Lo siguiente que ocurrió fue esto: La invasión extranjera.
No invasión en el sentido de militares llegando a las costas a invadir el territorio nipón... aunque aquello también ocurrió. Más bien una invasión cultural. De repente te encontrabas a extranjeros caminando por las calles, paseando por sus templos, franceses, ingleses, gringos y alemanes. No eran tantos, per se, no es que repentinamente hubieran reemplazado a la población nipona, pero cuando antes pensar en personas provenientes de otro país era algo lejano y distante ahora podía ocurrir.
La primera vez que un extranjero pisó el palacio del emperador para establecer algún tipo de tratado internacional Izuku aprendió inglés.
Y no aprendió Inglés de alguna forma tradicional. Repentinamente sabía inglés porque tan pronto la posibilidad se abrió miles de recuerdos de él hablando el idioma como si fuera lo más natural del mundo lo invadieron y al intentar hablar la lengua extranjera las palabras llegaban con la misma facilidad con la que podían llegar en japonés. Como una persona que había pasado su vida hablando.
—Y un inglés muy particular —le llegó a comentar su primo, Shoto Todoroki, en una ocasión—. De los barrios bajos de Londres, es la forma en la que habla la clase trabajadora. ¿Dónde aprendiste inglés?
Hasta ese momento Izuku no lo había pensado demasiado. Sabía inglés porque en algún momento, en el futuro iría a vivir al extranjero. La mayoría de las veces trataba de no pensar en sus recuerdos del futuro, la mayor parte del tiempo estaban ahí, guardados en un rincón, conviviendo con sus memorias del pasado, pero sin estar presentes hasta el momento el que decidía recordar algo. «¿A quien conozco de la clase trabajadora de Londres?», pensó. Y en el momento en el que hizo su pregunta su cerebro trajo el recuerdo.
Caricias, besos, alguien sosteniéndolo en la oscuridad mientras susurraba un nombre, ¿era su nombre?, al oído.
«Deku»
Sus mejillas se sonrojaron. Llevó sus manos al rostro para tratar de esconder su vergüenza mientras una avalancha de memorias escondidas golpeaba su mente consciente.
—¡Un amigo me enseñó! —exclamó.
Shoto no dijo nada, pero él sabía que no había forma que su primo, un aristócrata japonés que con trabajo salía de los terrenos del palacio, conociera a alguien de los barrios bajos de Londres. Sin embargo tampoco pudo dar otra explicación a la razón de su forma de hablar.
Su conversación terminó rápidamente tras eso. Izuku fue a encerrarse en su habitación mientras que su primo, después de una conversación no muy agradable con su padre, decidió dar fin a su visita y volver al extranjero.
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Katsuki va a su departamento a decirle a su actual arrendador que dejará el lugar. Al hombre no parece molestarle, aún le quedaba la mitad del mes y siempre hay una fila ansiosa de personas que buscan un lugar así de económico aún si el espacio es apenas lo indispensable. Nuevamente se pregunta, ¿cómo es que con una renta tan barata el cuarto de aquel relojero sigue vacío?
Denki insiste en ayudarlo a recoger sus pertenencias. Katsuki niega su ayuda insistiendo en que tiene muy poco. Aquello es verdad. El lugar venía amueblado y dado que la mayor parte del tiempo comía en el trabajo no tiene más que una olla para calentar agua, un plato y una taza de café. Además de tres mudas de ropa y el reloj de bolsillo.
Sigue cargando el reloj consigo, no lo ha soltado desde que Midoriya insistió en que podía conservarlo. No sabe si es porque teme que si alguien más analiza el reloj encuentre algo sospechoso que lo señale como el culpable de la exploción terrorista o si simplemente le cogió cierto apego al reloj después de tenerlo durante más de tres meses.
Toma el tren que lo acercará más a la relojería y camina con una caja en sus manos preguntando que tan sospechoso será llegar y simplemente decir que decidió rentar el espacio después de que esa mañana dijo no estaba en sus planes. Todo es demasiado impulsivo de su parte, nadie decide mudarse de un momento para otro y procede a hacerlo en ese mismo instante. Luego piensa en la mirada que le dio después de ello y considera que no será demasiado sorprendente. Se le permite ser impulsivo de vez en cuando.
Cuando entra a la relojería se encuentra con Midoriya en el mostrador sonriendo de una manera que no puede significar otra cosa más que "sabía que volverías". Él se levanta y sin hacer preguntas lo guía hacia la habitación mientras habla.
—Ya limpie la habitación así que está lista para que pongas todas tus cosas. No hace falta deposito, con que me pagues la renta al final del mes es suficiente.
Habla con tanta confianza y naturalidad que Katsukino puede evitar sentirse extraño. Ni siquiera ha mencionado nada sobre mudarse y él simplemente ya lo asume. Ha aprendido que cuando las cosas parecen demasiado buenas para ser verdad es porque no son verdad. Y el comportamiento de aquel hombre es extremadamente sospechoso.
—¿Sabías que volvería?
Midoriya se detiene, gira el rostro para mirar a Katsuki a los ojos y sonríe. Y con todo lo sospechoso de su comportamiento sigue dudando que él sea el culpable de la bomba.
—Esperaba que lo hicieras.
—¿Por qué?
Esa pregunta parece costarle un poco más de trabajo y que se detiene un par de segundos a pensarlos.
—Llevo viviendo bastante tiempo solo y en el momento en que te vi supe que podríamos llegar a llevarnos bien. Así que esperaba que aceptaras la oferta.
Su sonrisa irradia honestidad. Quiere creer que al menos eso es verdad.
Han llegado a la habitación y ambos se miran de frente sin saber qué decir. Son salvados de un silencio incómodo cuando la campanilla del taller suena indicando la llegada de un cliente.
—Entonces te dejaré aquí, puedes bajar a cenar en una hora. ¡La cena también entra dentro del alquiler!
Katsuki permanece en la puerta de la habitación con la mirada fija en un punto sin saber qué hacer. Esa mañana se despertó en esa habitación desorientado sin esperar volver alguna vez y ahora va se su nuevo hogar. O al menos lo será hasta que descubra la verdad tras la explosión en el ministerio interior.
Pasa a la habitación y deja sus cosas sobre la cama preguntando cuál va a ser su siguiente paso en su investigación.
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Lo bueno de esta historia es que tiene capítulos extremadamente cortos así que no tardo mucho en escribirlos. Estoy de vuelta, por lo menos mientras tenga vacaciones :)
Como mencione antes esto es una especia de adaptación de una novela llamada "El relojero de Filigree Streat". Tomé bastantes puntos de la trama pero la forma en la que estoy narrando la historia es diferente. Si alguine esta interesado siempre puede ir a leerla
Y finalmente como nota de aclaración: Yo NO escribo smut. No es lo mío, puedo hacer alusiones, chistes, pequeñas insinuaciones, pero no una escena completa y explicita (o no tan explicita), simplemente no es lo mío. Solo lo aclaro por el tono de este capitulo, para que no tengan expectativas.
Los adoro a todos por leer, feliz navidad, iré actualizando algunas de mis otras historias a lo largo de estas semanas :)
Reb🌠
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Contando segundos
FanfictionEl 20 de Abril de 1883 Katsuki Bakugo encuentra en reloj en su departamento. Wonder Duo | Universo Victoriano | Inspirado en El relojero de Filigree Street Inicio: 20/04/2023 Fin: