Capitulo 1.El sol lentamente comenzaba a ocultarse en el horizonte, dejando detrás una vista hermosa del atardecer.
Los orbes azules contemplaron con calma dicho atardecer desde el techo de una las casa del clan.
"Naruto-sama, su baño ya está listo", una mujer joven habló desde de la espalda del pequeño rubio.
El ojiazul no se molestó en voltear.
"Claro, en un momento bajo", respondió con tranquilidad.
Ganando un asentimiento por parte de la chica, está simple bajó por las escaleras hacia el piso inferior.
Inhalando profundamente, Naruto dirigió sus ojos hacia su mano derecha, la cual abrió y cerró en un puño un par de veces.
"¿Soy Diferente?", fue una pregunta que comenzó a carcomer en su mente desde hace ya un par de semanas. claro el pertenecía a uno de los clanes más prestigiosos de todo el mundo de la hechicería, y no solo eso, desde el momento en que salió de su madre, el ya había nacido con sus rituales ya despertados, y si eso no fuera ya suficiente, el ritual con el que había nacido era la técnica hereditaria del Clan: el ritual maltido de las diez sombras. Pero, para se más específicos, el ritual de las diez sombras con la qué el había nacido, no era estrictamente esa técnica, mejor dicho, el había nacido con una versión mejorada de esa técnica, por lo que solo elevó aún más su estatus en todo el mundo de Hechiceros, y aún más en su propio clan, el cual, cuando se dieron cuanta de ésto, al instante lo colocaron en un pedestal, donde ningún otro niño del clan tiene permitido acercarse a el sin su permiso, y también que, al no saber si su nueva versión de la técnica del clan puede ser heredada, tiene permitido poseer a varias concubinas que llevarán a sus hijos, clari, cuando el decida pasar su semilla.
Dejando salir el aire de sus pulmones en una lenta y suave exhalación.
"¿El nuevo satoru gojo?", un suave susurro salió de sus pequeños labios. Uno de los adultos con los que se vio obligado a interactuar, se le había escapado ese comentario.
"Aburrido", comento, algo de lo que se habia percatado, era que, a diferencia de los niños que veia a lo lejos, es que el no sentía la necesidad de querer ver a su madre o padre, extrañamente, no sentía la necesidad de querer estar con alguien, lo cual le hacía preguntarse, si su técnica ritual tenía algo que ver con eso.
Negando con la cabeza, Naruto se puso de pie y sacudió el polvo de su pantalón.
Cuestionarse todo eso no servía de nada si no sabía dónde podría encontrar alguna respuesta.
Sería mejor dejar que el tiempo decida las cosas.
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Grandes y largadas púas de arena salieron del suelo y atravesaron a más de quince muñecos de entrenamiento a unos veinte metros de distancia del atacante.
"Bravo, simplemente impresionante", un hombre mayor elogió con una gran sonrisa, parado un par de personas detrás de Naruto.
El rubio no digo nada, y miró su mano extendida con la qué había ordenado a la arena atacar.
Frunciendo el entrecejo, Naruto no sabía porque, pero no se sentía satisfecho con su nivel actual, eso ya lo había expresado antes, pero le dijeron que aún era un niño, que su nivel solo aumentaría con el pasar de los años, y esa respuesta simplemente no le gustó.