Capítulo 4

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HAILEY
-¡Qué vago el Isma! ¿No es demasiada casualidad que cada vez que tenemos que correr en Educación Física falta?

Hailey escuchó a Mirella desde fuera de clase. Se quedó helada sólo con oír "correr".

-¿Hoy es el cooper?

-Sí, ¿no te habías enterado?

Hailey no había practicado absolutamente nada, pero que nada, ni mover la pierna. Educación Física tocaba a segunda y ella era la única que no había entrenado.

-Podría haber avisado, ¿no?

-Y avisó, ¿es que ya no escuchas ni al profesor? No será por lo mismo de siempre...

Esta vez Mirella no lo decía en tono pícaro, es más, ya se estaba hartando de que sólo se dedicara a la vida de Xabier antes que a sus amigas y no era propio de Hailey. Antes de venir ella ya estaban hablando de abandonarla la próxima vez, así si quería dedicarse exclusivamente a él tenía todo el tiempo del mundo porque estaría sola. Era cruel, pero ella pensaba que se lo merecía. Mirella era así; le gustaba que la escucharan.

Cuando sonó la campana después de la primera clase, Hailey caminaba insegura hacia el vestuario. No le cuadraba comparar lo que las otras decían que habían entrenado con lo que había hecho ella el día anterior. Las demás ni se habían cambiado y ya estaban estirando y mostrando lo fuertes que tenían los gemelos. Tampoco se olvidaban de presumir de su tipo puesto que a esa clase iban a ir todas en manga y pantalón cortos, y venía Mirella a decir lo de siempre:

-No sois nada comparadas con Hailey.

Eso es lo que más enferma le ponía. No que la piropearan si no que como era la que mejor cuerpo tenía Mirella la levantaba la falda cuando llevaba, o le metía la mano por dentro de la camiseta para pellizcarle la poca grasa de la tripa. Le ponía en apuro.

-Hailey, ¿vienes?

-Un momento, Mire.

Hailey se puso las deportivas y salió con sus amigas al campo de fútbol. Allí estaban los chicos sentados al lado de las porterías, cuchicheando sobre el culo de la gente; qué poca vergüenza.

Geremy, el profesor; pitó con el silbato para que formaran un círculo a su alrededor. Pitó de nuevo para que empezaran a estirar y calentar. Cuando terminaron se aclaró la garganta y dijo:

-Como bien sabéis hoy es el examen de cooper. El examen consistirá en dar vueltas completas alrededor del campo de fútbol. Quince vueltas son un cinco. Treinta, un diez. Primero tres vueltas de calentamiento.

Y volvió a pitar.

-¿Treinta vueltas? ¡¿Está bien?!- Dijo Anaís.

-Y yo que no di ni cinco y me cansé...- dijo decepcionada Lilly.

-Al menos habéis entrenado.- dijo Hailey.

Las tres vueltas fueron cortas, nadie estaba todavía cansado pero se lo temían.

-Cada uno cuenta sus vueltas porque vais a correr todos juntos. Si alguien miente, le quito cinco. ¿Entendido?

Geremy se puso a un lado donde sería el comienzo e hizo un pitido molesto con el silbato. Al instante todos empezaron a correr reservando el 50% de las energías. Hailey fue al principio con sus amigas, pero más tarde se puso la tercera por lo lentas que iban. Sin darse cuenta dejó de contar las vueltas buscando a Xabier con la mirada. No le buscaba aposta, pero allí estaba, apoyado en la pared jugando a cara o cruz. No llevaba la equipación y Geremy le había puesto un negativo y no le había dejado correr. Hailey le hizo un gesto para que corriese y él señaló su camiseta, queriendo decir que no llevaba puesto el chándal.

El amor muerde(pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora