Capítulo 21: La confesión de Ellie.

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Capítulo 21: La confesión de Ellie

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Capítulo 21: La confesión de Ellie.

Arrastró los pies con gran fuerza, le costaba en extremo encontrar la energía para caminar. Todavía se preguntaba por qué tomaba la clase de arte. La sola idea de tener que expresar sus emociones en una pintura le hizo fruncir el ceño y gruñir con cansancio. Realmente esperaba que el año avanzara más deprisa, o perdería la paciencia si seguía asistiendo a esa clase.

Aun con todo eso, una minúscula sonrisa tiró de sus labios al recordarlo. Por su mente pasaron escenas fugaces llenas de colores y aroma a pintura. Incluso podía sentir la frialdad de esa pintura en su piel. Sin embargo, había algo que ya no recordaba con claridad. Que, si no fuera por la existencia de unos videos, ya habría olvidado el timbre que tenía su voz al reír. Para ella, esos recuerdos eran cómo el motor de un vehículo. Sin ellos, tal vez, nada habría tenido sentido después.

¿Qué importaba que odiara las clases de arte? El aroma a pintura y sus colores le recordaban a él.

Atravesó el campo de futbol esta vez con más ánimo, segura de que si no se apuraba llegaría tarde a la dichosa clase. Aunque antes de continuar su camino, divisó a una persona oculta debajo de las gradas que rodeaban al campo. Hubiera seguido de largo, de no haber sido porque reconoció esos rizos castaños que se había acostumbrado a tener cerca.

Con pasos lentos, y sin hacer mucho ruido se arrimó al escondite del chico. En otras circunstancias, le habría parecido adorable la forma en la que el chico contraía todo su cuerpo en un intento de ocultarse. Sin embargo, los suaves sollozos le advirtieron que no debía hacer ningún tipo de broma.

—Mati —le llamó. Este levantó su cabeza de forma abrupta. Sus ojos grises poseían un inusual brillo verdoso. Eran apenas unos reflejos que le daban un color más intenso y reluciente. Si no fuera por las lágrimas que los rodeaban, seguramente le habría pedido una foto—¿Qué te ocurre? ¿Qué haces aquí?

—Ellie —mencionó el nombre de la castaña con voz temblorosa, que salió más bien con un alivio que obligó a la chica a sentarse a su lado incluso si su clase de arte estaba por comenzar—. Creo que acabo de firmar mi sentencia de muerte.

Ellie ladeó la cabeza y lo observó con las cejas arrugadas. Matías divisó la confusión en su rostro, pues rezongó con frustración, hundiendo el rostro entre sus piernas una vez más.

—Le he dicho a Ryan algunas cosas que lo cabrearan hasta el fin de mis días —explicó, su voz amortiguada casi no le permitió oír lo que decía. Por más que lo intentó, Ellie no pudo reprimir la sonrisa que tiró de sus labios al imaginar la cara de idiota que debió poner Ryan frente a la afrenta de Matías.

—Que mal, me hubiera gustado ver eso —confesó entre apacibles risas que atrajeron la atención de los ojos verdosos. A Ellie ya no le parecieron tan lindos, tenía los ojos rojos e hinchados al punto que se veían pequeños en su rostro. Aun así, el color que tenían, eran dignos de ser retratados.

November Rain.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora