Una batalla ganada, una guerra perdida parte 2

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Capítulo 11

Una batalla ganada, una guerra perdida (segunda parte)

El sábado había llegado, y yo me encontraba realmente nerviosa, no sabia como saldría todo esta noche, me encontraba caminando de un lado a otro de mi habitación.

—Tranquilízate Candy, o terminarás haciendo un gran hoyo en la habitación—dijo Janice.

—Luces hermosa Candy, así que por favor tranquilízate—escuché que decía Catherine.

Toda la semana Janice, Katherine y Annie, se encargaron de enseñarme el protocolo a seguir en ese tipo de fiestas. Solo reforzaron los aspectos que anteriormente la tía abuela me había enseñado, pero aun así yo tenía miedo de cometer algún error.

—solo se tu misma Candy, no creo que los padres de Terry se atrevan a hacerte un desaire, después de todo hace mucho que no ven a su hijo—dijo Annie con una sonrisa para darme ánimos.

—Luces hermosa—dijo Terry una vez que nos encontrábamos en su auto—de no ser porque prometí que acudiríamos a esa fiesta, te llevaría a otro sitio donde solo estuviéramos tu y yo.

No pude evitar sonrojarme por su comentario, conforme nos acercábamos a la mansión Grandchester, mi respiración se agito.

—Tranquilízate Candy, que todo saldrá bien—dijo Terry palmeando mi mano la cual coloco en su brazo para entrar a esa atemorizante mansión.

El gran salón estaba lleno de gente seguramente perteneciente a la elite de la realeza, la gran mayoría de las miradas estaba puesta sobre nosotros, repentinamente, un hombre que a pesar del tiempo transcurrido reconocería en cualquier lugar en compañía de una regordeta mujer, se acerco a nosotros.

—¡hijo mío, que alegría volver a verte!—dijo aquella mujer que reconocí de inmediato como la madrastra de Terry, pude ver como la mandíbula de Terry se tensaba ante aquel saludo cariñoso de su madrastra, así que le di un ligero apretón en el brazo, como señal de que se tranquilizara—¿Quién es la hermosa señorita que te acompaña?

—su nombre es Candice White Andrey—dijo Terry seriamente.

—Señorita Andrey es un placer verla… de nuevo—me saludó cortésmente el duque.

—el gusto es mío, su alteza—respondí haciendo reverencia a ambos.

—disfruten de la velada, lo sentimos pero tenemos que saludar al resto de los invitados.

Al parecer los abuelos de Terry llegarían más tarde, a cada paso que dábamos Terry se encargaba de presentarme con cada uno de los miembros de su familia, así como con algunos miembros del parlamento y de la alta sociedad londinense que tuvieron el honor de haber sido invitados a dicha celebración.

Al fin se anunció la llegada de los abuelos de Terry, mi cabeza comenzó a darme vueltas y mi estómago estaba hecho un lio, gracias al cielo no había probado bocado alguno de lo contrario, seguramente lo habría devuelto en ese instante. Más que una presentación, parecía una evaluación, el rey y la reina me miraban de arriba abajo como buscando algún defecto, casi en un susurro para que solo Terry y yo escucháramos, dijo.

—de no ser porque se de tu origen, juraría que eres una autentica Andrey.

Quedé sin habla al escuchar lo dicho por el rey, mi corazón parecía haberse detenido por un instante, solo fui consciente de la mirada casi asesina que Terry le dirigió a su abuelo.

—no había necesidad de eso, su majestad—dijo entre dientes Terry.

—¡no te molestes Terrence! Es solo para que recuerdes lo que hablamos, señorita fue un placer conocerla.

Más allá del recuerdo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora