1.Adiós Manhattan

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Una chica de cabellera marrón, miraba con sus ojos cafés por última vez la habitación, de cuatro paredes rosas pasteles, que eran su dormitorio, se mudaba de la ciudad de los sueños, de la ciudad que nunca duerme, la ciudad más grande de Estados Unidos, a un pueblecillo en Maine, al menos seguía siendo el mismo país, eso le libra de aprender un nuevo idioma y menos mal porque hablar otro idioma que no sea inglés se le da de pena, construiría antes una maquina del tiempo que aprender un nuevo lenguaje.

Fijó su mirada al armario empotrado blanco, totalmente vacío, sentía sus ojos cristalizarse, recordando cómo era su dormitorio, antes de todo esto sobre la mudanza, su cama acogedora, con peluches, sus estanterías con libros, su cofre con sus antiguos juguetes,su armario con pegatinas, las cuales había pegado mientras crecía, ahora todas esas calcomanías yacían en la basura y el armario había sido pintado con blanco para asegurarse de que no fuera dañado con el adhesivo de las pegatinas.

Abby suspiró melancólicamente, acercándose a la ventana con cortinas de encaje blanco, se asomó viendo por última vez la luz de la gran ciudad y el cielo nocturno sin ninguna estrella, siempre se pregunta ¿Cómo sería ver un cielo estrellado de noche?, A lo mejor en Derry lo podría ver y sería todas las noches y no habría tanto bullicio.

Pero eso no le quitaba el miedo a vivir en un nuevo pueblecillo, ¿Y si la molestaban?, ¿Y si no hace amigos?, ¿Cómo sería su nuevo instituto?, ¿Festejara su fiesta de cumpleaños con amigos, mellizo o sola?Todo esto es muy estresante, lo que más esperaba era hacer amigos, aunque sea uno, ella no tiene los dotes de Diego, su hermano mellizo mayor, para socializar.

- ¡NIÑOS VAMOS! - grita su padre desde el salón -.

Su padre, Peter Parker, es un hombre inteligente de negocios, siendo uno de los encargados de las empresas Stark, a causa de esto muy poco lo ven y con su madre en coma, la familia más cercana para ella, era su mellizo y para Diego, Abby.

La joven volvió a mirar con nostalgia la habitación, llevó la última caja con su nombre al camión que su padre había alquilado, su padre se sentó en el volante, Diego en medio y Abby al lado de la puerta.

- ¡UN MOMENTO!

La menor de los Parker se gira hacia dónde proviene el grito haciendo contacto visual, con unos orbes verdes como la hierba que siempre reconocería, los ojos de Noah Davis uno de los dos amigos de la chica.

Abby aprovechó su lugar al lado de la puerta del camión y fue corriendo con el rubio, él cual a tener a la Parker frente a él viéndolo con sus grandes ojos marrones como café, se sonrojo, con un tono carmesí decorando sus mejillas, él cual la chica no lo noto.


- Hola, pensaba que fue ayer la despedida, con lo de la fiesta

- Bueno, sí...Pero quería volver a verte, llevamos siendo vecinos y amigos toda la vida y a lo mejor no te vuelvo a ver en persona en mucho tiempo y quería darte esto - dice quitándose la mochila, abriendola y sacando un cuadrado, mal envuelto con papel de regalo rosa y morado pastel y azul verdoso - se que son tus colores favoritos, por eso lo compre en el chino y lo envolvi, aunque es la primera vez que lo hago y no ha quedado muy bien - dice dandoselo -.

- Gracias, es muy dulce de tu parte - dice abrazándolo contra su pecho - ojalá tuviera algo yo tambien para darte

- Tranquila no es necesario

- Sí lo es - dice para pensar mordiendo levemente su labio inferior -.

Davis mira tiernamente a la chica, le parece muy tierno que siempre que se concentra se muerde levemente el labio, Noah conoce muy bien a su vecina, siempre le parece muy tierna, cuando algo no le gusta frunce levemente su ceño y arruga la punta de la nariz o cuando se pone nerviosa no para de mover su pierna izquierda.

¡YA SE! - grita feliz y chasqueando sus dedos - Aguantalo un momento - dice dándole el regalo, se lleva las manos a su cabello quitandose la goma morada, que llevaba atando su cabello en una semi coleta –

Noah se quedó hipnotizado mientras veía como el cabello atado de la Parker, caía como una cascada sobre sus hombros.

- Tierra llamando a Noah - repetía moviendo su mano con la goma frente al rostro de su amigo

- Ah, si, ¿Qué? - pregunta saliendo de su trance y poniéndose rígido como un palo -.

- Toma para tí - dice cogiéndole una mano y poniéndosela en la muñeca - esta es de las pocas que no he perdido - dice agarrando el regalo - cuando la veas acuérdate de mí

Sí supiera que esas gomas de pelo "pérdidas", en realidad se las cogio Noah cuando iba a jugar videojuegos a casa de la chica, así tendría algo de ella cuando está en su casa y poder oler su olor, además de verla desde la ventana.-

- Gracias

- De nada - de repente se escucha un claxon, girándose viendo a su padre hacerle señas de que subiera - Tengo que irme ya, adiós - dice subiendo a su sitio en la camioneta -.

- Adiós - dice al aire viendo cómo el camión partía en dirección a Derry -.




*ੈ✩‧₊˚*ੈ✩‧₊˚

AbbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora