2. Derry te da la bienvenida

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- Parece la vuelta del siglo pasado - dice viendo el pueblo -

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- Parece la vuelta del siglo pasado - dice viendo el pueblo -.

Abby no dice nada y mira el paisaje apoyada a la ventana, mirando los edificios y casas del lugar y se veía que el pueblecillo estaba rodeado de bosque, compara a Manhattan este pueblo era muy diferente, no tenía rascacielos, se veía viejo, mientras la ciudad se veía moderno.

Los pensamientos de la única chica de la familia se vieron interrumpidos, por la voz de su padre anunciando que ya habían llegado a su nueva vivienda, una casa de madera verde las paredes y marrón el techo, de tres pisos, con garaje, porche de madera y rodeada de una verja blanca.

Los pensamientos de la única chica de la familia se vieron interrumpidos, por la voz de su padre anunciando que ya habían llegado a su nueva vivienda, una casa de madera verde las paredes y marrón el techo, de tres pisos, con garaje, porche de mad...

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- ¡Me pido la de arriba! - grita Diego corriendo con una de su maleta al tercer piso por las escaleras -.

Abby suelta una pequeña risa, su mellizo es un escándaloso, coje su maleta y va a elegir su nueva habitación quedándose con una habitación del segundo piso, ahí puse todo a mi gusta, una alfombra blanca esponjosa debajo de la cama, con un colchón viscoelástico, cojines y peluches, posters de superhéroes y dos cuadros, uno de la familia y otro de mis amigos.

- Mis niños ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar - dice pasando por el cartel de bienvenida a Derry -.




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POV Abby:

La foto con mis amigos es en el castillo de la colina, nuestra lugar seguro, en realidad son ladrillos y cemento haciendo un "cuadrado" con algunos agujeros, una gran entrada sin nada y paredes de diferentes alturas, pero ese era nuestro lugar secreto, donde me hicieron la fiesta de despedida, Derek se dejó llevar por la bebida y casi se cayó bajando la colina, en invierno la bajamos con trineos o una vez con tapas de un bote de basura o sin nada haciendo la croqueta.

Menos mal que no estaba la policía cerca tienen quince años ellos y ellos catorce y la edad legal para beber es ventiuno, tendré que preguntarles de donde sacaron el alcohol, ahora que lo pienso he probado el licor con catorce casi quince, aunque estaba ácido luego estaba bueno, pero casi quince dentro de poco cumplo quince y no tengo a nadie en persona excepto padre y mellizo y tampoco puedo celebrarlo con mis amigos en el castillo de la colina, como siempre.

Pero igual que todo lo demás se quedó en Nueva York, suspiro de nostalgia, mientras sigo colocando cosas la ropa en el armario, los libros y funko pops en las estanterías, oigo una bici, me acerco a la ventana, viendo como se aleja un chico de pelo rizado, con un sombrerillo en el cabello, a ojo tiene que tener más o menos mi edad.

Suena el timbre, sacándome de mis pensamientos, salgo de mi dormitorio encontrándome con mi mellizo, ambos bajamos las escaleras juntos, hasta llegar al recibidor donde estaba nuestro padre hablando con una mujer que me recuerda a ricitos de oro, con una melena larga de rizos dorados, ojos azules y piel blanca, se notaba desde lejos que la mujer cuidaba su apariencia, no había un mechón mal peinado de su cabellera, perfectamente maquillada y arreglada con un vestido azul cielo sencillo, calcetines blancos de encaje y manoletinas negras brillantes con un lacito del mismo color por delantes y traía un bizcocho por el color de chocolate, en un plato, envuelto de plástico, parece una muñeca, aunque debe tener más o menos la edad de mi padre cuarenta y algo, pero bastante bien cuidada.

- Hola soy su nueva vecina, Andrea Uris, encantada, les traje esto, espero les guste lo he hecho yo - dice dándoselo a mi padre -.

- Muchas gracias - dice aceptando el regalo - yo soy Peter Parker y ellos mis hijos Diego y Abby

- Hola - saluda mi mellizo y yo la saludo con la mano -.

- ¿Cuántos años tenéis?

- Catorce pa' quince, ¿Por qué? - contesta mi hermano con curiosidad -.

- Tengo un hijo de vuestra edad, pero se me olvido decirle que veníamos a verlos y salió con sus amigos

- Por casualidad, ¿Se fue en bicicleta, con el pelo rizado y un sombrerillo? - pregunto y veo a Andrea sorprendiendose por mis palabras, acepte - era tú hijo, tú expresión de sorpresa lo demuestra

- Sí, pero su "sombrellido" - dice haciendo comillas con los dedos - es una kipá, un gorro tradicional para los varones judíos

- Ok, entendido y anotado

- Abby cero coña, ¿Has pensado unirte al FBI?, Yo te veo como una buena agente - comenta mi mellizo -.

- Lo vi desde la ventana, ya esta, no es para tanto

Después de eso mi padre hablo un poco con la vecina y se fue, comimos el bizcocho como merienda, para tratar de terminar la mudanza, aunque todavía queda por desempacar, nos bañamos, pusimos el pijama, vimos una película, mientras cenábamos y nos fuimos a dormir cada quien a su dormitorio.

AbbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora