Han pasado cinco años desde que Seungmin desapareció y a pesar de que su pérdida fue en extrañas circunstancias, con los años ha caído en el olvido.
Pero hay alguien que aún lo conserva en sus recuerdos, sin perder la esperanza de encontrarlo.
Bang...
Habían pasado por, al menos, unas siete habitaciones antes de dar con alguna que no tuviera cadáveres agonizando dentro. Chan veía a través de la alcoba como la luz central de la Cruz Roja disminuía, como una vela consumiendose.
- ¿Por qué Yang se ve como nosotros? - Se atrevió a preguntar Chris. - Pensé que estaba vivo.
- Es porque, existen dos tipos de espíritu aquí. Los que estan arrepentidos por lo que hicieron, se hunden en el remordimiento y entonces están condenados a morir en el circulo vicioso. - Explicó tranquilo. - En cambio, hay otros que después de un tiempo caen en conciencia y pueden romper aquel bucle, siendo libres.
- Y, ¿Por qué quiere conseguir mi móvil? - Preguntó nuevamente el mayor.
- Cuando un alma toma conciencia, puede servir a un demonio. - Seungmin sabía aquello de memoria. - Yang ahora es un Ghoul, él quiere volver al mundo real... Tiene un novio allá y el móvil puede serle útil como lo fue para mi.
- Su novio se llama Hyunjin, ¿Verdad? - Chan se alejó de la ventana y caminó hasta sentarse al lado de su pequeño Min. - Lo conozco, también ví a Jeongin alguna vez junto a él.
- Así que sabes su nombre. - Exclamó contento Seungmin - Veamos, cuando ví a Yang por primera vez fue cuando buscaba refugio, me adentré a una casa y en el baño estaba él. Estaba recostado en la tina mientras dibujaba lineas rectas en sus brazos con una navaja, lo hacía hasta que la bañera rebosara de sangre.
- Había apuñalado a su novio, luego de que él le dijera que iba a irse del país, al pensar que lo había matado, él también quizo morir y terminó así... - Completó Chan, recordando cuando vió aquel titular en diversos diarios. - Al final, Hyunjin no se marcho y ahora es un chico muy callado.
- Pobre Yang. - Río el menor. - Seguro que penso que estarían juntos después de la muerte y ahora solo puede verlo por los espejos y lamentar lo que paso.
- ¿Cuándo te volviste tan malvado? - Preguntó irónico el castaño. - Solías ser mi pequeño angelito.
- Lo siento. - Contestó en el mismo tono. - Es lo que pasa cuando no conoces más que desesperación y soledad.
- Ya no volverá a pasar. - El mayor beso su frente. - Porque estoy contigo y no volveré a dejarte solo.
- Te amo, Chan. - Dijo convencido el más alto y lo beso en los labios hasta que el manto de oscuridad se hizo presente, junto al silencio sepulcral. Chan buscó la mano de su novio a ciegas y cuando la encontró, la entrelazó con la suya. Cuando se separaron del beso, le susurró:
- Yo también te amo, Seungmin. - No sabía cuanto tiempo había pasado oyendo solo la respiración acompasada del contrario, pero en algún momento, Chan se quedó dormido profundamente con una sonrisa en el rostro y un sentimiento calido en el corazón.
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Cuando nuevamente abrió los ojos, la luz roja iluminaba otra vez. Talló sus ojos y bostezó, ya más despierto, no encontro a Min en la habitación, pero si a Yang quién lo observaba con una sonrisa socarrona desde el borde de la cama.
- Seungmin me dijo que no debía entrar a verte. - Dijo con un deje de culpa. - Pero, la curiosidad ha podido conmigo, ¿Has dormido bien?
- Yang... ¿Dónde esta Seungmin? - Miró con desconfianza al chico rubio.
- Ha salido. Dijo que volvería en un momento, entonces partiremos. - Avisó sin moverse.
- Está bien. - Respiró aliviado. -Seguro no tardará. - Yang seguía viéndole, examinando a detalle su cuerpo.
- Tu estás vivo, ¿Verdad Chan? - cuestionó, aunque fuera una afirmación. - Ayer no podía estar convencido, pero ahora si. Los muertos no duermen.
- ¿Acaso importa? - Chris se acomodaba el abrigo - Me iré de su mundo en cuánto pueda.
- No lo harás. - Contradijo el rubio. - Al menos, no con vida. - Yang saco una navaja y apuntó con ella al castaño. Acto seguido, se levantó y camino hasta él mientras que a cada paso que daba, sus ojos se enrojecían.
- Hyunjin me hablo de tí. - Comenzó Chan mientras retrocedía. - Él aún va cada día a tu lápida a pedirte perdón. Si lo perdonas, él podrá ser feliz de nuevo-
- ¡Cállate! - Gritó. -Si tanta lástima le tienes, dame tu cuerpo para que pueda volver con él.
- Las cosas no funcionan así. - Refutó el mayor antes de salir de la habitación, corriendo hacía la planta baja. Corrió tanto como sus piernas le permitieron, pero no había comido nada desde que llegó por lo que, se sentía mareado en algunos momentos.
Logrando llegar a la cocina, buscó algún objeto con filo y, para su fortuna, había una docena de cuchillos de distintos tamaños. Chan tomó uno en cada mano, optando por los medianos, se escondió al lado de la puerta y espero hasta que escucho los pasos de Yang.
- ¿Vamos a jugar a las escondidas? - Preguntó de manera inocente. -Bien, si te encuentro... Mi premio será tu vida.
Chris se apoyó más contra la pared e intento regular su respiración, ya que había corrido hasta llegar la planta baja, terminando agitado.
- Sal ya. - Pidió el rubio al pisar el último escalón. - No quiero que tu noviecito nos interrumpa.
- Lo siento. - Dijo Chan al salir de su escondite y clavar un cuchillo en el pecho y el otro en la clavicula de Yang. Este mostro signos de dolor, pero en un corto tiempo elevo la mirada y le sonrió dulcemente.
- Ya estoy muerto. - Agregó el rubio, extrayendo ambos cuchillos de su cuerpo. - Es gracioso que intentes matarme. - Lanzó ambas armas blancas a la limpia alfombra y aceleró el paso hasta tomar a Chan por el cuello y elevarlo unos centimetros del suelo, privandolo del aire. - Sin embargo, tu no tienes la misma suerte. - Yang acarició su mejilla con su brillante navaja.
Antes de que logrará hacer el deseado corte, su brazo fue amputado de su cuerpo, acabando en el suelo. Chan al fin pudo respirar, mientras tosia al lado de la extremidad del Ghoul.
- Sorpresa, Yang. - Habló una tercera voz, que era de Seungmin, quién había regresado.
- Estupid- ¡Ah! - Su queja acabó en un grito de dolor cuando Min corto de un movimiento sus piernas, haciendo que cayera como un peso muerto.
- Has roto nuestro trato. - Mencionó lo ya obvio y continúo esta vez con su otro brazo. - Así que, es justo que rompa tus huesos. - Seungmin piso las heridas del rubio y sonrió al verlo sufrir.
- Tu n-no... - Intentó hablar por última vez Jeongin, pero terminó con un machete clavado en la garganta.
- Tomaré prestada tu brújula. - Avisó Seung, arrancando el collar que tenía su victima.
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[Ghoul o ghul: En las supersticiones orientales, se trataban de un espíritu o espectro que chupaba la sangre de los vivos y que desenterraba cadáveres para, acto seguido, devorar su corazón.]
