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El viento mecía el cabello azabache de la chica, su respiración agitada era acompañada por el fuerte latir de su corazón con cada paso que daba, atravesando el camino lleno de vegetación hacia la casa, dejando que únicamente el sonido de las hojas secas crujiendo bajos sus pies la delatara.

Freya corría tan rápido como sus piernas se lo permitían, intentando llegar a su hogar, por mucho que quisiera ayudar al demonio quemado, era el jodido Jason Voorhees de quien estamos hablando.

El hombre (no muerto) que fácilmente podía partir a una persona normal por la mitad con tan solo un movimiento de su machete.

Freddy ya se había enfrentado a él, estaría bien porque ya sabía qué esperar... ¿Verdad?

Sus pasos poco a poco fueron reduciendo la velocidad conforme iba pensando en la posibilidad de que el demonio de los sueños tuviera problemas reales por estar combatiendo solo a Jason.

Krueger era inmortal... ¿Verdad?

¡Por amor a Hécate! Él es un ser traído de un jodido ritual, no puede morir...

¿Verdad?

Se detuvo por completo al escuchar los golpes y gruñidos a lo lejos, en la oscuridad del bosque, preguntándose cómo saldrían ambos de ahí.

Apretó los labios hasta que estos formaron una fina linea, un gesto que demostraba claramente la impotencia y el conflicto interno que estaba sintiendo en esos momentos.

¿Irse?

¿Quedarse?

Un fuerte crujido llamó su atención, sacándola abruptamente de sus pensamientos, apenas y tuvo tiempo de voltear para cuando Freddy estaba impactando el suelo a unos escasos metros de ella.

Había caído de cara en la tierra llena de hojas caídas de los árboles.

Sus pupilas se contrajeron hasta formar dos diminutos puntos negros en un orbe oscuro al ver el pésimo estado en el que se encontraba.

Freddy estaba luchando por levantarse, su mandíbula tensa a causa de sus dientes apretados, mostraba varios moretones que seguramente debían verse mucho peor a la luz de alguna bombilla, la mano con su guante estaba estirada hacia abajo y no la podía mover, apretaba la tierra bajo su mano buena con rabia.

Nunca lo había visto tan magullado y maltrecho.

-Maldito seas...- en cuanto levantó sus ojos claros del suelo y divisó a la chica, su expresión molesta se transformó en una mueca seria de preocupación -¡¿Qué putas estás haciendo ahí?!- bramó entre quejidos de dolor.

-Yo...- la morena no supo qué decir, simplemente se acercó a él con prisa y lo ayudó a levantarse, procurando no tocar su brazo lastimado -Estaba por entrar y...

-Eres una estúpida...- siseó apoyándose en ella para caminar hacia la casa con esfuerzo -Si ese retrasado hijo de mamá te ve...

No hacía falta que Freddy le recordara que ella era la más vulnerable de ambos, un objetivo fácil para cualquier asesino.

-Lo sé, lo sé- respondió, cortando la reprimenda del quemado -Entremos rápido...- ambos llegaron al jardín de la casa cuando escucharon de nuevo un sonido.

Ch... ch... ch...

Freya sintió como la sangre se congeló en sus venas al escuchar aquello, sus músculos se tensaron en el agarre sobre el demonio a su lado, quien estaba igual de rígido.

Ambos se giraron lentamente, una con temor y el otro con cautela.

La imponente figura de Jason Voorhees se erguía en la entrada del jardín, a unos cuantos metros de la pareja.

Mine [Slashers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora