"¿No pensaste en que te mataría antes de permitir que me tocaras...?"
"No serás capaz de tocarme hasta que los suelte."
"No, hablo en serio. Si intentas marcarme, morirás."
Entonces Cole se echó a reír como si hubiera escuchado una historia realmente divertida.
"Kenner, podrás ser un Omega... Pero no sabes nada sobre ellos." Cole se quitó la corbata que llevaba puesta y la arrojó sobre la silla. Se desabotonó la parte de arriba de la camisa e incluso se aflojó un poco el cinturón... La acción fue tan amenazante, que la parte posterior de la espalda de Chenle se congeló. Sus hombros se encogieron. "Un Omega, una vez que se enlaza con un Alfa, no puede reaccionar a ninguna otra feromona... En cambio, te volverás adicto a mi olor. Te guste o no, correrás a mí porque vas a necesitarme como si fuera tu maldita agua."
"No me interesa lo que digas..."
"Lo hará... Al ver cómo logro hacer que tu cuerpo sea un cuerpo obediente. Escúchame, cada vez que sientas mis feromonas, tu agujero no va a tener más opción que gotear y gotear para que yo pueda detenerlo... Será igual que tu padre. Negándose al inicio y después colgándose de mí igual que si fuera una puta."
Entonces Cole pronunció otra oración inesperada...
Cuando dijo la palabra "padre" los ojos de Chenle se abrieron otro tanto.
"Mi padre… ¿Qué tipo de estupidez...?"
"Hmm, probablemente no lo sabías porque nadie tenía las pelotas para decírtelo... Pero la realidad es que Keith siempre quiso matarme. Me odiaba, no te imaginas cuánto. Pero ah, Dios mío. Yo lo adoraba. Su coraje, su fuerza, esos ojos negros increíbles y llenos de fuego..."
Cole comenzó a reír... Chenle se había quedado completamente en blanco. El hombre que recuerda nunca pareció colgarse de Cole, como dice. En realidad, estaba bastante lejos de dar una apariencia lamentable. Era infinitamente fuerte, aunque en su adolescencia pensara que había otros que lo eran mucho más. Siempre estaba luchando, corriendo de un lado para otro. Trabajando por tantas horas que incluso se olvidaba de llegar a casa... También, era de los que extendía los brazos cada noche para sostenerlo tiernamente contra su pecho. Le decía que lo amaba, muchas veces al día. Lo sentaba adelante de su automóvil, con él y con Minseok, y fingían que todos eran parte de una misión ultra secreta. Incluso cuando creció... La verdad era que siempre fue demasiado bueno.
Desde su llegada a este lugar, Cole ha estado revelando secretos que nunca antes hubiera imaginado. Su cabeza hormigueaba tanto que era difícil quedarse derecho. Chenle respiró profundamente mientras se sostenía de la mesa con una sola mano... Desearía que todo fuera un sueño. Una especie de pesadilla bastante elaborada. Si ese fuera el caso, cuando despertara, todo volvería a la normalidad. Baekhan estaría con él, Jisung llegaría a la florería por la tarde... Y no estaría escuchando tantas historias que incluían a su padre.
"A mi padre… ¿Tú lo marcaste a la fuerza...?"
La voz de Chenle tembló sin querer... Cole solo se encogió de hombros como si fuera algo bastante trivial.
"Hubo una situación igual a esta. El escenario, la casa, un hombre terriblemente preocupado por su pequeño niño. Él también dijo que lo soltara y que me quedara con él. Gritó por ti, una y otra vez..."
"Entonces, tú... Me tomaste como rehén y te aprovechaste de la situación para enlazarte con mi padre. ¿Intentas hacer lo mismo otra vez?"
Su mandíbula tembló porque estaba completamente aturdido... Sin embargo, Cole no respondió esta vez. Simplemente actuaba como siempre, caminando de manera relajada por la habitación como si quisiera ordenar sus ideas antes de contarle toda la verdad.