Antinatural era la única palabra capaz de describir la situación en la que se encontraba. Prepararse para salir con una chica sin ninguna indicación clara de romanticismo por parte de ella había desencadenado un torbellino de pensamientos en su mente. Repasaba posibles escenarios, no podía evitar sentir que estaba navegando en aguas desconocidas. Para la mayoría, una salida entre adolescentes del sexo opuesto podría ser trivial, pero para alguien como él, etiquetado como extremadamente 'virgen', cada paso hacia adelante era un desafío monumental. El simple hecho de relacionarse con mujeres que no fueran su madre le resultaba complicado, y enfrentarse a una cita real era como aventurarse en un territorio inexplorado.
Afortunadamente, todo salió bien, al menos eso creía él. Al principio, estaba más nervioso que cuando conoció a su mentor por primera vez. Cuando la vio cruzar las puertas de Heights Alliance, su mandíbula casi se desencajó; se veía hermosa. Quizás las miradas de incredulidad, rabia, confusión y lo que sea que haya sido la expresión de Ochako solo aumentaron al doble sus nervios.
"¡Midoriya es un suertudo! ¡Los feos siempre tienen suerte!", dijo Mineta mientras lloraba.
Hablar con ella no era exactamente complicado. En realidad, pensó que pasaría muchos más momentos de incomodidad junto a ella, quizás por su falta de experiencia hablando con chicas o sus pobres habilidades sociales. Sin embargo, ella lo hacía mucho más fácil, con sus preguntas y alegre carisma no era muy difícil relacionarse. Quizá por momentos era demasiado infantil, tanto que muchos podrían catalogarla como "cabeza hueca", para él en realidad era algo tierno.
Hado sonrió con inocencia y brillantes ojos curiosos mientras jugueteaba con un mechón de cabello. "¿Sabes? Siempre he pensado que los gatos tienen su propio idioma secreto. ¿Te imaginas poder entender lo que dicen? Sería genial".
En la mente de Midoriya, un pensamiento flotó con claridad: ¡Es demasiado tierna! Su corazón se ablandó ante la inocencia y la curiosidad desbordante de Hado.
Así fue casi toda la tarde, Izuku alucinando con la belleza de su superior mientras respondía a sus preguntas. Cada gesto de Hado parecía desbordar inocencia y curiosidad.
Él no estaba dispuesto a quedarse simplemente como alguien que solo respondía a las preguntas de ella. Quería demostrar que también podía tomar las riendas de la conversación y mostrar su propio interés en conocerla mejor, aunque primero comenzaría con una pregunta que quiso hacer desde el primer segundo.
"Disculpe", dijo con un tono decidido.
Ella asintió, esperando.
"Bueno, solo quería agradecerle personalmente por todo lo que me dijo en esas cartas, además de su regalo, pero quería preguntarle una cosa", continuó, sintiendo el peso de la pregunta en su pecho.
"Eh, sí?", respondió ella con curiosidad.
Finalmente soltó la pregunta y sintió como si por fin se quitara ese peso de encima.
"¿Por qué?", preguntó con un deje de nerviosismo en su voz, esperando ansioso por la respuesta.
Ella le sonrió con ternura y confesó: "Porque me gustas, tontito. Creo que es obvio".
Sus mejillas se colorearon de un tono rojizo ante la respuesta inesperada. "Que...", fue lo único que pudo articular, mientras la incredulidad se reflejaba en su rostro.
Él le gustaba a alguien. ¿Cómo era posible? A una linda chica, con la cual antes de toda esta situación no había tenido interacción alguna. Ni siquiera podían usar el término "amigo" para referirse el uno al otro, y ahora resulta que le gustaba.
"¿Yo? ¿Gustarle? ¿Por qué, ni siquiera somos tan cercanos?" preguntó, desconcertado.
"Al principio creía que era simple admiración hacia ti y a tu poder, pero después de mucho pensarlo y hablarlo con mis amigos pude llegar a otras conclusiones", confesó ella con sinceridad, mientras jugueteaba nerviosamente con sus dedos y evitaba su mirada. Sus mejillas también se tiñeron de un leve rubor.
"Sé que no hemos pasado el suficiente tiempo juntos, y no espero que yo también te guste a ti. Solo quería conocerte más a fondo y tener una amistad contigo", dijo con sinceridad, mientras jugueteaba con su largo cabello.
"Yo... no sé qué decir", murmuró Izuku, sintiéndose un tanto abrumado por la situación.
"No te preocupes, Midoriya. No necesitas decir nada más", respondió con una sonrisa tranquilizadora.
Entonces, las palabras salieron de la boca de Izuku sin siquiera pensar: "Usted es hermosa".
Ella se quedó momentáneamente sorprendida por la inesperada declaración, pero luego una sonrisa tímida iluminó su rostro. "Gracias, Izuku", respondió con gratitud, suavizando el ambiente con su amabilidad.
Izuku se ruborizó al darse cuenta de lo que acababa de decir y se apresuró a disculparse: "Lo siento, no quería incomodarte".
"No, para nada", respondió ella con sinceridad, "Tu también te me haces lindo".
Sentía que iba a explotar de la vergüenza. Para un chico que pasó de no recibir ni una carta en San Valentín, a ser el enamorado de la chica más hermosa de la UA, esto era demasiado.
"Te parece si repetimos esto mañana?"
"¡Por supuesto, me encantaría!"
Es asombroso cómo de una simple carta puede surgir una amistad, luego un noviazgo, más tarde un matrimonio, y finalmente, dos hijos.
AN: Finalmente terminé la historia, les agradezco a los que leyeron y votaron, cualquier opinión por favor déjenla en los comentarios. Les recomiendo que vayan a leer las otras historias en mi perfil, yo me despido por el momento.
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¿Admiradora Secreta?
FanfictionIzuku comienza a recibir múltiples cartas de una chica que dice ser su admiradora. ¿Conseguirá descubrir su identidad?