Al día siguiente fue Rosé quien despertó primero, teniendo la oportunidad de admirar por un rato lo hermosa que es su novia al dormir.
Se preguntó a sí misma si ese día Jisoo también estaría de malas o tendría malestares; para prevenir, se levantó con mucho cuidado de no despertar a la mayor y fue de puntillas hasta la cocina. No estaría mal hacer de desayunar a la pelinegra para compensar un poco las incomodidades con las que lidiará estos próximos días.
Tomó un sartén, abrió el refrigerador para obtener lo necesario y se dispuso a cocinar algo sencillo pero que pudiera saciar a ambas.
Estuvo un rato cocinando concentrada mientras tarareaba una de sus canciones favoritas, llenando la habitación con un ambiente hogareño y cálido.
Justo al apagar la estufa, sintió unos brazos rodeando su cintura y un beso húmedo en su cuello; Jisoo había despertado.
- Buenos días, Soo. - Saludó, entrelazando sus manos sobre su vientre.
- Buenos días... - Responde suave, con un tono adormilado.
- ¿Tienes hambre? - La mayor asintió. - Entonces siéntate y déjame servirte. - Esperó con paciencia a que la pelinegra la soltara, esto no pasó e intentó voltear a verla para hablar con ella; tampoco se lo permitió. - ¿Amor?
Lentamente y casi a la fuerza, se desprendió del abrazo y con paso corto fue a su lugar. La rubia la observó con detenimiento, su cabello estaba revuelto, sus ojitos entrecerrados y su boca en un ligero puchero. Lucía adorable. Pronto fue hacia ella ya con sus platos en mano y los colocó en la mesa para luego servir el jugo.
- ¿Dormiste bien? - Tomó su mano sobre la mesa y acarició con sus pulgares mientras veía a la mayor asentir y empezar a comer. - ¿Tienes cólicos aún? - Esta vez negó. - ¿Te duele la cabeza? - Negación otra vez.
Algo harta de sus preguntas, Jisoo acercó sus sillas y se acurruco contra la menor mientras seguía comiendo; solo tenía ánimos de mimos, no necesitaba palabras.
Rosé lo entendió de inmediato y soltó una risilla antes de besar su frente con cariño. Ella estaría más que encantada de cumplir sus demandas.
- ¿Tienes ganas de salir en la tarde o quieres descansar otra vez? Podemos ir a la pastelería que tanto te gusta.
Jisoo terminó de masticar lo que había en su boca y volteó a verla con sus ojos iluminados. Le besó la mejilla y se acurruco aún más contra ella.
- Me gustaría mucho.
- Entonces así será, cariño.
Finalizaron la conversación y continuaron comiendo entre cortos besos y algunas caricias discretas, mayormente a pedido de la mayor.
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• 𝐌𝐢𝐦𝐨𝐬 •
Random❝ Jisoo está en sus días. Así que Rosé, su novia, deberá afrontar sus cambios de humor ahora que viven juntas, esto sin parar de consentirla. ❞ ֎ Este trabajo es meramente ficción, en ningún momento se busca ofender o menospreciar a alguien; si no t...