Renacer en tierra salvaje

Capítulo 5 Sospecha ataque de La marabunta

La Zorita ha sido llevada con el Sanador mientras estaba inconsciente, creando un gran revuelo. Pronto todos supieron lo que ocurrió y asusto a las personas, todos murmuraron.

El patriarca con los guerreros más fuertes de la tribu se reunió.

- Que puede matar a un hombre en fracción de segundo solo dejando los huesos limpios.

Aunque no eran los más fuertes entre los guerreros, todavía los conocía y no estaban mal, además estando de guardia si algo se acerca lo notarían.

El patriarca se sentía muy inquieto, mientras discutían que hacer.

Valentina estaba desayunando con su madre y escuchando lo que ocurrió, las frutas dulces ya no le parecían tan apetecible.

Mientras tocaba con el dedo la madera miro al pájaro tonto que le estaba dando de comer.

- Pequeño bebe vamos a volar.

Las manos temblorosas del pájaro temblaron un momento antes de meterle en la boca un trozo de fruta.

- Mamá, quédate al lado de la abuela, no os valláis a ningún lado. Y vosotros quedaos al lado de mi madre. No tardaré en regresar. Mientras hablaba tirro del águila.

Ben se sentía muy encantado la mujercita quiere estar a solas con él, tomo su forma animal.

En el aire se encontró con Héctor y algunos pájaros más.

- Héctor, puedo ir con vosotros.

- Es peligroso.

- Sí, pero soy la única que puede saber lo que está pasando. Además, puede ser más peligroso para vosotros.

- Esto no es un juego.

- No estoy jugando. Hablo muy serio. Si es lo que creo que es, nadie está a salvo.

- Bien, síguenos, peor te quedas a mi lado.

Héctor miró a la muchacha que ahora también es su hija, ignorando por completo que llevaba la sangre de este bastardo. Pronto tomaron vuelo alto y en poco tiempo llegaron al lugar del accidente. Los huesos todavía estaban allí limpios y blancos si trozo de carne. La vista es espantosa.

Valentina miró de izquierda a derecha, no muy lejos había algún cúmulo de tierra, sus ojos se oscurecieron un momento, miraron las ramas de cerca, este lugar es demasiado arrido sin hierba ni los árboles tiene hoja alguna.

- ¿Héctor hay alguna tribu cerca?

- Sí. Hay una tribu pequeña de ovejas.

- Vamos hasta allá... mm miro el cúmulo de tierra y dijo. No os acerquéis a ellos y mirar si hay cerca animales pequeños... No sé si os dais cuenta aquí no hay pájaros que cantan, es demasiado silencioso.

En este momento todos levantaron la cabeza, miraron a todos los lados y escucharon con atención. Realmente no había canto de pájaro, todo parecía demasiado silencio.

Mientras tomaron vuelo hacia la tribu de ovejas, el lugar es desértico, todo el alrededor estaba consumido sin pisca de hierba, es devastador, solo verlo, esqueletos de animales grandes y pequeños.

Bajaron en aquel lugar donde se supone que vivía esa tribu, ni rastro de vida, solo esqueletos sin vida, un llanto débil de bebe sonó en algún lugar, rápidamente se acercaron en medio de un gran charco de agua, hay una mujer y un hombre desmayados en los brazos tiene un bebe su llanto es muy débil. Rápidamente, se acercaron, tomo el bebe de las manos de la mujer, el agua no es profunda, pero es en una distancia de 8 metros de ancho y un largo más grande. El agua le llega hasta la rodilla.