-Randoms^Obkk-

Te amo.

—¡Te amo! — exclamó Obito inclinándose de inmediato, así evitando que el chico frente a él viera su rostro completamente rojo.

—¿Me amas?, ¿a mí?, oye que malos gustos tienes, son iguales a los míos; también te amo.

—No estoy seguro de que esa sea la respuesta que esperaba, pero, está bien supongo. —Se levantó nervioso quedado unos centímetros más alto que Kakashi, él sonrió y le sacó la lengua como si estuviese presumiéndole algo.

—Eso te pasa por enamorarte de mí, boh, idiota, siempre me comporto así, esto no será diferente. —cedió con lo que pareció ser seguridad pero en el fondo se ocultaba cierta melancolía.

—De todos modos me gustas así —, le sonrió con alegría tomando su mano delgada entre la suya, no hizo falta palabras para que ambos entendieran lo que él otro quiso decir, parecieron horas mientras caminaban bajo el rosado cielo del atardecer hasta el muelle que a ambos les traía recuerdos, se sentaron en la orilla balanceando sus píes sobre el agua dulce de ese lago, miraron las nubes pintar el cielo acompañada de la melodía cantada por el bosque y las pequeñas aves, la brisa llevando a bailar a las hojas y paseando junto a la poca arena de por ahí; Obito apretó su mano aún unida a la de Kakashi. —Si él vuelve dímelo todo.
Desconcertado asintió, feliz y confundido, asintió, estando de acuerdo con todo lo que prometía silenciosamente el joven junto a él.

Lo que hice, lo que hago, lo que haré, y lo que haría por amar.

—Haría todo por ti. —mencionó sin pensarlo. —porque te amo. Obito. Te amo.

El amor condena.
A sufrir un castigo que nadie espera.
Los celos, o la obsesión...
Esa es la condena que pagarás por enamorarte de mí.
Hola nuevamente, Bakakashi.
 

Siempre ocurre algo a lo que le tememos, una simple cosa, cualquiera oculta algo, sin importar cuan sincera u honesta sea una persona. Siempre hay un secreto.

—¿Cuál es el tuyo?

Silencio.

—Sólo tienes que decírmelo, prometo no hacer nada.