•Taehyung Reactions• -Tae & Tú- ✔

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—¿Youra, qué ha pasado con Taehyung?

—¿Terminaron?

—¿Es cierto el rumor?

Mientras luces parpadeantes le dificultaban el paso a la castaña, ignoraba cualquier tipo de preguntas referentes al sensible tema.

Ya dentro del auto, Youra no podía parar de pensar en aquellas cosas, le inundaban la cabeza, sin manera de sacarlas. Solo quería llegar a casa y ahogar su rostro en su almohada, se sentía exhausta, ya no era solo el trabajo, la industria y demás que mantenían ese estrés, ahora este escándalo era algo más por lo cual no tener aquella paz mental que tanto extrañaba.

—Youra-ssi.

La llamó una voz conocida.

—Oh, Jimin-ah. ¿Cómo estás?

Él se sentó frente a ella y no respondió.

—Eso no es lo importante ahora, ¿Cómo estás tú? Es la verdadera pregunta.

—¿Yo? Estoy bien, con mucho trabajo por el nuevo álbum.

—¿Solo eso?

Él la tomó de las manos sin pensarlo y se mantuvo acariandolas.

—Si quieres que hablemos sobre lo que pasó con Taehyung —alejó sus manos de aquél pelirubio y mantuvo su mirada en el portátil—Estás perdiendo tu tiempo...

Todos se preguntaban, ¿Qué sucedió? ¿La pareja perfecta de la industria había roto el sueño de muchos fanáticos?

Tantas preguntas, tantas dudas. Pero ¿Verdaderamente nadie sabía que había pasado?

Pues...

Volvamos al día en el que todo empezó.

—Youra... Preciosa, te estoy sintiendo demasiado distante estos días y yo, no sé si algo que he hecho ha sido la razón, por favor dime.

Suplicó el pelinegro mientras acariciaba el abdomen de la chica por detrás.

—Tal vez, solo estás ¿Demasiado estresada?

—No me pasa nada, Tae. Está todo bien.

Respondió de una manera cortante y desinteresada.

—Esa actitud... ¿Acaso lo merezco, Youra? No creo que sea justo, pero ¿Sabes qué? Mejor olvídalo.

Ese día... Taehyung salió bastante temprano, pero su hora de llegada fue exageradamente tarde, tanto que la castaña ya estaba profundamente dormida.

A la mañana siguiente, Youra despertó mientras Taehyung se vestía para irse a la empresa. Esto, se le hizo bastante raro a la menor, ya que siempre la esperaba para irse juntos.

—¿Tae?—adormilada se levantó con delicadeza de la cama.

—¿Si?

Arreglando su pelo mientras se miraba en el espejo, respondió al llamado de la chica.

—¿Ya te vas?

Se puso de pie y se acercó a él.

—Sí, debo llegar temprano.

—¿No me esperarás?—cuestionó detrás de él haciendo contacto visual por medio del espejo— ¿Es algo realmente importante?

Cuando sus ojos se encontraron, ella logró notar aquella fría mirada que recibía de parte de su prometido.

—No estoy seguro.

—Tae, ¿A qué hora llegaste anoche?

Él se dió la vuelta y desde arriba posaba la misma mirada hacia ella.