𝙅𝙪𝙞𝙘𝙮 •|𝙃𝙪𝙢𝙖𝙣 𝘼𝙪|• "ᶠˡᵒʸᵈ ˣ ᵛᵉⁿᵉᵉʳ"

★⋆𝙆𝙞𝙙𝙧𝙞𝙩𝙯⋆★

Íba en la primaria, exactamente en quinto grado cuando lo conocí a el, aquel que se convirtió en el amor de mi vida por un largo tiempo, aquel que me daba las fuerzas para seguir despertando cada mañana para ir a estudiar, aquel que me consentía con cualquier cosa con tal de verme feliz, ya que mientras yo fuera feliz el lo iba a ser por consecuencia.

El fue mi felicidad, como yo fui la suya.

Pero todo cambio para bien cuando ingresamos a la escuela secundaria, pues ya nos considerabamos niños grandes, y fue ahí, con la corta edad de 12 y 13 años, que el me pidió ser su novia.

Yo no cabía de felicidad; yo esperaba el momento en el que el se arrodillara ante mi, (como las películas de romance que veía a escondidas) ese era mi más grande sueño en ese entonces, yo lo anhelaba, lo deseaba con todas mis fuerzas, que de tanto manifestarlo, sucedió.

-Venie...¿Quieres ser mi novia? -arrodillandose mientras toma su mano-

-Yo...¡Claro q-que quiero! -tomando su mano y abrazandolo en el proceso-

-Me haces el hombre mas feliz del mundo, te amo tanto preciosa, eres mi mundo entero. -cargándola-

-¡T-Tu también me haces muy feliz, te adoro tanto Ritz! -llorando de alegría-

Ese momento fue tan lindo, cada dia salíamos en las tardes luego de la escuela, ibamos a su casa o a la mia, y nos la pasabamos toda la tarde jugando videojuegos, aunque también hacíamos la tarea, ya que nos dejaban mucha para el dia siguiente, pero nos dabamos un respiro y nos lanzabamos besitos o algunas caricias, nada lujuriosas.

Habia veces, muy pocas o nulas en las que nos besábamos más allá de un pico, casi no nos tocamos de esa manera, al menos no cuando estábamos en segundo grado de secundaria, aún no eramos tan confianzudos como para hacer esas cosas, nosotros nos dábamos amor de otra forma, una más adorable a mis parecer.

Disfrutaba mucho estar con Ritz, jamás llegue a sentirme incómodo con el, siempre me hacía reir, me consolaba cuando las cosas no salían como quería, me daba pequeños regalos, me abrazababa, se acostaba en mis piernas mientras tocaba mi nariz.

Eso era lo que me hacía amarlo cada vez más, aunque cuando pasamos al último año, ambos teníamos 14 y 15 años, ahora si era cuando nos sentíamos grandes y que por ende, por fin podíamos tener algo que todos llamaban "𝙞𝙣𝙩𝙞𝙢𝙞𝙙𝙖𝙙".

Estábamos en su cuarto, sus padres no estaban, ya que habían salido a realizar las compras de la semana como es costumbre, y fue ahí cuando el y yo aprovechamos para hacer lo que tanto nos costaba hacer.

𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧.

Yo me encontraba debajo de el, mirandolo a los ojos con algo de nervios y miedo, no sabía que iba a pasar, nisiquiera estaba seguro si en verdad quería hacerlo, pero fue ahí cuando el me empezó a besar el cuello y darme pequeños mordiscos en el, mientras dejaba roja esa zona, con su mano derecha empezaba a subir mi camisa, una que el me había regalado.

Fue tocando uno de mis pechos, y comenzo a masajear mi pezón de manera lenta, lo cual lo volvía más placentero, para después dejar mi cuello y mi pecho; bajando su mirada a mis piernas semidesnudas, ya que con anterioridad había bajado mi short, asi que solo se encargó de mi ropa interior, pero eso no fue problema ya que decidió dejarla puesta, no le molestaba en absoluto.

Miraba mis piernas con deseo; las mordía levemente mientras se iba acercando a mi zona íntima, fue ahí cuando mi verguenza apareció junto a un gemido ahogado, gracias a que mordió demasiado cerca de mi parte, luego de eso me hizo lamerle dos dedos, para después introducirlos lentamente en mi vagina, dando movimientos circulares y de tijera, claramente eso me hizo estremecer de placer, era la primera vez que hacía algo asi, me estaba arrepintiendo de seguir; por instinto solo cerre mis piernas con algo de fuerza.