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(regresando a la escena anterior)

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(regresando a la escena anterior)

El camino no fue para nada silencioso, se escuchaba a HyunJin preguntándole mil cosas al castaño sobre su familia para saber como debía prepararse o algo.

Y Jisung respondía todo lo que le preguntaba, hasta las preguntas más tontas.

─¿Y cómo se saludan? ¿Se huelen las colas?─ preguntó el rubio, haciendo una mueca.

El castaño lo miró con seriedad unos segundos, antes de negar ─No, no hacemos eso.

HyunJin tarareo antes de cambiar la música de la radio ─¿Y qué hacen para saludarse?─ preguntó, esperando no tener que hacer un ritual extraño para saludar a la manada del mayor.

Jisung se encogió de hombros, pensando en lo que le había dicho el ojimiel ─Pues lo normal, solo debes darles la mano y presentarte, supongo que eso hacen los humanos ¿No?

El rubio suspiró aliviado, al menos tendrían algo normal en toda la reunión familiar.

Y siguieron hablando hasta llegar a una vivienda algo grande para ser sinceros.

Jisung le había comentado que sus padres tuvieron otras seis hijas; Eunchae, Jennie, NingNing, Wonyoung, Sullyoon y Yuna.

También le contó que Jennie y NingNing eran gemelas al igual que Sullyoon y Wonyoung, Yuna le llevaba un año a Eunchae.

Y HyunJin hizo sus cuentas, Eunchae tenía ocho años, Yuna tenía nueve, Sullyoon y Wonyoung tenían doce y Jennie y NingNing tenían dieciséis.

Para suerte del rubio, el castaño le aseguró que ellas eran unas niñas tranquilas así que no tendría problema con ellas.

─Toma mi mano.─ pidió el castaño una vez que estuvieron abajo del auto, acomodando su corbata ─Quédate tranquilo ¿Si? Pueden olerte a millas, si desprendes olor a temor ellos lo sabrán y serás presa fácil.

HyunJin se estremeció con las últimas tres palabras, tomando rápidamente la mano del castaño ─Yo no tengo olor como tú dices.

─¿Cómo crees que te encontré? Cuando saliste con ese tal Chan pude oler lo que hacías, como te sentías y en que posición estabas.─ dijo con simpleza, caminando hacia adentro.

─No estaba en ninguna posición.─ respondió el ojiverde con el ceño levemente fruncido.

Jisung batió las cejas ─Lo sé, era una advertencia.

El rubio rogó internamente por su vida, podía sentir que algo saldría mal, muy mal y se mudaría del país, a Marte si era necesario así el castaño no podría olerlo jamás.

Pero no podía pensar en eso, solo caminó hasta la puerta de entrada en donde les dieron permiso de pasar gracias a que Jisung dio las contraseñas.

Luego caminaron por el jardín hasta llegar a la puerta de entrada, en donde nuevamente le pidieron al castaño verificar su identidad. Éste lo hizo y pasaron directamente a la sala sin soltarse la mano.

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