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NO CONSIGUIERON EL regalo, incluso si habían registrado toda la tienda. Harry parecía dispuesto a comprar cualquier cosa a estas alturas y Camille se sentía decepcionada de que no había nada de Quidditch que pudieran comprar.

—Esto es tan frustrante —dijo Camille.

A Harry le hizo algo de gracia el puchero infantil de la chica, incluso le dieron ganas de acariciar su cabeza para calmarla. Parecía un pequeño chihuahua enojado.

—Oye, ¿Qué te parece si vamos a tomar algo?

La forma en la que ella levantó la cabeza con sorpresa para mirarlo casi hizo que Harry se volviera a sonrojar por su atrevida y repentina proposición. Si, eran dos desconocidos que de la nada se habían embarcado en la aventura de buscar el regalo perfecto para Navidad, pero era solo eso. Lo más probable es que ella sólo fuera alguien extremadamente amable y que luego de conseguir el regalo cada quién se fuera por su lado después de pasar un momento agradable, pero ahora la idea de ir a tomar algo juntos se veía demasiado íntimo y personal, por lo menos desde su punto de vista.

Por un momento pensó que ella lo rechazaría, pero luego la vió encogerse de hombros con una sonrisa.

Ella parecía que siempre estaba sonriendo.

—Me parece bien.

Así que ambos salieron de la nueva tienda que habían visitado y fueron al café más cercano, que sorprendentemente estaba bastante lleno de personas, por lo general amigos o parejas que hablaban animadamente entre ellos.

—Y está es la prueba de que para pasar una buena Navidad no se necesita estar encerrado en una casa —dijo ella mirando al rededor cuando por fin consiguieron una mesa.

—No pareces del tipo de persona que disfrute estar encerrado todo el tiempo en una casa —comentó Harry.

—Oh, no lo soy para nada, prefiero escapar a estar todo el día entre cuatro paredes.

—¿Y eso fue lo que hiciste hoy? —preguntó con curiosidad.

Tenía el fuerte presentimiento de que así había sido y sus sospechas se confirmaron al verla asentir con una mirada ligeramente culpable.

—Se supone que estoy pasando la navidad con mi prima y la familia de su esposo y solo fui a "pasear" —hizo unas comillas con las manos.

—¿No se llevan bien? —preguntó.

Harry tenía miedo de sonar demasiado entrometido, pero habían estado todo este tiempo juntos sin saber casi nada—bueno, en realidad nada— del otro, y le daba curiosidad conocer a la rubia alegre.

—Al contrario, nos llevamos muy bien y me gusta pasar tiempo con mi familia, es solo que... A veces necesito un poco de tiempo para mí, ¿Sabes?

Harry asintió, comprendiendo a lo que se refería.

—A veces me siento muy diferente a ellos —se encogió de hombros.

Harry pensó en todas las veces en las que se había sentido diferente a los demás, incluso si todos parecían aceptarlo. No muchas veces estaba de acuerdo con sus amigos y tenían discusiones, pero eso no significaba que no se querían.

Una camarera vino a atenderlos y anotó su orden mientras Harry esquivaba su mirada curiosa sobre él, que por suerte la chica junto a él no pareció notar. Camille lo convenció de pedir un chocolate caliente al igual que ella, aunque ella pidió unas galletas para acompañar y él una tarta de melaza.

—¿Y qué hay de ti? Claro, además de que estamos luchando por conseguir un regalo para tu novia.

Harry se rió.

𝐒𝐀𝐍𝐓𝐀 𝐓𝐄𝐋𝐋 𝐌𝐄  ✧  harry potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora