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Dos semanas después del incidente de Chuuya...

El pelirrojo ya estaba completamente recuperado de lo sucedido dos semanas antes cuando Mori lo raptó hacia su laboratorio para intentar experimentar con él y hacerle pruebas sin sentido; pruebas que habían desestabilizado totalmente a Chuuya, haciéndole tener pesadillas en las noches y tener ataques de ansiedad cada que tocaban a la puerta de su habitación. Definitivamente era un infierno, porque quitando el daño físico que le había causado, el psicológico era aún peor.

Pero Chuuya no estaba bien y no solo por lo sucedido en aquel laboratorio, sino porque en el fondo sabía que algo no andaba bien. Dazai al día siguiente de cuidar de él no había vuelto a aparecer, ni siquiera lo había ido a ver a su habitación.

Tal vez esa era la razón de los repentinos ataques de ansiedad de Chuuya. Él veía a Dazai como su apoyo en medio de todo eso, debido a la protección que le brindaba; y el hecho de pasar dos semanas sin saber absolutamente nada de él le aterraba. Se sentía desprotegido.

Kouyou no lo había abandonado. Lo visitó día tras día en esas dos semanas, impidiendo que Chuuya saliera de su habitación por motivos obvios. Ella misma se encargaba de llevarle comida, ropa limpia, productos de aseo y todo lo que necesitaba.

Y la mujer también estaba preocupada por el tema Dazai, su sexto sentido le decía que era algo serio, pero quería evitar pensar en ello; porque lo peor de todo es que Dazai, visto por ella, andaba como si nada por la instalación tal como lo hacía habitualmente. Ni siquiera se había tomado la molestia de visitar a Chuuya en esas dos semanas.

Ella decidió no meterse ni indagar en el tema, tampoco le preguntaba nada a Chuuya. Después de todo seguro era algún asunto entre ellos.

El pelirrojo se encontraba vistiéndose, estaba decidido a caminar un poco por la instalación y tomar un poco de aire, tal vez eso calmaría un poco su ansiedad. La razón por la que había decidido salir desde hacía dos semanas es porque Mori estaría en un viaje de negocios, y eso hacía sentir más aliviado a Chuuya.

Chuuya vestía casual, sencillo, después de todo solo saldría un rato al jardín. Los mechones de su cabello estaban algo alborotados, mientras dejaba caer una cola al costado de su hombro.

Él extrañaba tanto a Dazai, que su mente justificaba su ausencia con que seguramente estaba en algún viaje de trabajo momentáneo y por eso no habían tenido cómo contactar. No dejaba de pensar en la forma en la que cuidó de él, la delicadeza y paciencia que tuvo con él. Todo eso lo hacía sentir un agradable calor en su pecho con solo recordarlo.

Con que así se sentía estar enamorado.

Con una pequeña sonrisita, se colocó su sombrero y salió de su cuarto, suspirando de alivio al ver que todos los pasillos estaban vacíos, o bueno, no del todo.

Había una bonita chica de cabello negro sosteniendo su celular mientras tecleaba algo en este.

Chuuya no prestó atención a eso y siguió su paso calmado, hasta que la chica agitando su mano en una señal hacia él llamó su atención. El pelirrojo parpadeó un par de veces procesando si lo llamaba a él, pero claro, después de todo solo estaban ellos dos ahí.

Algo dudoso se acercó a ella, quien enseguida sonrió amablemente.

—Estoy algo perdida aquí, vine a ver a alguien y no sé cómo encontrar el lugar en el que quedamos —la chica de cabellos negros hizo un pequeño mohín, apagando luego la pantalla de su teléfono.

Chuuya, quien era considerado por ser amable, le devolvió la sonrisa en un gesto cordial y asintió.

—Es normal, yo al principio también me perdía —éste rió suavemente—. Pero bueno, ¿en qué parte quedaron esa persona que vienes a ver y tú?

Inhumano [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora