Prólogo.
"Los ojos que tienes, me recuerdan mucho a los de otro niño que conocí hace tiempo", la voz grave de un hombre llamo la atención de un niño rubio que caminaba debajo de un puente.
"¿Eh?", los ojos azules se movieron hacia la derecha para ver a un adulto de 30 años con cabello negro, que los observaba con escrutinio.
"¿Quien eres tu?", la pregunta sorprendió levemente al hombre, no tanto por la pregunta en si, más bien, fue por la calma con la qué el niño le dirigió la palabra, ya que el no estaba emanando un aura de hospitalidad precisamente.
'este niño, ¿Enserio tiene cuatro año?', se preguntó mentalmente el hombre algo desconcertado.
"¿Necesitabas algo?, tengo cosas que hacer", la voz tranquila del pequeño rubio lo saco de sus pensamientos.
"Ah, ¿aca-acaso no me tienes miedo?", la pregunta salió de manera automática.
Una delgada ceja rubia se levantó.
"¿Debería tenerte miedo?", el niño se giró por completo para ver mejor al hombre.
'este niño...' .
Entre cerrando los ojos, el pelinegro le demostraría al mocoso que no es un simple humano más del montón.
Ejerciendo fuerza en sus piernas, el suelo se destrozó por completo cuando el hombre desapareció de la vista con una gran velocidad.
Corriendo alrededor del niño, no era más que un borron debí a la su inmensa velocidad.
Los orbes azules se movieron con lentitud hacia la derecha.
"¿Otro idiota?", un susurro inaudible salió de la boca del niño.
"Mocoso de mierda", grito el hombre en el momento en el que apareció en un instante detrás del niños listo para darle una lección.
Los labios del rubio se movieron, pronunciando palabras mudas.
Los orbes negros se abrieron como platos cuando su puño choco contra un muro de arena.
"¿Que dia...?", no tuvo tiempo quedarse sorprendido cuando todos sus instintos se encendieron al máximo, alertandole de una amenaza cercana.
Dando un salto hacía atrás, apenas logro esquivar varios picos de arena que salieron del suelo a gran velocidad y fuerza, listos para matarlo al instante.
"Tienes un buen instintos", el niño elogio con un leve asentimiento, pero su rostro solo mostraba monotonía.
'¿Arena?', '¿De donde carajo saco la are...?', los ojos negros se abrieron como platos cuando algo hizo click en su mente.
'espera, cabello rubio, ojos azules, y expresión monótona en su rostro', en ese momento una persona cruzó por su cabeza.
"Oye niño, dime: ¿Cuál es tu nombre?", el hombre cuestionó, ya tenía en mente una idea de quién era el mocoso de pie a unos metros de distancia de el, pero necesitaba estar seguro de ello.
"¿Eh?, ¿No querías matarme?, ¿Por qué un cazador preguntaría el nombre de su presa?", el pequeño niño murmuró mientras dejaba salir un suave suspiro.