Nueve.

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Min Yoongi nunca había salido con
Jimin a comer antes.

Ni cuando se comprometieron, menos
cuando sus padres insistieron en que
tuvieran citas para conocerse mejor
antes del matrimonio. Después que
se casaron, sus salidas siempre se
limitaban a eventos de la alta sociedad en la que solo tenían que interactuar unos momentos.

Sin embargo, a pesar de que es la
primera vez que comparte con el
Omega en este tipo de actividades,
Yoongi siente que está resultando
demasiado bien. Pensó que sería
incómodo, pero Jimin hizo ameno el camino hacia ese pequeño restaurante en el que Yoongi nunca
pensó poner un pie en su vida.

No estaba acostumbrado a asistir a ese tipo de lugares, suponía que el Omega tampoco, así que le resulta extraño que le ofreciera ir allí.

—Tae Hyung y yo descubrimos este lugar una vez que salimos a comprar un regalo para Jungkook Hyung.—Jimin le contó, como si leyera sus pensamientos.—El dueño hace el mejor jangjangmyeong de todo Seúl. Créeme, te va a encantar.—Le dice emocionado.—Siempre quise traerte pero estabas ocupado o me decías que no así que...—Se encogió de hombros,
como si el hecho de que su esposo no
le hubiera estado prestando atención
en todos sus años de matrimonio no
fuera importante.—Supongo que solo
quedaba esperar a que me dijeras que
sí.—Sonrió.—No te arrepentirás de haber venido.

Yoongi asintió, sintiéndose un
poco culpable. El restaurante era
pequeño pero cálido. Jimin había
elegido una de las mesas en una de las
esquinas del lugar para más privacidad y se había movido como un pez en el agua.

Era obvio que no era la primera vez
que iba allí, y Yoongi no pensó mucho en ello, sintiéndose un poco raro al ver al Omega actuar tan seguro de sí mismo cuando él estaba acostumbrado a ver a un Jimin que
agacha la cabeza, juega con su anillo y
espera que los demás decidan por él.

—¿Y cómo va el yoga?—Le preguntó,
buscando establecer una conversación. Jimin arrugó las cejas, luciendo visiblemente afectado por sus palabras.

—Me duele todo.—Confesó con una
mueca que hizo a Yoongi apretar
los labios para evitar sonreír.—Hemos
aprendido posturas fáciles pero mi
cuerpo no está acostumbrado al
ejercicio y me canso rápido y después
de un baño todo me duele.—Se quejó.

—En unas semanas el dolor desaparecerá, solo deja que tu cuerpo
se acostumbre.—Yoongi aconsejó,
más Jimin negó hacia él con una
sonrisa.

—No creo durar una semana.— Murmuró divertido. Por alguna razón le era más fácil soportar el dolor emocional que el físico.—Tae Hyung dijo que sería bueno que comenzara a usar tiempo para mi, para no aburrirme y tener otras cosas en las que concentrarme, pero no me dijo que en menos de cinco clases el yoga acabaría conmigo.—Yoongi rió.

—Entonces deberías intentar otra
cosa si el yoga no es lo tuyo.—El Alfa
dijo, luciendo divertido.—¿Qué tal
la fotografía?—Le dijo y Jimin se sorprendió, mirándolo con ojos
brillantes.—Si mal no recuerdo, solías
decir que te gustaba mucho, ¿no?
Puedes tomar clases en línea o asistir
a algunas presenciales, tal vez hacer
algún curso. Puedo darte dinero para
que compres alguna cámara que te
guste si quieres.

—Nunca pensé que recordarías
eso.—Jimin le dijo sincero, jugando
con los pétalos de las flores frente a
ellos, acomodadas en un arreglo floral
en el centro de la mesa.

Yoongi asintió, dándole la razón al
Omega. Era cierto que en ocasiones
que se basaban en la mayor parte del
tiempo, no le prestaba atención a lo
que Jimin quería o no. Más cuando
lo hacía, siempre recordaba lo que le
gustaba al Omega.

𝐏𝗎𝗌𝗂𝗅á𝗇𝗂𝗆𝖾 ⤿✽ 𝐘𝗈𝗈𝗇𝗆𝗂𝗇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora