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El sol entraba por la ventana, dando de lleno en el rostro de la rubia y haciéndola fruncir el ceño sin querer levantarse todavía, pero no teniendo otra opción más que hacerlo

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El sol entraba por la ventana, dando de lleno en el rostro de la rubia y haciéndola fruncir el ceño sin querer levantarse todavía, pero no teniendo otra opción más que hacerlo. Dio un largo bostezo mientras se estiraba y tanteaba a su lado. Su novia no estaba allí.

- ¿Jisoo?

Se levantó aún con algo de sueño y se dirigió hacia la cocina; allí observó a la mayor cocinando el desayuno y maldiciendo por lo bajo.

- ¿Amor? ¿Por qué te levantaste tan temprano? Ven a dormir otro rato.

- Por el amor de Dios, Roseanne, no todo en la vida es dormir. Alguien aquí tiene que ser productivo. - Soltó con algo de agresividad, sin voltearla a ver y siguió con lo suyo, dejando a Rosé confusa.

- ... ¿Disculpa? - Su tono adormilado se fue por completo, abriendo los ojos con cierta incredulidad.

- Ya me oíste.

- ¿Amaneciste de mal humor, cariño? - Una cuchara pasó volando a su lado en el momento en que terminó de hablar. - ¿¡Y ahora qué te pasa!?

- ¡Nada! ¡Déjame sola!

- ¡Bien, ya entendí! - Medio gritó yendo de vuelta a la habitación; ella sabe cuándo debe de darle a alguien su espacio, mientras tanto, aprovecharía a asearse para pensar en qué es lo que podría tener de esa manera a su chica.

En cuanto entró al cuarto de baño, fue capaz de percibir cuál era el problema. Había un paquete de toallas sanitarias abierto justo encima del váter. Jisoo está en sus días. Y al parecer es muy, pero muy irritable.

 Y al parecer es muy, pero muy irritable

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