Por una Gatita
El reloj marcó la hora de salida y la mayoría de los trabajadores de la compañía de publicidad "Lotus" recogieron sus pertenencias y se dispusieron a regresar a sus hogares. Era un lunes como cualquier otro, inicio de semana, descansar bien era la única opción para batallar el resto de la semana y llegar vivos hasta el viernes, que era cuando podían relajarse y salir a beber con amigos, y así repetían la misma rutina.
Xiao Zhan hizo lo mismo tras despedirse de sus compañeros de oficina. Era un joven de veintiocho años de edad, diseñador gráfico, originario de Chongqing, en donde vivían sus padres, pero actualmente estaba establecido en Beijing para seguir su sueño de convertirse en editor en jefe de la revista para la que trabajaba.
Era un joven muy apuesto aunque él se puntuaba con un seis. Lo que más resaltaba de Xiao Zhan era su sonrisa; y cuando lo tratabas te dabas cuenta que era una persona amable, dulce y agradable, con muchas ganas de superarse. Era sorprendente que a estas alturas de su vida, Xiao Zhan seguía siendo soltero. Lo cierto era que estaba tan enfrascado en los últimos proyectos que debía entregar para el puesto de editor en jefe, que había dejado la parte sentimental de su vida a un lado. Su fiel compañera era una hermosa gatita llamada Jiānguǒ, la gatita tenía patas cortas y pelaje blanco con manchas oscuras en su espalda y cola, como una vaca. Xiao Zhan vivía con su gatita en un apartamento cerca de su trabajo. El apartamento contaba con una hermosa vista de la ciudad, con grandes ventanales en el living en donde Jiānguǒ se pasaba horas durmiendo en su cama aérea colocada especialmente para ella.
Xiao Zhan puso el código de seguridad de su puerta y entró a casa esperando el usual saludo de Jiānguǒ, quien se tiraba al piso con la pancita descubierta para que él la acariciara, pero nada de eso sucedió; ni un maullido, ningún ronroneo.
— Jiānguǒ... —llamó extrañado. Quizás seguía dormida, pensó—. ¡Jiānguǒ, ya estoy en casa!
Nada.
Se dirigió a la cama de la gatita cerca de las ventanas y no la encontró, la buscó en su castillo rascador y tampoco estaba ahí; en la cocina, en el arenero, nada. A estas alturas Xiao Zhan estaba haciendo memoria ¿había cerrado la puerta al salir? Por supuesto que sí.
Apresuró el paso hacia su habitación y volvió a llamarla, esta vez con mayor insistencia.
— ¡Jiānguǒ!
Entonces escuchó un quejido.
El ruido venía debajo de la cama. Xiao Zhan se arrodilló para buscarla y por fin la encontró. Jiānguǒ estaba hecha una bolita y parecía temblar.
—Linda, ¿qué tienes? —exclamó preocupado al tiempo que la sacaba de la oscuridad para cargarla en brazos. Jiānguǒ se quejaba de dolor.
Xiao Zhan no tenía que ser un especialista para darse cuenta que su gata tenía algo grave; las orejas agachadas, los ojos cerrados y el dolor abdominal, le decían que debía llevarla al médico veterinario de inmediato. El problema era que la mayoría de clínicas veterinarias estaban cerradas a esa hora. Eran las 7:00pm ¿Dónde podía encontrar una veterinaria abierta a esta hora?
Con la gata en brazos, se tomó un momento para revisar en Internet las veterinarias abiertas a esa hora. Por suerte, la más cercana estaba a una hora en auto, aunque decía que cerraba a las 8:00pm. Podría llamar al número de contacto que aparecía en la página para pedirles el favor de hacerle una espera.
Sin perder más tiempo, metió a Jiānguǒ a su trasportador y tomó las llaves de su auto mientras marcaba el número de la clínica veterinaria Gusu Lan.
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Por una gatita
RomanceXiao Zhan es un joven que trabaja en una agencia de publicidad y que vive tranquilamente con su gatita Jiānguo, hasta que una noche, cuando regresa del trabajo, la encuentra muy mal de salud. Wang Yibo es un joven veterinario recién graduado que que...