Esto es algo que el maestro fuego ya avía visto, en especial del guerrero del sus y el pequeño maestro aire, pero que nunca avía puesto en práctica. Después de que regresaron de la roca hirviente veía como sokka siempre sorprendía a su novia con algunas flores que podía encontrar entre los acantilados del templo, y el avatar que aunque no fuera mucho también se esforzaba en darle pequeños regalos a la maestra agua, a veces eran frutas, otras flores o piedras con una historia interesante. A ellas parecía gustarles y él pensaba que también podía hacer algo similar para ganar de nuevo la confianza de la maestra agua. Pero Zuko nunca fue de regalar algo, pensó en tantas cosas y al final nunca pudo hacer nada, en parte porque la chica le gruñía cada que intentaba acercarse a ella, o simplemente lo ignoraba cuando trataba de saludar. y en cada intento siempre tenía que haber alguien para reírse de su fracaso.
—No te preocupes, —dijo una voz imponente a sus espaldas, mientras una fuerte mano apretaba su hombro. —no dejes de tratar de darle la mano, en algún momento ella vera tu verdadero cambio. —
Esas fueron las palabras del propio padre de la maestra agua, aunque no falto tampoco la sutil advertencia. Fue después de su pequeño viaje que ella por fin le permitió ser parte del equipo, y aunque ella ya no le gruñía aún seguía sin saber cómo acercarse a la chica.
Una tarde mientras él pensaba en lo difícil que era dar un obsequio, y que era una parte de porque su relación no funcionó con Mai, alcanzó a escuchar un leve gruñido de frustración. Cuando Zuko fue a investigar vio a la maestra agua peleando por encender el fuego en la cocina, frotaba las piedras de fuego desgastadas pero estás solo soltaban polvo y pedacitos de la misma. Katara suspiro de nuevo, ya era tarde y devia apurarse para tener lista la cena, pero las piedras de fuego se avían mojado gracias a su hermano y el lémur volador que corrieron apenas vieron el desastre que avían hecho en la cosina, y entre todo haber dejado caer las piedras en una cubeta llena de agua y aceite. Katara trato de secarlas con su flexión pero el aceite se quedó inprecnado en cada poro de la roca y ahora era difícil hacer fricción con ellas.
—Si los vuelvo a ver en la cosina...—murmuró entre dientes.
Zuko se acercó y con un chasquido de sus dedos dejó caer una pequeña flama que encendió la baraña de madera en la estufa, katara vio el fuego encendido y después al príncipe que le sonreía.
—Gracias Zuko, —le sonrió muy agradecida con la ayuda, —creo que ahora se a quien le tocará el plato extra de sokka. —dijo en broma.
Ambos rieron, Zuko sintió una pequeña chispa de orgullo por esa simple acción, y sintió algo más cálido cuando ella reconoció el gesto. Después de ese incidente el maestro fuego no dejo de ayudarle, tiempo después sokka avía conseguido nuevas piedras para el fuego pero katara seguía prefiriendo el ofrecimiento del principe para prender la estufa, también en su tiempo libre la ayudaba en cualquier quehacer de la casa, los que más le agradaban eran los ratos en que se contaban las historia de sus viajes por separado mientras doblaban ropa. Y en un día Zuko llegó con una gran godornis arpía que avía encontrado mientras hacia una de sus rondas por la propiedad. Aunque el joven avatar protesto por el sacrificio katara al final lo cosino. La maestra agua trato de ocultar su sorpresa y admiración mientras preparaba la cena, pero una sensación de calor y cosquilleo la inundó, ya lo avía sentido antes, con cada cosa que el maestro fuego avía hecho por ella, y ahora resivia esto. Algo extraño para ser un regalo pero que para katara era algo único, el príncipe le avía demostrado en poco tiempo lo atento que era, el gran guardian y proveedor que podía ser con su manada, ella no podía ignorar esos detalles o al menos su instinto se lo impedía, gritándole que era el indicado, que él podía cuidar de ella y futuros cachorros, que devia aceptar este extraño cortejo del que al parecer el maestro fuego no era consiente o al menos eso le parecía a ella. Aún así esa noche disfruto del inusual regalo más que cualquier otro que le aya dado Aang o cualquier otro que intento cortejarla consiente mente.
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Me gusto mucho como quedó la mini historia, yo pienso que las flores son bonitas pero al final hay un sentimiento de tristeza cuando las ves ya marchitas, (al menos la comida es un recuerdo que te quedará en la mente, y en el estómago 😆,) ya en serio, creo que las acciones son las que más importan y las que dicen más que las palabras, así que si vas a cortejar a alguien demuestra que eres una persona con una vida estable, tampoco te quedes con la primera oportunista que a la primera falla se arrepiente de estar a tu lado.Saludos abrazos, chao.
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Cuestión De AOB
Hayran KurguEstá será una serie de drabbles y oneshots del mundo avatar la leyenda de Aang, la mayoría serán alrededor de la pareja de zutara, pero de vez en cuando habrán otras más. Esta historia participa en el #Omegacember de Fanpage @Es de fanfic en facebo...