Némesis - 4 -

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En una mesa decorada de rubís estaba Bel Rache... recibiría el precio por su vida.

- Es un hermoso blanco, ¿verdad? – modelaba su vestido.

- Te vez... divina – dijo sin perder de vista los movimientos de Némesis. – un divino ángel. – se mordió los labios.

Némesis daba pasos elegantes para llegar a Bel, sonriendo se sentó a horcajadas.

- Yo sé que mientes. Porque escuche que te encanta el color rojo, pero te fascina de una manera peculiar – le susurro al oído – escuche que te vuelve loco.

Némesis tomo unas bolsas de sangre que estaban en una pequeña mesa, las abrió y comenzó a bañarse con ellas. Conforme escurría la sangre por su piel soltaba pequeños suspiros. Aquello empezó volver loco a Bel.

- ¡Sigue! ¡no pares! – decía agitado Bel – tenías razón, ¡así lo prefiero! rojo escarlata. – dijo entre dientes. Emocionado. - sabía que iba ser recompensado por no haberte mato aquel día. – sonrío sínicamente. – eres mi mayor trofeo. La única que satisface mi locura.

- Y tú eres el único que satisface mi dolor. – dijo entre dientes. Con odio.

Tomo un cuchillo grande, brillaba de lo filoso que estaba, Bel miraba con asombro a Némesis.

- Esta sangre es artificial. – limpio un poco. - bueno eso mencionaron. – le restó importancia. - pero yo quiero asegurarme de tener sangre real. – sus ojos brillaron. - ¿Qué tal la tuya?

- ¡No! ¡bájate! ¡no lo hagas! – grito alterado Bel.

- Solo será un poco. – empezó hacer algunos cortes. – no dolerá. – encajo el cuchillo en el hombro izquierdo. – quiero probarte. – encajo más profundo haciendo salir más sangre. - solo un poco más. – dijo llena de odio.

Bel gritaba del dolor. Aquello no le importaba a Némesis, ella estaba inmersa en sus recuerdos, que ni los gritos de Bel afectaban. Como había dicho, estaba satisfaciendo su dolor.

- Se siente también probar de tu dolor. – dejo el cuchillo aun lado. – pero fuiste un chico malo y gritaste. – fingió pena. – tendré que quemar un poco la evidencia.

Tomo un encendedor y comenzó a pasar por las heridas. Provocando más gritos de Bel, Némesis solo observaba como las heridas se carbonizaban.

- ¿Sabes porque Romeo y Julieta se envenenaron? Porque sabían que la vida no valía nada si no había amor en ella. – se quedó viendo a la oscuridad. – tu vida nunca valió nada. Y el único amor que tuviste, te acaba de apuñalar y te tiene a su voluntad, ¿Por qué vivir entonces? – puso su vista en él. - no morirás hoy... vivirás para satisfacer mi dolor. - Némesis se levantó y camino a la salida de la habitación. – lo harás lentamente, el veneno te matará, yo te mataré.

Aquel demonio recupero sus alas ...

°| Némesis |°  (Primera Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora