Nockfell, ciudad llena de un aura nostálgica y misteriosa, ciudad donde una de las peores masacres ocurrió.
El incidente de los apartamentos Addison.
Toda la ciudad se enteró de lo que ocurrió, toda la ciudad sabe y habla al respecto. Pues el conocido Sal Fisher fue quien lo provocó. Asesinatos masivos e imperdonables, dónde al final el asesino fue condenado a la silla eléctrica hace tan solo unos días.
Nadie sabe por qué lo hizo. Todos dicen que estaba loco, otros dicen que alguien le pago para hacerlo. Muchos otros solo evitan el tema.
¿Hay alguna versión verdadera? Quizás si, pero nadie se detuvo a escuchar a Sal cuando hablo y contó su versión, lo tacharon como un loco y despiadado hombre que mato a sus padres, amigos y conocidos.
Nadie se quedó con el recuerdo del amable, inteligente, cariñoso y muy querido Sally Face que antes el pueblo amaba por su gran bondad y la necesidad de ayudar a todo el mundo.
Bueno, casi nadie.
6:30 am.
Ya estaba despierto desde hace unas horas, por no decir que no pudo dormir en toda la noche. La alarma comenzó a sonar justo cuando su mente quería divagar en sus recuerdos. Lo agradeció internamente mientras apagaba la alarma.
Estiró su cuerpo con pereza, siempre le costaba salir de la cama, debía de llegar temprano a la iglesia para organizar algunas cosas. Se levantó y comenzó a hacer lo de todos los días; tender su cama, organizar sus cosas, tomar una ducha, vestirse, meter su ropa de dormir a lavar y finalmente ir hasta la cocina para desayunar algo.
Después de todo, aún tenía la misma rutina de cuando estaba en secundaria.
Decidió desayunar huevos con tocino y fruta picada. Era temprano, todavía tenía tiempo para comer cómodamente mientras veía la televisión.
Vivía solo en una casa pequeña de una planta, se independizó a los dieciocho años y pudo conseguir pequeños trabajos donde le pagaban lo suficiente para mantenerse en ese tiempo. Cuando cumplió los veinte su padre falleció y él tuvo que hacerse cargo de la iglesia.
Nunca se caso, ni siquiera tuvo el interés de enamorarse. Estaba tan concentrado en manejar la iglesia que no tenía tiempo, aunque también tenía que admitir que tampoco le agradaba la idea.
Nunca le tomo tanta importancia.
Comenzó a picar la fruta mientras esperaba a que el tocino se tueste, le gustaba escuchar la televisión todo el tiempo ya que era entretenido escuchar las noticias, era como escuchar a alguien más contarle un chisme. Le divertía la idea de que estaba siendo acompañado.
Hasta que la chica que decía las noticias matutinas dejo de hablar sobre la contaminación de Nockfell y se centro en la prisión de la región.
"Sal Fisher fue ejecutado el día lunes de esta misma semana. Hoy se realizará su funeral en el cementerio de la ciudad, aunque muchos ciudadanos no estén de acuerdo ya que ahí mismo fueron sepultados todas las víctimas que..."
El sonido comenzó a dispersarse en su mente, sus manos se detuvieron justo cuando iba a cortar la última fresa para su plato. Se quedó inmóvil con la mente en blanco.
Sal Fisher, su compañero de secundaria. No se había enterado de su ejecución, pensó que tardaría más tiempo para ser juzgado o que solo tendría unos cuantos años en la cárcel y podría salir libre.
Incluso fue a visitarlo hace un año, si no se equivocaba.
No fue gran cosa en realidad, solo fue a petición del juzgado para que Sal se confesara con el pastor de la iglesia. Recuerda bien cada palabra, cada acción y movimiento que Sal ejecutó esa noche.
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I regret [Salvis]
Fanfiction-Eres el único con vida que lo conocio. -Si, en la secundaria- Su voz temblaba, no pensó que este tema lo seguiría hasta su nueva vida. Tenso la mandíbula de manera brusca mientras observaba al policía. -No pudimos encontrar a nadie más, lo siento...