señor del fuego se veía molesto, su seño fruncido alejaba al resto pero también alentaba a otros a "ayudar en su momento de mayor necesidad", no era secreto que aún avían algunos que no aceptaban el actual matrimonio real. Y no perdían cada oportunidad de preservar la pureza del linaje, mujeres iban y venían por todo el lugar recargadas disimuladamente en alguna pared como gatas en celo tratando de dejar su aroma para atraerlo. Y eso solo era en ese día.

-Usted que opina al respecto su majestad. -

Zuko miro al consejero que abia hablado, tragó saliva con algo de dificultad antes de hablar, tratando de disimular su voz más ronca.

-Es muy apresurado dar una respuesta, me gustaría revisar con mayor detalle el asunto tomando en cuenta lo que hemos hablado hoy. -dijo levantándose con cuidado de no ponerse en evidencia, lo cierto era que no avía escuchado lo que avían estado discutiendo.

-Si su majestad así lo decide. -

Mientras todos dejaban la sala no faltaron los comentarios sobre la situación en la que se encontraba el señor del fuego, y entre todos un par de comentarios con referencia a su esposa.

"Seguro su esposa debe estar revolcándose con alguien más en este momento, es el problema de un Omega que no puede reprimir los instintos para los que fue creada."

"pobre de nuestro señor que se niega a aceptar a alguien más, al menos para aliviar su frustración."

Eso fue lo que rompió un poco de su control, lo que pasó después fue que los médicos tuvieron que llevar al joven consejero al ala médica para que recobrará la poca conciencia que avía perdido en su pequeña discusión. Zuko termino encerrado en su oficina lo que resto del día y así paso los dos días siguientes, teniendo que calmar sus instintos él mismo o con un baño de agua fría cada que sentía que estaba perdiendo el control, las damas nobles he hijas de algún funcionario no dejaron de buscarlo y abordarlo cuando lo veían en algún pasillo. Tal vez avía sido mala idea abrir el patio principal para uso público pero sería un tema que devia discutir con su esposa en cuanto regresará.

-Mi señor que sorpresa verlo, hoy en día ni siquiera sale al jardín. -dijo una joven de largo cabello negro y lacio, su apariencia y ropas gritaban la posición noble que ostentaba, y sus claras intenciones con él.

El aroma de las fresas lleno el aire en el poco espacio que avía entre ambos, Zuko miro la puerta de su oficina a un par de pasos, pero la mujer no se lo iba a dejar tan fácil, mientras ella trataba de hacerle una conversación se acercaba con pasos pequeños a él, Zuko sentía como esa necesidad reprimida peleaba por salir, pero otra parte de él no quería a nadie más que no fuera aquella mujer que olía a flores de hielo.

-¡Mi señor se siente bien! -exclamó la mujer con vos suave que a oídos de cualquiera sería como terciopelo, -dejeme alludarlo mi señor. -ronrroneo mientras estiraba su mano para acariciar su túnica en el área de su cuello.

Zuko trato de hablar para exijirle que se alejaran de él pero su vos cambio a un gruñido qué en lugar de alejar a la intrusa la ánimo a seguir. Los ojos de la mujer no dejaban de brillar con la anticipación, su respiración se ajito tratando de llamar más la atención del alfa frente a ella. Pero cuando sus dedos apenas tocaron la tela otra mano ajena la tomo de la muñeca. El agarre era fuerte, seguro de que dejaría una marca roja con un posible moretón. Ambos vieron a la mujer de piel morena y ojos azules parada entre ellos. Zuko abrió los ojos con sorpresa pues no avía detectado su aroma, tal vez era por el intenso olor de las fresas o por qué en ese momento su esposa tenía un olor ácido, ella estaba molesta y tenía su justificación.

Katara estaba ansiosa por llegar al palacio, esos tres días avían sido difíciles estando tan lejos de su esposo, ambos eran unos distraídos pero con todo el problema de las fábricas siendo desmanteladas y los nuevos sentros de ayuda ninguno se tomó el tiempo para checar la época en la que estaban entrando. Ella se la avía pasado tomando litros y litros de té de raíz de dragón, mientras arreglaba los últimos detalles de los centros, pero eso parecía no funcionar, solo quería llegar y encontrar a su marido, de preferencia en su oficina trabajando, pero la imagen que vio al hacercarse al pasillo corto ese aroma dulce que la rodeaba. Ahora apretaba con toda su fuerza la muñeca pálida de aquella mujer con olor desagradable, las pocas palabras que alcanzó a escuchar sirvieron solo para aumentar su enojo y frustración.

-No es digno de una dama de sociedad ofrecerse así a hombres casados, -dijo con una expresión de completa seriedad. -menos si su esposa está precente. -

La mujer jalo su mano tratando de liberarla del agarre frío que comenzaba a quemarla, trato de pedir ayuda al señor del fuego pero este estaba más envelezado en su esposa que en lo que ella pudiera sufrir. Katara al final la soltó dándole una última advertencia antes de jirarse y desaparecer dentro de la oficina de Zuko.

-Señor...-

Ella trato de apelar al lado protector del alfa pero este gruño como advertencia para que se alejara.

-Ahorre sus palabras y abstengase de regresar al palacio. -

Zuko dejo a la noble en el pasillo y se apresuró a entrar a su oficina cerrándola con fuerza. Dentro katara lo esperaba recargada en su escritorio con los brazos cruzados, Zuko se acercó a ella en tres pasos acorralandola entre el escritorio y su cuerpo. Para él el tenerla ahí era un regalo de los espíritus, podía oler el pomelo dulce y las flores de hielo refrescando el aire, con ese característico aroma a cedro blanco y ámbar, su marca. Todo eso ocasionando una chispa que recorrió todo su cuerpo, sus manos no tardaron en posarse en la cadera de la maestra agua, anciosas por recorrer ese cuerpo con el que avía estado fantaseando en tocar, pero ella le tomo las manos impidiendo que las siguiera subiendo.

-Puedo notar que no ha sido la única que se te ha acercado, -dijo apretando el agarre de sus manos sobre las ajenas. -creo que deberíamos discutir sobre el dejar pasar a mujeres en este tipo de épocas. -

Ella siguió hablando pero lo único que Zuko podía escuchar era su instinto reprimido. Con un movimiento fuerte safo sus manos de las de la maestra agua y la obligó a jirarse dándole la espalda, katara se quejo por el movimiento bruco dispuesta a protestar, pero las palabras se atoraron en su garganta cuando sintió los dientes de su esposo mordiendo la marca que él le avía hecho meses atrás, katara dejo salir un pesado jadeo cuando Zuko la soltó solo para apretarla más contra el escritorio y susurrar en su oído.

-Yo soy el que tiene que discutir un asunto muy importante contigo. -

Sus manos volvieron a sus caderas, está vez subiendo la falda de su vestido encontrando lo que tanto avía anhelado desde que comenzó la temporada. Katara volvió a jadear al sentir sus manos enérgicas apretando sus muslos y entre sus piernas, por ese día dejaría el asunto, ahora tenía otros problemas que avía mantenido a ralla todo el fin de semana.

-¡Ho, alfa!. -grito con un poco de urgencia, sin importar que alguien la escuchará desde el pasillo, o si aquella noble aún estaba ahí parada, en cuyo caso sería mejor para dejarle en claro a quien pertenecía el gran señor del fuego Zuko.

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Comenze esto tarde, tal parece que me gusta trabajar con algo de presión 🤣, bueno dejen su ⭐ si les ha gustado y su comentario, y por la parte picante no se desesperen en algún capitulo la pondré, pero creo que ese no es el objetivo principal de este reto