"Una luciérnaga
no sabe de su brillo
mientras va avanzando."
En esta historia, no todo es tan serio como parece.
- Jeon Jungkook y Kim Taehyung son dos príncipes bastante peculiares en tiempos modernos. ¿Qué pasará cuando crucen caminos por primera...
Todos estaban listos para dar comienzo a este gran evento deportivo.
Se escuchaba en las bocinas de todo el gimnasio de combates la voz del presentador.
"Sean todos bienvenidos al evento deportivo más esperado en todo el mundo, cada cuatro años solamente los atletas de élite asisten a deslumbrar con sus habilidades de combate, demostrando que la disciplina y perseverancia premia a quienes trabajan con honor, ganandose así, un puesto donde hoy están. Daremos inicio a la fiesta deportiva con los atletas del equipo de Taekwondo..."
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Soobin no estaba nada contento de tener frente a él una vez más a Jeon Jungkook en una final. El mismo azabache que, hace un par de años ya, se había atrevido a robarle su racha invicta en los juegos universitarios. Se ocuparía de no permitir que lo mismo sucediera en este mundial.
Jungkook, pese a mantener un semblante sereno y lleno de convicción, se encontraba nervioso muy en sus adentros pero al mismo tiempo confiado. No confiado por menospreciar a sus oponentes, eso nunca, pero si lo estaba por sus habilidades y capacidades, sabía que Soobin vendría muy fuerte y decidido en este encuentro, no bajaría la guardia.
Ambos se encontraban en sus respectivas esquinas al borde del tatami, con sus vestimentas deportivas y respectivos protectores para el cuerpo y cabeza, esperando la señal del que sería el árbitro de su encuentro, quien una vez se colocó en medio del tatami, dio la señal a ambos atletas de adentrarse a la zona de combate. Ahora que ambos estuvieron frente a frente, el árbitro dio comienzo a la batalla que bien podría ser de dos perros rabiosos.
El tiempo empezó a correr, el marcador de puntaje de ambos atletas en cero, esperando a cambiar sus números una vez que iniciaran a marcar.
El ambiente en el polideportivo estaba lleno de vida y gritos de apoyo para cada uno de los competidores. Todos tenían a su favorito y por él es por quienes estaban dejando prácticamente sus pulmones al aire.
Con el calor del momento y mientras se encuentran ambos dando ligeros saltos a modo de finta, se analizan mutuamente, no pierden detalle del desplazamiento del otro, los ojos de Jungkook y Soobin están manteniendo el contacto pero sus vistas periféricas les permiten ver cualquier movimiento "en falso" que el otro esté por hacer. Sus acelerados corazones bombeando sangre en sus cuerpos, producto de la adrenalina y listos para lo que venga.
El primer ataque no se hizo esperar más y con mucha confianza, cortesía de Jungkook, entró a la zona de su oponente con una dollyo-chagui (Patada Circular) dirigido a las piernas de Soobin, quien no lo vio venir, este se desestabilizó y Jeon al ver su movimiento repitió la técnica ágilmente con su pierna contraria pero esta vez apuntando a la cabeza de Choi, mandandolo al suelo inmediatamente, Jungkook aseguró así sus primeros puntos.
Soobin, con un atisbo de desesperación en él, se incorporó de nueva cuenta, asegurando que se encuentra en perfecto estado y puede continuar, por su lado Jungkook aún no puede cantar victoria y los nervios, producido por la misma adrenalina corriendo por su cuerpo, lo mantienen alerta.
