Mine [Slashers]

05

-¡Freddy!- gritó la morena mientras intentaba alcanzar el celular que el demonio quemado estaba levantando con su brazo.

Este reía divertido al ver a la chica dando saltitos para intentar alcanzarlo.

-Estás cerca- se burló -Nah no es cierto jajaja.

-¡Krueger, basta ya!- se quejó cruzándose de brazos.

-Uy que seria- carcajeó inclinándose un poco hacia ella para susurrarle al oído -Tienes que hacer más que eso, niña.

La piel bajo su aliento se erizó, causándole un escalofrío.

Una idea saltó en su mente pero era algo arriesgada...

Pero quería callarlo de una vez.

Tomó la mano libre del demonio y lo acercó más a ella, confundiendo más al hijo de los cien maniacos.

-¿Qué haces?

Freya ladeó la cabeza un poco, acercándose a su rostro.

Esto puso algo nervioso a su contrario, quien se dejó llevar.

Fue entrecerrando los ojos poco a poco hasta que se relajó por completo, sintió la respiración de la chica en sus labios y antes de poder unirse a ella...

-¡Ja!- celebró apartándose del demonio de los sueños con el celular en sus manos.

Aprovechó la distracción de este para que bajara su brazo y le arrebató el aparato de la mano.

Freddy estaba rojo y confundido.

Esa mocosa...

-¡Ese fue un truco sucio!- se quejó.

-Oww lo siento, ¿Sí querías el beso?- lo miró burlona.

Estaba a nada de explotar.

Pero ese juego era de dos.

La tomó por la cintura y la pegó a su cuerpo, haciéndola sonrojar violentamente.

-Sí- tomó el mentón de la menor y se inclinó, besando sus carnosos labios en un fugaz beso.

Esto dejó a Freya sin palabras.

Definitivamente ese no era su primer beso pero eso no le impidió sonrojarse violentamente, teniendo su mente en blanco.

Su corazón latió con fuerza a un ritmo acelerado, golpeando sus costillas al ritmo de un tambor.

Quería golpearlo, matarlo, quemarlo pero... no quería apartarlo.

¿No quería?

No había otra razón por la cual en vez de alejarlo, le seguía el beso al demonio.

Lo estaba disfrutando.

A los pocos segundos este se separó soltando un jadeo.

Miró a Freya con una sonrisa coqueta en los labios.

-¿Contenta? Porque yo sí- le guiñó un ojo y se fue hacia la cocina para tomar un vaso de soda.

-¡¡I-i-idiota!!- chilló cubriéndose los labios con la mano.

-Lo que digas, princesa- se mofó dando un sorbo a su bebida.

[ . . . ]

Ya llevaban más de un mes viviendo juntos, se podría decir que Freya estaba acostumbrada a la personalidad de Freddy.

El hijo de los cien maniacos era todo un caso.

Aún así, comenzaban a entenderse mejor.

Freya bajó a desayunar, notando un ramo de rosas combinadas con lavandas y un girasol sobre la mesa.