2002 [Nicholas x Ej] Nichojoo

03

La casa de seguridad de los Byun era un caos total, los días concurrentes a la reunión en la que Euijoo y su padre fueron drogados.

La buena noticia, es que al menor sólo lo habían drogado con heroína. Y la mala es que a su padre fue con una sobredosis de fentanilo.

Por lo que la cabecilla de la mafia Xend... Lamentablemente había fallecido.

Euijoo estuvo destrozado el día que con cautela le dieron la noticia. Su madre había muerto durante el parto y toda su corta vida la pasó junto a su padre. Ahora que él no estaba no le quedaba nada. Nadie.

Lloró desmoronándose en los brazos de las sirvientas y se negó a asumir que en verdad estaba solo.

Sin embargo un golpe de realidad dio de lleno con él cuando recordó que ahora la mafia Xend estaba en sus manos. Y eso era algo que no estaba listo para digerir.

Aunque, cuando finalmente se topó con la mano derecha de su padre, es decir, Wang Yixiang -su guardaespaldas- se enteró que en uno de los momentos lúcidos de su padre antes de morir dejó encargado a Nicholas del negocio, porque sabía que su hijo aún no estaba listo para ese nivel de responsabilidad.

Así que, técnicamente, el dueño de la mafia Xend, ahora era nada más y nada menos que Nicholas.

La ceremonia luctuosa del velorio y entierro se celebró tres días después, cuando todos los allegados y socios pudieron viajar hasta allí. Nicholas asumió su nuevo lugar frente a Xend y leyó nuevamente los mandamientos.

Ej no se sintió traicionado al haber sido excluido de la responsabilidad de la mafia de su padre, sin embargo ahora tenía miedo de qué podría pasarle.

Nicholas era un tipo duro y trabajarle la mente todavía estaba lejos de su alcance. Ni seducción, ni ojitos lindos, ni compasión. Nada funcionaba con él. Así que si un día de estos el taiwanes decidía patearlo a la calle y dejarlo sin un centavo podría hacerlo. Y él no tendría cómo evitarlo, porque ni siquiera era fuerte.

Estaba sentado de manera tradicional frente al trono con la foto en medio del señor Byun, mientras pensaba en todo eso. A sus espaldas podía escuchar conversación ajenas.

Y todas iban desde que él probablemente ahora sería una presa fácil, a que sentían pena porque ahora estaba en las manos de un hombre que en cualquier momento podría ponerse en su contra.

Basura. Todas esas personas lo eran.

Él ya sabía todo eso. Pero no necesitaba escucharlo de la boca sucia y venenosa del resto.

── No los escuches ──una voz gruesa a sus espaldas pronunció.── Tú eres hermoso, al menos eso te mantendrá vivo. Nadie dejaría que una preciosura como tú sufra algún penoso accidente ──

Se congeló cuando vio al hombre a sus espaldas. Era el mismo hijo de puta que lo había drogado para después aprovecharse de él. Aquel día había escapado y había tenido el descaro de colarse aquí, ya que no le prestaron suficiente atención por todo el apogeo del nuevo líder de Xend y la muerte del señor Byun.

── ¿C-Cómo tienes el descaro de venir hasta aquí? ──preguntó tembloroso, poniéndose de pie.── ¡G-Guardias! ──gritó y la sala se llenó de al menos seis de estos...

Sólo que ellos venían con él.

── Aquel día... Fue una verdadera lástima no aprovecharte al máximo. Tú tienes mucho para ofrecer debajo de esas telas caras ──explicó.── Así que vendrás conmigo ──

Euijoo lo miró con rabia en los ojos, y unas delicadas lágrimas corriendo por sus mejillas.

Esos hombres de negro comenzaron a acercarse a él, y su primer instinto fue patear a uno de ellos en la entrepierna, y a otro le dió una prominente bofetada, que lo hizo perder el equilibrio, sin embargo los otros lo agarraron para inmovilizarlo, mientras aquel cínico sonreía glorioso.

Dios... Este no podía ser su fin... Y si lo era... Prefería estar donde su padre. Cuatro metros bajo tierra, para evitar que este viejo asqueroso le pusiera las manos encima a su virgen e inmaculado cuerpo.

── ¡Mátame, imbécil! ¡Mátame! ──gritó entre llantos eufóricos.

Sintió la desesperación cuando lo vio negar aún con esa sonrisa que quería destruir. Acercándose a él con un pañuelo húmedo probablemente con cloroformo para desmayarlo.

Cuando creyó que estaba acabado el sonido de un tiro y las salpicaduras de sangre en su rostro le hicieron cerrar los ojos asustado.

Luego los abrió y se encontró al imbécil con un agujero en medio de la frente, cayendo contra su cuerpo.

── Suéltenlo ──gruñó Wang, con cuatro tipos más, bien armados.

Los idiotas soltaron a Ej que temblaba. Luego Nicholas se acercó y tiró al suelo el cadáver recostado contra el menor.

Su traje y su carita estaban manchados de sangre.

Frunció el ceño y comenzó a revisarlo, mientras Juju lo miraba con los ojitos húmedos y la puntita de la nariz sonrojada.

No aguantó más la tentación y se abrazó al cuerpo del fuerte hombre.

── Por favor, Nicho, no me dejes solo ──suplicó aferrándose a él.── Eres lo único que me queda. Ahora solamente te tengo a ti ──

Nicholas les dió una orden a sus hombres y cuando estos desaparecieron con los otros, separó al menor de su cuerpo.

── Yo le prometí a tu padre que te cuidaría, cuando estaba en su lecho de muerte. Así que no debes temer ──le habló serio.

El coreano asintió.

── Ven ──Wang le tendió la mano.── La ceremonia ya se terminó. No necesitas sus condolencias, y yo no necesito sus falsas alentaciones. Regresemos a la mansión ──

Euijoo sorbió su naricita y tímido tomó la mano del más alto.

── Ten esto. Tu carita luce mejor sin la sangre de un muerto ──le tendió su pañuelo, y Ej obedeció limpiándose al instante, mientras seguía sus pasos y sujetaba fuerte su otra mano.── Cuando lleguemos tomaremos un baño, e iremos a descansar, así el mundo afuera esté acabándose. Ya ha sido suficiente por hoy ──

La voz del mayor se escuchaba seria, pero suave. Ej la adoró.

── N-Nicholas ──

── ¿Uhm? ──

── ¿Puedes dormir conmigo? ──preguntó con miedo.── Aunque sea sólo hoy ──

El mayor se volteó a verlo y asintió.

── Está bien, niño bonito. Hoy dormiré contigo para cuidar que no tengas pesadillas ──

En efecto. Byun se sintió como un bebé. Y eso le gustó.

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