Pua Hone - Brothers Cazimero
"Hawaii mi hogar" - Hermanos Cazimero
UNO
En el tiempo que le tomó a Hipo parpadear por reflejo, ya le habían colocado en el cuello un "Lei" de flores rosas. El muchacho bajó la mirada y lo tomó entre sus manos, era suave, pero las hojas picaban su cuello. Estoico estaba sumamente emocionado con la belleza del collar y halagaba el de Valka. Su primo patán, por su parte, alimentaba su propia vanidad con él.
—A qué es bonito —observó sinceramente Astrid luciendo uno de flores azules y blancas.
"Bienvenidos a Hawaii"
—Permítame su equipaje. —La indicación dada en inglés con acento nativo sacó a Hipo de su ensoñación, que solo obedeció y le entregó al hombre la maleta. Astrid y sus padres comenzaron a caminar detrás de él, así que por inercia los siguió—. Espero que su estancia aquí sea absolutamente mágica.
Hipo volteó solo para encontrarse a su primo viendo descaradamente a las bailarinas en el aeropuerto que habían roto su formación y discutían sus asuntos, y alzó las cejas aún con la evidente mueca en los labios. Era verdad que en el norte de Europa las mujeres no descubren tanta piel, pero tampoco era para que su primo pareciera perro bajado de la azotea.
—Ánimo, gruñón —lo molestó animadamente Astrid atreviéndose a darle un ligero codazo—. Este lugar es hermoso.
—Me estoy muriendo de calor.
Ella solo rodó los ojos e ignoró que Hipo se agitaba la playera con la intención de darse aire. La puerta automática se abrió y los carritos de golf que los llevarían hasta el hotel llegaron a los pocos segundos. Valka, Estoico y su hermano, el padre de Patán, subieron en uno, mientras que Patán, Astrid y finalmente Hipo subieron en el otro. Los guías de turista empezaron a hablarles sobre el lugar, captando inmediatamente la atención de Astrid, aunque no la de Hipo, quien no derrumbaba su faceta apática. Lo único que el joven miraba con interés era la inmensa variedad de flora, que era completamente desconocida para él.
—¿Ya oíste? —se inclinó hacia él logrando captar su atención—. Estos collares que nos dieron al bajar del avión se llaman "Lei" —le muestra el propio en sus manos, casi poniéndoselo en la nariz— y son regalos sagrados, pues se debe ir al bosque a pedir las hojas a la naturaleza para hacerlos, se debe cantar y otorgar buenos deseos mientras se hacen y los usan para bailar.
—¡Ja! ¿Hipo, bailar? —la interrumpió Patán atreviéndose a recostarse sobre ella—. Olvídalo. Uno de estos árboles chuecos podría hacerlo mejor.
La rubia bufó y forcejeó para sacárselo de encima. De un empujón consiguió que se regresara a su lugar.
—Tú no vendes piñas, Patán.
Hipo rodó los ojos al escucharlos empezar a discutir y se volvió a mirar el paisaje. Recorrió como en piloto automático la ruta hasta su habitación.
—La cena es a las seis —les recordó Valka antes de entrar a su recámara; en el pasillo.
Estaba planeado que Hipo se quedara con sus padres, igual que Patán, pero decidió pagar su propio espacio, igual que Astrid. El silencio y la privacidad valían cada centavo.
—Dicen que habrá buffet y espectáculo —agregó el tío de Hipo.
—Se oye genial —respondió Astrid con una sonrisa simpática.
Y todos entraron a las habitaciones.
Hipo cerró la puerta tras de él y soltó la maleta. Se recargó sobre la puerta de madera y resopló aturdido, se llevó la mano a la camiseta y volvió a agitarla. Frunció el ceño y comenzó a rebuscar entre las colchas.
—¿Dónde está el... aire? —lo encontró y en un segundo lo prendió. El sonido de la máquina encendiéndose fue como música para sus oídos. Soltó un suspiro de alivio.
Entonces se tomó un minuto para apreciar los detalles de su recámara. Los arcos de madera y el sofá individual. Pero su vista se fue inmediatamente a la ventana, que tenía las cortinas entrecerradas, oscilando apenas ligeramente; cómo si le bailaran y le incitaran a acercarse. De un movimiento las corrió y salió al balcón, dónde la humedad de la flora y la brisa del mar se adueñaron de cada poro de su rostro. Su primer instinto fue contener la respiración, pues incluso el aire era caliente; algo que le pareció sumamente extraño. Pero soltó el aliento. Y al hacerlo, pudo poner atención al sonido del mar, de las aves y lo increíble que se veían las montañas verdes bajo el cielo azul y las nubes.
Se quedó boquiabierto ante tal escenario; tan diferente y tan hermoso, Hipo lo recorrió con la mirada tan lentamente cómo pudo, incapaz de procesar los detalles y absorber todas las imágenes que veía. Se escuchó que se abría la puerta detrás.
—Hipo, está helando aquí —Entró Astrid. Inmediatamente se cruzó de brazos y buscó el aire acondicionado, para elegir un número más decente. Caminó hasta él y lo acompañó al balcón unos segundos. —Sí que es hermoso este lugar —Sonrió—. Sabía que le agarrarías el gusto.
—¿Cómo entraste? —le preguntó confundido tras unos segundos.
—Me dieron un duplicado de tu tarjeta por error. Planeaba bajar a recepción para que me la cambien. —Hipo asintió—. Estoico y Valka quieren ir a un mercado a comprar souvenirs; quedaron enamorados de los Leis. Patán y yo pensábamos bajar a la playa, tengo curiosidad de saber si aquí enseñan a surfear —confesó—. Lo vi en internet y no me lo puedo sacar de la cabeza.
—Astrid, ¿ya viste el mar? —voltearon ambos solo para ver el agua balanceándose acompasada sin ninguna ola a la vista. —Es más posible que aprendas a bailar.
—¿Yo? ¿Bailar? No lo creo. —Astrid se rio—. Te lo cambio por fotografiar.
—Vamos pues, un rato, que tenemos que llegar a bañarnos para bajar a cenar.
Entró al comedor detrás de su amiga, quien ya había intercambiado su típica trenza por un bonito moño apretado y sus típicas botas de peluche por un short de mezclilla y una playera de tirantes celeste. Patán venía atrás gozando de su nueva playera hawaiana roja y sacando el pecho. Hipo se fijó en la iluminación naranja que daban las lámparas que simulaban ser llamas de fuego y cómo contrastaban con el azul de la noche. En los centros de mesa había adornos de flores llamativas y al centro un escenario.
Sirvieron los platos de Saimin y en tanto terminaron, presentaron el show.
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Feliz navidad a ti que me lees. 🫶🏻
Con mucho cariño, la primera parte.Decidí omitir el show para que no se hiciera muy pesada la lectura y porque no me decidía si diseñarlo fiel a la cultura o hacerlo agringado. Sí habrá Moana con outfits hawaianos, eso sí.
✧ 01 || Cerdo Kalua: Platillo de cerdo que tiene una preparación especial donde la carne cubierta se sal se cocina bajo tierra durante ocho horas.
Dedicado a Moreliana
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Con escalas [Music and me]
Short Story✈ | Con Escalas [ 20 Disneyworks Songs O.S. ] Porque el viaje de tu vida es el que te acerca a los demás. ╒══════════════════╕ ( 20 O.S. Disneyworks ) ╘══════════════════╛ Dónde nuestros personajes ...