Abby Parker se muda de manhattan, Nueva York, a un pequeño pueblo de Maine, Derry, con su padre y su mellizo, sin saber que su vida cambiaria para siempre despues de su cumpleaños numero quince
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Por fin es el momento de que me cuente todo, técnicamente ella es mi única familia cercana, solo nos tenemos a nosotros, nuestro padre siempre está en el trabajo y nuestra madre, quedó en coma tras nuestro nacimiento, fuimos un embarazo complicado y aunque le recomendaron el abolto y lo llego a pensar, al final decidió tenernos, poniéndonos delante de ella y su salud.
La admiro por eso y como hermano mayor, pondre a Abby sobre mi y mi salud, eso es lo que hace un buen hermano mayor, proteger a su hermana pequeña cuando lo necesita, estar ahí y perdonarla.
- Cuéntamelo todo y no me ocultes nada, se cuando mientes, arrugas la nariz y si es por algo que no te gusta va acompañado de una fruncida de ceño, te conozco como la palma de mi mano
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Abby suelta una pequeña risa y me empieza a contar todo, después de cada letra, siendo mi sangre hervir cada vez más, cómo se atreven esos desgraciados a meterse con mi hermana, me encargare que la mente cada palabra, aunque sea lo último que haga, me aseguraré de hacerlo pagar.
Lo malo esque ella no me a dicho los nombres, según ella para no meterme en problemas, está equivocada si cree que eso me va a detener, solo tendré que seguirla, sin que ella se de cuenta y cuando aparezcan esos idiotas dales la paliza de sus vidas y asegurarme que nunca la olviden.
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Acaba de terminar el segundo día de instituto, ahora estoy viendo como mi hermana está con sus amigos hablando en la zona del aparcamiento de bicicletas, cuando vi que se les acercó un asiatico de cabellera negra y un gordo rubio, ellos deben ser sus acosadores y al oirlos insultarlos, me lo confirmo.
- ¡Dejalos! - grito acercándome a ellos -.
- ¿Y tú quién eres?, Si su niñero - pregunta el asiatico y se ríe el rubio como un cerdo -.
- Sí, su niñero - repite burlón el rubio -.
Ya ha quedado claro quien es el líder y quien el chupaculos
- No soy su hermano mayor, imbéciles - digo seguro y con el ceño fruncido señalando a mi melliza - y si no quieren lidiar conmigo más les vale que desaparezcan y no los vuelva a ver cerca de mi hermana o sus amigos
Los imbéciles, se quisieron volver a pasar de listos, pero eso conmigo no, no por nada, llevo haciendo karate desde los siete, esquivo todos los golpe que puedo, ya sea alto o bajo, o por la izquierda o la derecha, es mi oportunidad, no pienso perderla, es momento de ponerle fin a la pelea, le di una patada circular en las costillas y lateral en la cara seguidos, haciendo que caiga al suelo, le di una patada en las costillas, él me barrió de una patada, yo desde el suelo lo patee en la barbilla, haciendo que retroceda hacia atrás, quejándose por el golpe, aprovechó el momento para ponerme de pie, patearle la mejilla, haciendo que caiga al suelo y le di un otra en las costillas, poniéndole fin a la pelea, ganando aunque claramente también recibí unos buenos golpes.
Seguro y orgulloso de mí mismo veo a los abusones, irse con el rabo entre las piernas, los amigos de mi hermana me agradecieron y alabaron, por mis habilidades, mi hermana solo me agradeció secamente, cosa que me pareció extraña, acabo de pelear por ella.
