Estar en un espacio bastante claustrofobico era un plan perfecto para tus tiempos libres, ¿verdad? No estaría tan mal, si no estuvieran coqueteando con tu compañera a tu lado y mucho peor cuando la llama como el amor de tu vida.Simón giro la cabeza, su otra versión más... físicamente superior le hablaba con mucha atención a Meiko, quien parecía solo escuchar en silencio. Aún estaba enojada con él, a pesar del extraño momento que habían tenido hace rato.
¡GOLB, se quería pegar un tiro!
Se abrazaba a sí mismo, pues en esa habitación tan grande, no lograba tomar aire frío, le daba una sensación extraña al sentir todo tan caliente. Apretaba su brazo con sus dedos morenos. Sin embargo, no podía parar de escuchar esos coqueteos que pasaban a su lado. Toda su atención fue dirigida hacia ella cuando se levantó del lugar, a pesar de que claramente le dolía mover su cuerpo, poso una mirada más seria en Simón.
— ¿Podemos estar más a solas? —murmuró ella. No tuvo que esperar mucho para una respuesta.
Sonrió a sus adentros.
Una pícara sonrisa se coló en él cuando giro "discretamente" a su variable. Por alguna razón, sentirse elegido le gustaba... no, le gustaba que ella lo haga. Lo llevó a uno de los baños, pues todos tenían una especie de "cuarto de pánico".
Meiko se estalló contra la pared de metal.
— Mierda, verdad —se replicó el varón a sí mismo, tomando a la pelirroja de los brazos para mantenerla en pie.— Eres una tonta, deberías estar sentanda.
Suspiro, casi como si fuera una derrota, su cuerpo se deslizó por el metal frío, hasta que su trasero se apoyo en el suelo. Su mirada parecía sombría. Algo en su cabeza se repetía una y otra vez, un carrusel incesante donde la única que giraba era ella, viendo pasar todo eternamente.
Sintió una cálida mano frotar sobre su cabello, el moreno le sonreía débilmente. Su mirada se suavizo, pero aún la aparto, haciendo una especie de puchero.
— ¡¿Aún sigues enojada?! —grito sorprendido, más que cualquier otra cosa— ¿Entonces para que querías que viniera contigo?
— Me gusta que estés conmigo —pensó la chica, para su sorpresa, su voz no fue capaz de salir— No quería estar sola —reemplazo, esta vez sus cuerdas vocales sí funcionaron.
Simón miro a la chica sentada en el suelo, parecía tan desanimada que le picaba hacerle sonreír. ¿Así era como se sentía Fionna cuando lo veía tan mal? Se sentó a su lado, sin llegar a tocarla, no quería que lo volvería a apartar, eso sí lo molesto.
— Igual, con que no esté el otro Simón, estoy bien —murmuró tranquila, cerrando sus ojos— Es un dolor de cabeza
— Lo notaba en tu cara —se burló levemente, sonriendo entre sus dientes. Sus ojos se movieron a su mano, de forma inconsciente parecía cubrir su herida— ¿Qué tal haz estado? ¿Crees que has perdido más sangre?
La chica bufó, sus cejas de arquearon, parecía un poco más enojada.
— ¡¡Claro que sí!! ¡Por eso no estoy soportando a nadie ahorita! ¡¡Duele y me siento cada vez tonta!!
Mando su cabeza con fuerza hacia atrás, golpeando levemente la puerta de metal que tenía en su espalda. Gruñó, a este punto solo quería largarse de ese estúpido universo.
— ¡¡Vamonos!! —tomó el brazo de Simón, jalandolo hacia ella y luego alejando, un vaivén con la fuerza justa para moverlo.
— Tenemos que esperar —respondió, intentando calmarla, aunque sea un poco.
A pesar de su sería cara, verla actuar de tal manera hacia que su corazón se derrita. Con cualquier otra persona se hubiera irritado seguramente. Su poca fuerza acabó, terminando en recostar su cabeza en el hombro del varón. Sus dedos se escondían en el huevo que se hacía entre el brazo y el torso de Simón, como buscando calor entre sus dedos fríos.
— De todas formas, nos podremos largar de aquí en media hora —murmuró desde su acurrucada posición.
El castaño giro su cabeza hacia la chica, su rostro era tan pacífico, llegaba a entender que estuviera cansada. Apretó sus labios, quería preguntarle sobre la pintura que le había dado la extremidad de GOLB... ¿pero cómo? ¿Preguntarle si tiene hijos directamente? ¿Una familia...?
Sí, eso es más normal
— Meiko —llamó, la nombrada subió su rostro para verlo— ¿Tienes familia? Digo, siempre pareces estar de aquí a allá, entonces... no sé...
Silencio.
Y más silencio.
Demasiado silencio.
¡¿Mierda, lo arruino?!
— Escape —dijo finalmente, su voz parecía que empezaría a llorar. Sus dedos se presionaron contra el brazo del varón— Y luego... —mordió su labio, con bastante fuerza para no sacar su llanto— GOLB me quito lo único que tenía. Por él hago todo —metió su mano a su abrigo, una pequeña foto se deslizó entre sus dedos. Sí, era Darien
— Fue extraño, GOLB... tenía una aspecto más humanoide y parecía sufrir —sus ojos se entrecerraron, viendo la foto— Pero lo mató, en ese y en todos los universos esta destinado a morir.
Petrikov abrió con sorpresa los ojos, entendía ese sentimiento, a pesar de no expresarlo en su totalidad, esa impotencia que notaba en la chica la sufría él mismo. Tomó su mano, su cara decidida, estaba totalmente seguro de lo que haría.
— Meiko, hay que hacer que vuelvan —dictó. Sus ojos aferrados a los de ella. Ambos aferrados a una esperanza.
— Pero prométeme que no me vas a ocultar nada más —puso su dedo sobre los labios del moreno. Los paso delicadamente a su mejilla.
— Sin secretos, lo prometo —puso su mano de la misma forma, suavemente sobre su piel— Y espero lo mismo.
Ella asintió, esa cara de determinación que se le veía mucho más habitual en ella. Esa luz que tenía volvieron a sus ojos esmeralda.
— ¡¡La pareja que está en la habitación de pánico, dejen de coger y salgan de una vez!! —el grito provenía de afuera, junto a los golpes nada sutiles contra la puerta.
Ambos se miraron, con un leve sonrojo en el rostro. Rieron, había pasado más tiempo allí adentro de lo que habían calculado.
La mochila de la mujer se iluminó en un tono casi igual a su cabello, la pequeña estatuilla de GOLB, responsable de saber si allí estaba el Clak, por fin tenía su respuesta.
La chica miro eso con decepción. Un suspiro salió de sus labios, mirando al varón, sin embargo, encontró una mirada de ilusión.
— Igual, no importa, solo quedan cinco universos que revisar, en menos de tres días acabaremos con esto —dijo, intentando subir los ánimos.
Jadeo de dolor, el metal donde apoyaba su espalda empezó a hervir obligandola a alejarse de golpe.
— ¿Qué carajos?
Aquel metal empezaba a ser fundido. La mujer sabía muy bien de que se trataba.
— Esto va a doler —la chica se apresuró en dibujar el círculo en el suelo, escuchar como la pieza de metal caía le hizo sentir como todo paraba frente a ella— ¡Salta!
Simón se lanzó contra la mujer, con la esperanza de ambos lograr escapar, pero obviamente no lo lograron.
Gracias por leer
Mu1tiversal
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Rojo GOLB (Hora de aventura- Fem OC x Simón)
Fanfic20/11/2023 Después de haber solucionado el mundo de Fionna y Cake, Simón intenta dar un sentido a su vida, darle un significado que GOLBetty le había dado la oportunidad, sin llegar a superar a su querida Betty realmente. Sin embargo, una chica lleg...