Capítulo 11.

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cuatro años atrás

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cuatro años atrás...

Felix estaba sentado en una de las sillas giratorias del despacho que le habían otorgado al ingresar a la empresa hace ya cinco años atrás.

Trabaja en una de las sucursales en Los Ángeles, pero cuando le ofrecieron un puesto de Community Manager no dudó en dejar todo atrás y mudarse al corazón de Nueva York. Allí empezó de cero en un pequeño pero acogedor departamento que la empresa le costeó y apenas algunos muebles que había podido enviar desde su anterior piso.

Los primeros meses fueron duros, su lobito estaba sumido en la depresión que cogió al verse solo y sentirse un tanto desamparado. Casi nadie en la sede le prestaba atención, mucho menos al enterarse que su jefe era un omega. Le dolió, demasiado, pero pronto se acostumbró a elevar la barbilla y pasar por encima a quien quisiese hacerlo sentir menos.

Una de las noches en donde se había tenido que quedar hasta tarde para terminar algunos pendientes, cruzó caminos con el jefe. Era la primera vez que podía observar de cerca el rostro del alfa y cuando su aroma lo cubrió no pudo contenerse más.

Luego de eso le siguieron citas y salidas, teniendo como resultado una pareja sumamente enamorada.

Dos años después de empezar su noviazgo, Felix decidió mudarse al departamento del mayor. Era lujoso, sin dudarlo, pero en el fondo ambos sabían que no querían eso para el resto de sus vidas.

Una vez enlazados tenían el plan de mudarse aunque aún no sabían bien dónde.

Tuvo que cortar el flujo de sus pensamientos cuando arcadas lo atacaron de golpe. Llegó corriendo al baño de la oficina y justo segundos después vacío su estómago por completo en el retrete. Su lobito gimoteaba en su pecho y no le sorprendió para nada que su alfa pareciera detrás de la puerta en un santiamén.

—Mi amor, ¿estás bien? ¿Qué sucede, Lixie? —murmuró el alfa cuando observó su rostro pálido y ojeroso.

—No lo sé, alfa, empecé a sentirme mal de repente.

—Ven, vamos por algo de agua y luego irás directo a casa. No puedes seguir trabajando así.

—Pero, Chan... —puchereó. No quería estar solo en el departamento.

—Nada. Soy el jefe, amor, y digo que no estás apto para seguir hoy. Ve a descansar y prometo llevar para cenar esa sopita de pollo que tanto te gusta.

Asintió rendido porque muy en el fondo sabía que el mayor tenía razón. Estaba agotado, su cabeza palpitaba, le dolía el pecho y la espalda y no entendía muy bien porque.

Dejó que su frente fuera besada mientras era prácticamente bañado en el aroma potente del alfa.

Una vez recostado entre la calidez de las mantas de su nido supo exactamente que era lo que le estaba sucediendo. Haber pasado su celo en sincronización con el de su alfa era una pista enorme.

No dudó en colocarse un chandal sobre su cuerpo y salir en busca de una herramienta que lo ayudaría a confirmar o, por el contrario, descartarla.

El trámite en la farmacia fue rápido y en un abrir y cerrar de ojos estaba sentado sobre el retrete con las manos cubriendo su rostro. Una prueba de embarazo con un positivo resplandeciente lo acechaba desde el lavabo.

No tuvo tiempo de juntar todas las cosas cuando la voz de su alfa irrumpió desde la entrada. El departamento era grande, pero Felix estaba seguro de que en menos de tres segundos tendría al mayor llamando a la puerta en su búsqueda.

—¿Lixie, amor? ¿dónde estás? —lo sabía.

—¡En el baño, Chan, ahora voy!

—¿Felix? —el alfa abrió la puerta apenas para poder pasar su cabeza— ¿sigues sintiéndote mal?

—Algo así —sacudió la cabeza de lado a lado y sonrió con el plástico de la prueba quemando en su mano escondida detrás de su espalda— digo... estoy bien, alfa. ¿Trajiste la cena?

—Sí, está en la cocina.

—Pues vayamos —El pecoso besó levemente sus labios y tomó su mano para sacarlo del cuarto.

Tuvo que contener las ganas de vomitar cuando la sopa que tanto amaba ingresó en su boca. No era específicamente a él a quien parecía sentarle mal.

En la noche se tumbaron juntos en el sofá a ver una película. Felix buscaba inconscientemente el aroma y protección que solo los brazos de su alfa podían otorgarle y Chan, sin problema alguno, lo apretaba con mayor fuerza a su pecho.

—Amor... —murmuró el mayor.

—¿Mhm?

—¿Qué sucede? mi alfa me está volviendo loco al no saber que tiene mal a su omega.

—Nada, alfa, estoy cansado. Solo es eso, ¿sí? —besó con suavidad sus labios— ¿me llevas al nido?

Y ambos rieron cuando Chan cargó entre sus brazos el pequeño cuerpo.

Días después Felix logró por medio de muchos pucheros y besos convencer a su alfa de levantarle el permiso por enfermedad. Chan estaba un tanto recio, pero le hizo prometer que se cuidaría y que no realizaría tareas excesivas.

Cuando regresó esa tarde, demasiado agotado por todo el trabajo, no encontró a Chan por ningún lugar. Guiado por sus instintos se dirigió a la habitación y casi cae de rodillas cuando lo divisó sentado al filo de la cama con la prueba de embarazo entre sus manos. No se movía, pero sí sollozaba levemente.

—¿Alfa? yo... puedo explicarlo —murmuró cohibido.

—Ven aquí, Lixie—lo tomó entre sus brazos cuando lo tuvo enfrente y apoyó su cabeza en el aún plano abdomen— ¿estamos esperando un bebé?

—Sí, mi amor, vamos a ser papás —acarició entre los finos cabellos castaños mientras dejaba que sus lágrimas corrieran al igual que las del amor de su vida.

Las feromonas eran de todo tipo y los aromas se fundían con fuerza, haciendo que la pareja se sintiera aún más dichosa.

—También tengo una sorpresa —Chan lo miró a los ojos antes de ponerse de pie.

Sustrajo del cajón de su mesilla de noche un sobre marrón y posteriormente lo dejó entre las manos del omega.

Un jadeo escapó de entre sus labios y su llanto incrementó gradualmente.

—¡¿Compraste la granja?! —chilló emocionado.

—Sí, Lixie, es nuestra. Nuestro lobito crecerá en donde siempre planeamos.

—Te amo, alfa.

—Yo mucho más.

Y pasaron el resto de la noche entre besos y promesas por cumplir. Planes de comprar animales, preparar un huerto y vivir a base de ellos.

Chan le prometió que haría lo posible y Felix a cambio juró poner todo de su parte para cumplir lo que tanto anhelaban.

Una hermosa granja familiar.

Una hermosa granja familiar

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The family's farm ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora