Mudanzas (Dee x Tn) (Terminada)

Especial Navideño 2

Pedro y Pablo, que eran hermanos y amigos inseparables, iban saliendo del Supermercado con una bolsa en cada mano. Era de noche e iban en un callejón solo. Acaban de salir de hacer sus compras navideñas, puesto que solo faltan 2 semanas para Navidad, pero no saben todo lo que pasará antes de siquiera llegar a Nochebuena. De repente en medio de la oscuridad salieron dos personas completamente vestidas de negro, con pasamontañas y pistolas.

Bryan: Órale órale ya se la saben, carteras, celulares y todas sus compras.

Pablo: No pienso darte nada, se viene Navidad y son nuestras compras.

Kevin: No es pregunta, entreguen todo.

Pablo: No vamos a dar nada.

Pedro: Pablo no vale la pena, hay que entregar todo y no hay que correr riesgos.

Pablo: No! Ya se viene Navidad, no pienso entregarlo.

Brayan: Bueno, viendo que no quieres cooperar.

Brayan sacó una pistola, disparó directo al pecho de Pablo y él se tiró al piso junto a su hermano.

Un par de días después todos los familiares y amigos de Pablo están en su entierro vestidos de negro, acaban de enterrar a Pablo y están frente a la lápida. Entonces Vale, novia de Pedro se acerca a él.

Vale: Podemos hablar Pedro?

Pedro: Claro, hay que separarnos un poco.

Entonces se apartaron de la multitud.

Vale: Pedro, tenemos que terminar.

Pedro: Qué? Pero por qué? Creí que todo iba bien.

Vale: Sí, pero creo que ya no siento lo mismo que antes, solo me aburrí.

Pedro: (Con ojos llorosos) Entonces supongo que no te puedo obligar a estar conmigo, que te vaya bien Vale.

Vale se retira del entierro y Pedro se queda solo apartado de su familia, pero sus padres lo estaban buscando y cuando lo encuentran se enojan.

Martín: Pedro! Qué haces aquí?

Lucía: Deberías estar en el entierro de tu hermano, no aquí.

Martín: Todavía que fue tu culpa.

Pedro: Qué? Pero no fue mi culpa.

Martín: Cómo que no? Tú estabas con él, debiste defenderlo, para eso eres el hermano mayor!

Pedro: Tienes razón, perdón.

Lucía: Ya es muy tarde para eso, mejor ven y acompañalo en el entierro.

Pedro: (Cabizbajo) Está bien, ya voy para allá.

Días después, en un día soleado Alberto, el mejor amigo de Pedro, toca la puerta de su casa y lo recibe Lucía.

Alberto: Buenos días señora Lucía, está Pedro?

Lucía: Sí, pero está en su cuarto, llevo días sin poderlo sacar de ahí.

Alberto: Y eso señora? Estará enfermo?

Lucía: Nosé, creo que tiene que ver con lo de su hermano. Esque el día del entierro su padre y yo le reprochamos que la muerte de Pablo había sido su culpa, pero te juro hijo que no era mi intención hacerlo sentir mal, fueron solo las emociones del momento.

Alberto: Sí, créame que la entiendo señora pero sin duda eso hizo sentir mal a Pedro. (Pensó por unos segundos) ¿Puedo pasar a su habitación para hablar con él? Tal vez eso mejore las cosas.

Lucía: Ay sí porfavor hijo, te lo agradecería mucho.

Alberto: Tranquila, hablaré con él.

Albertó entró a la casa y pasó directamente a la habitación de Pedro. La habitación estaba desordenada con la luz apagada, las cortinas abajo. Y Pedro estaba tirado en su cama solo viendo el techo.