⚠️ 𝘼𝙑𝙄𝙎𝙊: Este es el primer fan fic que hago. No soy una experta y como tal no esperen la gran cosa. También, los personajes no serån 100% canon, ya que les agregaré "mi toque". Y si no les gusta, pues vayan a comer pepinillos a la casa de su abuela.
. . . . . . . . . . . . . . . .
¿Desde cuándo pasó esto?..
¿Desde cuándo esa dulce chica qué conocía se había vuelto un puto monstruo sin sentimientos algunos? No lo sabía.
Era su fin, no le quedaba más que llorar y rezarle a todos los dioses que pudiesen existir de que la enmascarada se apiadase de ella.
. . . . . . . . . . . . . . .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖 𝙅𝙖𝙣𝙚.
Estaba en la cocina de la Creepyhouse, pintando junto con Bloody Painter. Algunos creepypastas estaban borrachos mientras otros jugaban a las cartas. Nada interesante.
De repente entró Slenderman cargando a una chica. Me quedé "¿flechada?" apenas y la ví. Estaba inconciente y tenía un cuchillo clavado en el estómago, pero de igual manera era hermosa. No sabía que hacer ni como actuar, pero antes de que yo pudiese hacer o decir algo Slenderman se adelantó.
—Hola— Dijo captando la atención de todos los presentes. —Encontré esta chica inconciente en el bosque. No la maté porque puede resultar ser útil apenas y se recupere. ¿Alguien la quiere cuidar? Está herida y necesita atención médica urgente. —
Un silencio incómodo inundó aquella casa. Yo la quería cuidar. Había una gran parte de mí que lo quería hacer, pero otra gran parte me decía que no, que me llenaría las manos de responsabilidades que de igual manera no eran obligatorias hacerlas. Estaba perdida en mis pensamientos hasta que la voz chillona del "copia barata de Peter Pan" hizo que dé un "salto" hacia la realidad.
—¿Y por qué no la cuida Nurse Ann?— Agarró una papita mientras jugaba con su consola. En ningún momento retiró su mirada del juego como un puto viciado que es a sus jueguitos de mierda.
—Hace 2 meses que no hay rastros de ella. Seguramente ya no los soportaba más o la mataron— Una pequeña sonrisa traviesa salió de mí. —Bueno, si no se deciden tomaré una decisión yo. No la puedo dejar morir—
—¡Yo la puedo cuidar!— Me quedé perpleja. ¿¡Por qué Clockwork cuidaría de esa chica!? Mi cuerpo se llenó de celos y no pude evitar cerrar mi puño con todas mis fuerzas. No podía dejar perder esta oportunidad de acercarme a ella, ¡No, no, no! Tenía que actuar rápido, el tiempo se acababa.
—¡Y-YO LA C-CUIDARÉ M-MEJOR!— Todos se habían volteado a verme, incluida Clockwork, su mirada solo demostraba odio. Igual, tenía sus motivos. —S-sí... Recuerda Slenderman que yo cuidé una vez a Sally y ella se mejoró a la semana. Clockwork no cuidó a nadie y dudo mucho de que lo haga bien— Dije en un tono convincente. Sabía perfectamente que después de decir eso me ganaría aún más el odio de Clockwork, pero siendo sincera, no me importaba en lo absoluto.
—Eso es verdad— Miró a Clockwork. —Lo siento, pero Jane la cuidará—
Enojada se retiró a su cuarto, sin antes empujarme "accidentalmente".
—Muchas gracias Slendy- Digo... Slenderman. ¡La cuidaré como si fuera mi hija!— Estaba muy emocionada.
—Me da igual lo que hagas con ella, solo no la mates. Toma— Dijo para luego darme a esa hermosa chica en brazos. Cuando la agarré me percaté de lo liviana que era. No pasaba de los 50 kg. Algo que me aterraba, ya que calculaba que ella mediría unos 1,65 cm, ¡no soportaría nada!
No dije nada más y subí con ella en brazos a mi cuarto. En el camino, estaba inundada de preguntas. "¿Cómo se llamaba?" "¿Cuántos años tenía?" "¿Por qué tenía tantas lastimaduras?" Mi cabeza daba vueltas y vueltas por todas las preguntas que tenía, hasta que llegamos al cuarto y la acosté delicadamente en mi cama.
No podía dejar de admirar su belleza. Pero después capté, ¡tenía que curarla! Agarré el botiquín "Primeros Auxilios" y empezé a desinfectarle y vendarle alguno que otro raspón, cortadura, etc. Le había curado casi todo, pero faltaba una parte... El cuchillo clavado en su estómago. Tenía un poco de miedo, ¿y si la mataba? No era la primera vez que extraía un arma blanca de un cuerpo, pero la maldita diferencia era que esta vez mi víctima tenía que salir viva de esa extracción.
Empezé a extraerle pacientemente el cuchillo intentando de no dañarla mucho y que no perdiese tanta sangre.
Estaba terminando hasta que un grito se escuchó. . . . .
