Apóstoles de Cristo

El final ya está aquí

Carlos

Wao,quien diría que no pasó nada malo en este bosque lleno de peligros,si se podría decir así.

Si hemos pasado una buena noche de sueño sin molestias y sin calor ni frío es gracias a Dios.

Incluso los animales salvajes pasan lejos simplemente ignorandonos.

Cuánto se nota que Jesucristo nos protege.

Siendo más breve ya seguiremos el rumbo hacia nuestro destino que es nuestro hogar.

Esteban

Ya nos faltaban dos kilómetros para llegar,ya poco.

Pero en el camino hibamos conversamos para entretenernos.

—Ya no falta mucho,o,¿Sí?

—Esteban,cálmate ya estamos llegando.

—Sabes que siempre mantengo la calma porque el omnipotente (Dios) siempre está conmigo.

—Amigo recuerda que Cristo me llamó por tu mano y haora estoy en estos hermosos caminos.

—Es verdad.¡Mirá!—Le avisé lo más rápido posible.

—Mira a tu izquierda,vamos a investigar ese lugar por si acaso,siento que le Espíritu Santo me dice que vallamos hacia allí.

Al frenar el carro nos dirigimos aquel pacífico lugar,la verdad,no me lo esperaba.

Fabián

Ya saldremos a nuestra casa,se que no tendremos dificultades.

Solo di un paso afuera cuando mire a mi derecha e ví a mi hermano,mi rostro tenía una expresión de alegría la cual era difícil de quitarme la en aquel momento.

Nos abrazamos muy alegres ya que hace muchos días que no nos vemos.

—Ha pasado poco tiempo pero he sentido que fue una eternidad—Esteban suspiró aliviado.Ni mi hermano ni yo podemos estar lejos sin avisarnos dónde estamos porque estamos tan acostumbrados a vivir cerca.

—Bueno vamonos ya vámonos tengo hambre por favor—Se expresaba Carlos mientras sostenía el bastón de palo que había hecho y con la otra mano se la frotaba suavemente en el estómago para demostrar que de verdad tiene hambre.

—Bueno ¿Qué esperamos?—Responsdió el oficial que acompañaba a mi hermano.

Nos dirigimos lentamente a la camioneta  mientras conversabamos.

Cuando nos sentamos y acomodamos cada uno en cada asiento de la camioneta empezábamos a contarnos cosas para entretenerse en la cantidad de metros que teníamos que recorrer

—¿Cómo se llama tu jefe?—Pregunté ya que no lo mencionó en ningún momento.

—Bueno mi jefe se llama Stanley,es callado y también es cristiano algo muy interesante es que vivía en Inglaterra y haora está viviendo aquí.—Tomó dos segundos para tomar aire mientras conducía—No le gusta hablar de su vida personal y tenía en el pasado una vida trágica.

—Oye ¿Acaso es detective?—Carlos se emocionó con la historia.

—Sí—Fue su breve respuesta.

—Y tú ¿Cómo te llamas?—También se lo pregunté porque ni siquiera se tomó el tiempo de presentarse.

—Richard Harnynsons.

—Me gusta—Carlos comentó rápidamente.

Después de un rato de silencio y parar para comer de lo que habían guardado para el largo viaje llamó una chica que también es oficial y Esteban aprovechó aquel segundo de parada para tratar de llamar a su mujer.

—Amigos—Richard habló muy nervioso.

—¿Qué pasa,ve al grano que me pones nervioso a mi también?—Exclamé.

—No podemos de tomar el camino que decidimos pasar,por le simple motivo que están armando un tiroteo en todo ese lugar tenemos que tomar una más largo.—Guardó el teléfono de FBI que poseía—Les tengo que informar que también hay guerra mundial en Israel.

Ese momento me impactó demasiado que me quedé cansadísimo,es señal que Cristo ya está aquí y ya es hora de que el Altísimo venga por su iglesia.

—Bueno,solo les digo que se arrepientan si han pecado antes de que sea muy tarde—Advertí.

—Te entiendo—Se expresó Carlos.

—Bueno y ¿Qué esperamos? vámonos ya para llegar más deprisa—Esteban se notaba apurado y con una alegría inmensa.

El camino en si es muy largo,teníamos que hacer paradas en varios lugar.
Gracias a Dios teniamos en el equipamiento reservas de gasolina por si acaso.

Hicimos una parada en una gasolinera que se encontraba en mitad del camino.

—Compraré unas galletas,también unos chocolates e otras cosas para el viaje—Me expresé con anciedad de poder comer algo dulce.

—Bueno apresúrate— Respondió Richard.

—Recuerda que soy un adulto—Sacaba el dinero para contarlo.

—Eso ya lo sé.

—Da igual.

Comprando todo seguimos el largo viaje.

Ha veces parabamos para orar todos y que el viaje sea próspero.

Bueno ya casi nos acercamos tampoco hay que ser pesimista tenemos que confiar y creer en Cristo.

Ya por cuatro kilómetros de distancia que llevamos,creíamos que sería mejor tomar una pausa.

Estar sentados todo el tiempo nos hiba a cortar la circulación.

Menos mal que estábamos armados,o,bueno algo armados.

En esa pausa vinieron un grupo de asaltantes,unos cinco pero Dios es misericordioso y pudimos derrotarlos con algo de facilidad.

—¡Alto hay,denos absolutamente todo y los dejaremos vivos!—La voz arrogante de aquel hombre era bien molesta.

—No hay necesidad de matar ni de hacer daño—Con toda calma habló Richard.

—¿Qué quieren?—Pregunté.

—¡Solo queremos dinero sino nos dan el dinero los mataremos sin remordimiento!.

—Les daremos dinero pero no es mucho—Carlos les ofreció amablemente.

—Espero que si—Uno de su banda bajó la guardia.

—Miren,¿Dónde viven?—Esteban se aventuró a preguntar.

—No tenemos casa andamos vagando por hay robando a cada persona que vemos—Fue muy sincero al contestar.

—Bueno seamos aliados,a cambio les daré trabajo,casa,comodidades y comida—El agente de la FBI fue muy justo.

—Aceptamos—No lo pensó dos veces.

—Bueno suvance y le daremos lo prometido—Apresuró Esteban.

—No se diga más—Se amociono uno de ellos.

No hubo sangre y ganamos aliados pero de verdad que no tenian donde morar.

Pero eso ya se arregló.

Sus nombres eran Jenry,Maikol,Zeen, si,Zeen,Sergio y Donnald.

Bueno lo mismo hicimos varias paradas,duró como seis días.

Pero cuando llegamos resivimos una buena sorpresa.

Algo que no me turvó pero si me pusó muy nervioso.

El fin ya está aquí se veía en las nubes,Cristo ya vino los siete sellos todo.

Continuará...