Capítulo 15

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Mark pidió pizza, porque no había nada comestible en la cocina. Apenas había estado allí desde la desaparición de Donghyuck, prefiriendo pedir comida para llevar y comer en la sala de estar. Ver su cocina vacía, ver todos los pequeños artilugios innecesarios que Donghyuck había insistido en comprar, lo había enfurecido terriblemente. Así que había evitado la cocina como una plaga.

Pero ahora Donghyuck estaba de vuelta. Donghyuck estaba de vuelta. Mark apenas podía apartar sus ojos de él mientras comían sus pizzas. Tenía que recordarse a sí mismo que Donghyuck no era tan inocente y genuino como parecía, que no debía perdonarlo tan fácilmente. Pero no podía dejar de mirar fijamente, hambriento por verlo. Sus ojos se encontraron a través de la mesa, y Donghyuck le sonrió, sus pómulos se volvieron un poco rosados. Mark quería besarlos, luego lamer hasta esa boca rosada hasta que Donghyuck estuviera temblando de nuevo y haciendo esos pequeños ruidos suyos.

—Mmm, esto es lo mejor que he comido aquí! ¿Cómo es que no me has hablado de la pizza? —Dijo Ten antes de tomar otro bocado de pizza y gemir con aprecio.

Donghyuck arrugó la nariz.

—Porque he visto a gente en la televisión decir que no es saludable comerla.

Mark los miró con desconcierto. Había pensado que el extraño olvido de Donghyuck sobre tantas cosas obvias era solo una
peculiaridad de él, pero su amigo parecía compartirlo. Ten era tan raro como Donghyuck. Y al igual que Donghyuck, parecía un personaje que se había escapado de un cuento de hadas de Disney. Era etéreamente
hermoso con una piel extrañamente blanca, un largo cabello plateado y profundos ojos verdes. Parecía un maldito príncipe de algún cuento que solía leerle su madre.

También había algo... fuera de su aspecto. No era el color del cabello; Ten no fue el primer tipo que Mark había visto que se teñía el pelo con colores extraños. No, era otra cosa. Alguna cualidad que Donghyuck tenía también.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar aquí? —Dijo Mark, mirando a Ten.

Ten se detuvo a medio masticar. Él intercambió una larga mirada con Donghyuck. Casi parecía como si estuvieran comunicándose sin hablar. Deben haber sido muy cercanos.

—Espero que esté bien que me quede con ustedes hasta que encuentre un trabajo —dijo Ten y tomó un sorbo de té.

Mark reprimió un resoplido. Le sería imposible responder negativamente sin verse como un imbécil. Este tipo no era tan despistado socialmente como Donghyuck tendía a serlo.

—Tendrás que compartir con Donghyuck —dijo Mark—. No hay habitación libre. A menos que quieras dormir en el sofá.

—Él puede tomar mi habitación —dijo Donghyuck, mirando a Mark por debajo de sus pestañas—. Puedo compartir contigo.

Mark se humedeció los labios y asintió. Donghyuck bajó la mirada de nuevo. Mientras tanto, Ten se atragantó con su té y comenzó a toser, con los ojos como platos.

—¿Vas a compartir una cama con Mark? —Dijo, mirando a Donghyuck como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

Donghyuck miró su pizza como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—Prefiero compartir una cama con Mark que contigo. Ni siquiera sabes cómo abrazar.

Ten lo miró con una mirada vagamente escandalizada. Mark se habría reído si no estuviera ocupado tratando de no mostrar cuánto le afectó la mera idea de que Donghyuck durmiera en su cama.

Dormir. Cierto.

—Está bien —dijo Ten, dándole a Donghyuck la mirada de "hablaremos más tarde".

extraterrestre #1 [ markhyuck ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora