Han pasado cinco años desde que Seungmin desapareció y a pesar de que su pérdida fue en extrañas circunstancias, con los años ha caído en el olvido.
Pero hay alguien que aún lo conserva en sus recuerdos, sin perder la esperanza de encontrarlo.
Bang...
- ¿Por qué quería matarme? - Preguntó Chan una vez fuera de la casa. - Dijiste que eso solo lo hacían los espíritus comunes.
- Él quiere ver a su novio otra vez. - Seungmin respondió mirando la brújula. - Si te mataba, podría tomar tu cuerpo para volver al mundo real.
- Pensé que era un buen chico. - se excusó el castaño. - Hyunjin decía que era la persona más dulce del mundo.
- No en este mundo. Aquí no existe algo como el amor o la amistad, todos tienen la palabra "venganza" en su mente. - Explicó el menor a la vez que sacaba una bolsa de snacks y un par de bebidas en lata. - Pensé que tendrías hambre, las comidas normales acá son tóxicas así que, tendrás que conformarte con esto.
- Era eso... - Comprendió el castaño y tomo lo que le ofrecía. - Gracias Min, pensé que terminaría desmayado en cualquier momento.
- Perdón por tardar, casi termine perdido otra vez. - Se disculpó y volvió la vista al colgante que indicaba los cuatro puntos cardinales.
Chan le ofreció de comer a su compañero, pero él negó argumentando que se había alimentado cuando fue a buscarlos.
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Ahora siguiendo el oeste, caminaron sin equivocarse. Ambos estaban felices y Chan se encontraba mejor después de haber consumido lo que su valiente novio había conseguido para él.
Estaban a la mitad del camino para llegar a su destino cuando cruzaron por la casa de Chan. Él se detuvo y pronto el menor lo hizo también.
- ¿Quieres entrar? - Le sugirió mientras también veía la casa.
- ¿Podemos? - Preguntó emocionado y recibió un asentimiento.
Ambos se adentraron y lo primero que hizo Chan fue ir a la sala donde un enorme espejo decoraba una pared. Vió entonces al otro lado a su hermana y a su mejor amigo, parecían tener una discusión, aunque no los podia oír, el movimiento de sus manos y sus expresiones faciales eran suficientes.
Seungmin apareció a su lado y comenzó a ver lo mismo.
- Pronto los volveras a ver. - Habló. - De seguro estan preocupados por ti.
- No creo poder contarles como te encontre. - Rio Chan. - Dirán que enloquecí. - Seungmin rio con él.
Chan camino hasta la habitación de su hermana encontrandolo vacio, pero cuando entró al de sus padres, allí había una cuna que Chan no había visto desde que tenia díez años.
Se acercó y los ojos se le abrieron de golpe cuando vió lo que estaba dentro. Era un feto que aparentaba los cinco meses, estaba completamente rojo, con los ojos cerrados pero la boca del pequeño ser producía un llanto contraproducente, el solo chillido amenazaba con dejarlo sordo.
- ¿Qué has encontrado? - Llegó su novio y se acerco. - No sabía que ibas a tener un hermanito.
Entonces caminó hasta estar en frente de aquel ser que nunca llego a nacer y le clavo la navaja en la garganta, haciendo que el ruido molesto cese.
